Como parte de las actividades que debe tener en cuenta una persona que desarrolla su liderazgo efectivo, es el trabajar en su inteligencia emocional, de la mano con sus capacidades y habilidades.
Para ello, vale la pena señalar que dicha inteligencia, de acuerdo con la perspectiva de diferentes especialistas, como Daniel Goleman, se define como la habilidad para percibir y expresar emociones para facilitar el conocimiento o pensamientos, comprender las razones de las diferentes emociones y gestionarlas de forma efectiva en las relaciones con los demás.
En este sentido, como líderes efectivos entendemos que la inteligencia emocional no es exclusiva de coeficientes intelectuales altos, ya que las emociones están inevitablemente involucradas; por lo cual, con mayor razón, la “comunicación” entre emociones y racionalidad debe ser tomada en cuenta.
Con el propósito de ampliar el concepto que estoy abordando, se han identificado al menos cuatro habilidades, a manera de cuadrantes, en donde se conjuntan las dimensiones sociales e individuales del líder; lo cual implica un diálogo permanente entre lo que observamos y aprehendemos.
En cuanto a la competencia personal, se identifica que articula las habilidades de autoconciencia y autogestión, las cuales refieren a la individualidad del líder como persona, en la medida en que es consciente de sus emociones y la manera en que las utiliza para regular su conducta y preferencias.
La autoconciencia como la capacidad de conocer y reconocer las emociones en el momento en que ocurren. La autogestión como esa habilidad para conducir flexible y positivamente nuestro comportamiento.
Por otra parte, en la competencia social, se integra la conciencia social y la gestión de relaciones como capacidades para entender los estados de ánimo y las motivaciones de las personas, a fin de encaminarlas a la construcción de mejores vínculos.
La primera implica una lectura de las actitudes y emociones del otro y por lo tanto entender qué le sucede. La segunda corresponde al uso adecuado de la conciencia para establecer interacciones exitosas.
Entre las características que debe desarrollar la persona que trabaja su liderazgo efectivo, podemos ubicar, entre otras, las siguientes: prudencia, templanza, fortaleza, justicia, credibilidad, comunicación, conocimiento, compromiso y comprensión.
Sin duda, trabajar y potenciar nuestras habilidades relacionadas con la inteligencia emocional, nos permitirá evolucionar como personas, como líderes y como sociedad, al generar empatía, acuerdos y más resultados positivos.
Y tú, ¿cómo desarrollas tu inteligencia emocional? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.
Como mencionó el poeta estadounidense Robert Frost: “La educación emocional es la habilidad de escuchar casi cualquier cosa sin perder tus estribos y tu autoestima.”
Facebook: David Villanueva Lomelí
www.davidvillanueva.mx