/ lunes 5 de agosto de 2024

Maduro el duro

El pasado domingo se llevó a cabo un nuevo fraude electoral en el país que paradójicamente hace ya muchas décadas se le conocía como la perla de Sudamérica, Venezuela, quien lleva sumida desde hace tiempo en la peor crisis económica de su historia, y bajo un régimen dictatorial iniciado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro, un régimen en el que tanto opositores, manifestantes o medios de comunicación que osan cuestionar o criticar a la dictadura, son censurados, encarcelados o abatidos.

Sin embargo y bajo el marco de la celebración de nuevos comicios el presente año, la población tanto dentro como fuera de Venezuela comenzaba a percibir que este era un proceso electoral en donde por primera vez, la oposición parecía tener alguna oportunidad, pues el apoyo al candidato opositor Edmundo González parecía más fuerte que el del dictador Nicolás Maduro, de quien se rumoraba además había pactado ya una salida del poder con los Estados Unidos, pues cabe recordar que el departamento de estado de la unión americana tiene hasta la fecha una recompensa por la cantidad de 15 millones de dólares por la captura del presidente venezolano, quien está acusado de narcoterrorismo.

Sin embargo y aun con todo esto en contra, Nicolás Maduro y compañía se aferraron al poder con todas sus fuerzas y tristemente, de momento parece que se mantendrá como “presidente” hasta el 2032, lo que increíblemente ha desatado un debate internacional sobre si fueron justas las elecciones o no en Venezuela, pues existen quienes buscan justificar la dictadura venezolana bajo el paupérrimo argumento de que las dictaduras no celebran elecciones, omitiendo el contexto de unos comicios cuya finalidad primordial es la de precisamente simular un estado democrático, pero para quienes quieran jugar a que las dictaduras no celebran procesos electorales, veamos ¿Cómo fueron estas elecciones?

Debemos partir del hecho que la principal candidata y líder de la oposición en Venezuela era María Corina Machado, una candidata superpopular que arrasó con el 92% en las primarias o elecciones internas de su partido, que al mismo tiempo estaba aliado con otros partidos opositores, Machado con el paso del tiempo fue sumando adeptos hasta representar un gran riesgo para el régimen, razón por la que el Tribunal Supremo de ese país, mismo que responde a los deseos de la dictadura, decidió inhabilitarla de participar en cualquier tipo de elección por los próximos 15 años, esto por apoyar las sanciones de Estados Unidos en contra de Maduro, y de respaldar la carrera política de Juan Guaido, quien se proclamara como presidente interino en el 2019.

Con Machado fuera de la contienda, la oposición nombró a Corina Yoris como la nueva candidata presidencial, sin embargo el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, (El INE de ese país), alegó problemas técnicos en su plataforma de registro, impidiendo la designación como de Yoris como candidata, no fue hasta el tercer intento y con los ánimos ya calientes en Venezuela, que finalmente Edmundo González fue ungido como candidato opositor para las elecciones en ese país.

Sin embargo esas no fueron las únicas trabas que la oposición enfrentó, siendo María Corina Machado la líder ideológica de la oposición, acompañaba en todas sus giras al candidato Edmundo González, sin embargo a Machado se le prohibió viajar en avión, lo que obligaba a los opositores a transportarse en carretera para hacer sus giras, en donde por si fuera poco, se encontraban con obras improvisadas y bloqueos policiacos, esto además de que los hoteles, restaurantes, técnicos y cualquier persona o lugar que prestará sus servicios a los políticos opositores, era multado económicamente, pero no obstante eso el sentimiento antimaduro crecía, lo que provocó que un Maduro acorralado, declarara literalmente que si no ganaba las elecciones habría un baño de sangre, pero las trabas y amenazas no solo estaban dentro de Venezuela, sino también fuera, pues de las y los venezolanos registrados fuera del país, que da la cifra de unos 7 millones, apenas y dejaron participar al 1%.

Por si todo lo anteriormente relatado no fuera suficiente, el día de la jornada electoral, muchas de las casillas no abrieron, y de las que sí abrieron muchas de ellas estaban custodiadas por policías o militares al servicio de Maduro, lo que ya nos podía ir indicando lo que sucederá más adelante, la jornada electoral venezolana, que empezó estando bastante tranquila poco a poco fue tornándose violenta por los reclamos de la población, la catástrofe se confirmó cuando Elvis Amoroso, titular del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, diera el triunfo a Maduro, a pesar de que hay imágenes como la ya célebre selfie de Rubén Flores, quien desde un centro de conteo de votos, tomara una foto con las computadoras detrás, mientras estas mostraban la enorme diferencia que llevaba el opositor Edmundo González contra el dictador Nicolás Maduro.

