En México se debe atender en serio la transformación educativa, abarcando las formas de gobierno y la administración académica, mediante la oportuna evaluación de la calidad, de los procesos y sus resultados; ello sin duda, alentara la cooperación y el compromiso de todos los actores educativos.
Por ejemplo, los pasados Juegos Olímpicos, donde los mexicanos que conquistaron una presea, fue motivo de orgullo, las redes sociales se inundaron de felicitación y apoyo a estos atletas; la conversación destacó aspectos negativos, principalmente la falta de apoyo de las autoridades. En la natación artística, se revelo que no recibió apoyo de la conade y la historia de Marco Verde y Mazda quien señaló que el tuvo que vender su auto para financiar su viaje a París, lo que llevó a Mazda a devolverle el coche como un gesto de apoyo.
La historia de Marco Verde y las nadadoras artísticas es un recordatorio de que detrás de cada medalla hay sacrificios y desafíos que merecen ser visibilizados y valorados. Esta no es una postura derrotista, pero en México al igual que la educación, la ciencia y la tecnología, nuestro nivel competitivo continua lejano.
Por ello, la transformación debe diseñarse con estrategias impulsadas por especialistas, expertos, investigadores y liderazgos académicos, con procesos de consenso y autorregulación que involucren a las comunidades académicas en propuestas de cambio, de gran escala y de largo alcance, lo cual requerirá integrar y consolidar cuerpos académicos colegiados y multidisciplinarios.
“Esta transformación debe tener la capacidad de conjugar los saberes pragmáticos y empíricos con los conocimientos teóricos metodológicos. La reorganización de los saberes y sus interrelaciones disciplinarias y transdisciplinarias, su relación curricular y los procesos de enseñanza-aprendizaje, etc., son cuestiones urgentes que la transformación de la gestión académica institucional debe atender”.
De ahí que la educación básica, la superior y él posgrado tengan el reto de desarrollar contenidos educativos de planes y programas de estudio que trasciendan, la complejidad y la incertidumbre, las estrategias metodológicas, las nuevas formas de organización y de gobierno, creando alianzas estratégicas para la complementariedad y mejor aprovechamiento de los recursos; con estructuras descentralizadas que permitan y promuevan una mayor delegación de la autoridad en las funciones sustantivas, con la participación e integración de los diferentes actores sociales, articulados en redes de cooperación académica y científica.
Ante este proceso de transformación, el reto de las Instituciones de Educación Superior en México debe centrarse en dar respuesta a las demandas de los sectores productivos y sociales. Las implicaciones económicas y políticas de las reformas educativas obligan a repensar y redefinir la función de la educación superior para los próximos años, de sus procesos de transformación institucional con su impacto en el crecimiento económico y el