Con todo lo anteriormente expuesto, podemos concluir sin lugar a dudas que se trató de unas elecciones fraudulentas o como mínimo de un proceso electoral injusto e inequitativo, pero ¿Cuál fue el saldo hasta el momento de este nuevo fraude? Protestas que cada vez suben más de tono y conflictos violentos que tristemente suben la cifra de heridos y muertos, además de enfrentamientos públicos de Maduro con otras figuras como Elon Musk, quienes se retaron a golpes vía X (Antes Twitter), además de romper relación con 7 países hasta el momento, Guatemala, Argentina, El Salvador, Panamá, República Dominicana, Costa Rica y Uruguay, quienes se suman a la lista negra de Maduro donde están desde hace tiempo Estados Unidos y España entre otros, de hecho, hubo solo tres países que felicitaron a Maduro, Rusia, China e Irán.

En un mundo con tantos retos que afrontar y en una etapa de definiciones, se espera que los líderes de cada país tengan una postura clara en favor de lo que es correcto, sin embargo esto no siempre es así, luego de que la Organización de Estados Americanos buscará emitir una resolución que exigiera a Maduro transparentar el resultado de la elección, se señaló que Gustavo Petro presidente de Colombia, Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, presuntamente operaron para que esto no sucediera, de hecho el presidente de México, mencionó que la postura de la OEA era parcial y no tenía caso participar en algo así.

Esa declaración se suma a otras realizadas sobre el tema como cuando mencionó que él no se iba a meter en las cuestiones políticas de otros países porque él respeta la soberanía de los pueblos, una postura incongruente si recordamos que rescato a Evo Morales luego de intentar dar un golpe de estado en Bolivia, que trato de rescatar a Pedro Castillo cuando le salió mal un autogolpe de estado en Perú, que llamó a no votar por Javier Milei en Argentina porque era un facho conservador o que iba a sacar de Ecuador a Jorge Glass, extraña este desdén, considerando sobretodo la cantidad de venezolanos que cruzan por México tratando de llegar a los Estados Unidos y los que nos van a enviar en caso de que Trump gane su elección, sin duda este es un tema que le debería importar al gobierno mexicano, a no ser que ¿Simpaticen con Maduro? Quien sabe.


El pasado domingo se llevó a cabo un nuevo fraude electoral en el país que paradójicamente hace ya muchas décadas se le conocía como la perla de Sudamérica, Venezuela, quien lleva sumida desde hace tiempo en la peor crisis económica de su historia, y bajo un régimen dictatorial iniciado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro, un régimen en el que tanto opositores, manifestantes o medios de comunicación que osan cuestionar o criticar a la dictadura, son censurados, encarcelados o abatidos.

Sin embargo y bajo el marco de la celebración de nuevos comicios el presente año, la población tanto dentro como fuera de Venezuela comenzaba a percibir que este era un proceso electoral en donde por primera vez, la oposición parecía tener alguna oportunidad, pues el apoyo al candidato opositor Edmundo González parecía más fuerte que el del dictador Nicolás Maduro, de quien se rumoraba además había pactado ya una salida del poder con los Estados Unidos, pues cabe recordar que el departamento de estado de la unión americana tiene hasta la fecha una recompensa por la cantidad de 15 millones de dólares por la captura del presidente venezolano, quien está acusado de narcoterrorismo.

Sin embargo y aun con todo esto en contra, Nicolás Maduro y compañía se aferraron al poder con todas sus fuerzas y tristemente, de momento parece que se mantendrá como “presidente” hasta el 2032, lo que increíblemente ha desatado un debate internacional sobre si fueron justas las elecciones o no en Venezuela, pues existen quienes buscan justificar la dictadura venezolana bajo el paupérrimo argumento de que las dictaduras no celebran elecciones, omitiendo el contexto de unos comicios cuya finalidad primordial es la de precisamente simular un estado democrático, pero para quienes quieran jugar a que las dictaduras no celebran procesos electorales, veamos ¿Cómo fueron estas elecciones?

Debemos partir del hecho que la principal candidata y líder de la oposición en Venezuela era María Corina Machado, una candidata superpopular que arrasó con el 92% en las primarias o elecciones internas de su partido, que al mismo tiempo estaba aliado con otros partidos opositores, Machado con el paso del tiempo fue sumando adeptos hasta representar un gran riesgo para el régimen, razón por la que el Tribunal Supremo de ese país, mismo que responde a los deseos de la dictadura, decidió inhabilitarla de participar en cualquier tipo de elección por los próximos 15 años, esto por apoyar las sanciones de Estados Unidos en contra de Maduro, y de respaldar la carrera política de Juan Guaido, quien se proclamara como presidente interino en el 2019.

Con Machado fuera de la contienda, la oposición nombró a Corina Yoris como la nueva candidata presidencial, sin embargo el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, (El INE de ese país), alegó problemas técnicos en su plataforma de registro, impidiendo la designación como de Yoris como candidata, no fue hasta el tercer intento y con los ánimos ya calientes en Venezuela, que finalmente Edmundo González fue ungido como candidato opositor para las elecciones en ese país.

Sin embargo esas no fueron las únicas trabas que la oposición enfrentó, siendo María Corina Machado la líder ideológica de la oposición, acompañaba en todas sus giras al candidato Edmundo González, sin embargo a Machado se le prohibió viajar en avión, lo que obligaba a los opositores a transportarse en carretera para hacer sus giras, en donde por si fuera poco, se encontraban con obras improvisadas y bloqueos policiacos, esto además de que los hoteles, restaurantes, técnicos y cualquier persona o lugar que prestará sus servicios a los políticos opositores, era multado económicamente, pero no obstante eso el sentimiento antimaduro crecía, lo que provocó que un Maduro acorralado, declarara literalmente que si no ganaba las elecciones habría un baño de sangre, pero las trabas y amenazas no solo estaban dentro de Venezuela, sino también fuera, pues de las y los venezolanos registrados fuera del país, que da la cifra de unos 7 millones, apenas y dejaron participar al 1%.

Por si todo lo anteriormente relatado no fuera suficiente, el día de la jornada electoral, muchas de las casillas no abrieron, y de las que sí abrieron muchas de ellas estaban custodiadas por policías o militares al servicio de Maduro, lo que ya nos podía ir indicando lo que sucederá más adelante, la jornada electoral venezolana, que empezó estando bastante tranquila poco a poco fue tornándose violenta por los reclamos de la población, la catástrofe se confirmó cuando Elvis Amoroso, titular del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, diera el triunfo a Maduro, a pesar de que hay imágenes como la ya célebre selfie de Rubén Flores, quien desde un centro de conteo de votos, tomara una foto con las computadoras detrás, mientras estas mostraban la enorme diferencia que llevaba el opositor Edmundo González contra el dictador Nicolás Maduro.

Con todo lo anteriormente expuesto, podemos concluir sin lugar a dudas que se trató de unas elecciones fraudulentas o como mínimo de un proceso electoral injusto e inequitativo, pero ¿Cuál fue el saldo hasta el momento de este nuevo fraude? Protestas que cada vez suben más de tono y conflictos violentos que tristemente suben la cifra de heridos y muertos, además de enfrentamientos públicos de Maduro con otras figuras como Elon Musk, quienes se retaron a golpes vía X (Antes Twitter), además de romper relación con 7 países hasta el momento, Guatemala, Argentina, El Salvador, Panamá, República Dominicana, Costa Rica y Uruguay, quienes se suman a la lista negra de Maduro donde están desde hace tiempo Estados Unidos y España entre otros, de hecho, hubo solo tres países que felicitaron a Maduro, Rusia, China e Irán.

En un mundo con tantos retos que afrontar y en una etapa de definiciones, se espera que los líderes de cada país tengan una postura clara en favor de lo que es correcto, sin embargo esto no siempre es así, luego de que la Organización de Estados Americanos buscará emitir una resolución que exigiera a Maduro transparentar el resultado de la elección, se señaló que Gustavo Petro presidente de Colombia, Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, presuntamente operaron para que esto no sucediera, de hecho el presidente de México, mencionó que la postura de la OEA era parcial y no tenía caso participar en algo así.

Esa declaración se suma a otras realizadas sobre el tema como cuando mencionó que él no se iba a meter en las cuestiones políticas de otros países porque él respeta la soberanía de los pueblos, una postura incongruente si recordamos que rescato a Evo Morales luego de intentar dar un golpe de estado en Bolivia, que trato de rescatar a Pedro Castillo cuando le salió mal un autogolpe de estado en Perú, que llamó a no votar por Javier Milei en Argentina porque era un facho conservador o que iba a sacar de Ecuador a Jorge Glass, extraña este desdén, considerando sobretodo la cantidad de venezolanos que cruzan por México tratando de llegar a los Estados Unidos y los que nos van a enviar en caso de que Trump gane su elección, sin duda este es un tema que le debería importar al gobierno mexicano, a no ser que ¿Simpaticen con Maduro? Quien sabe.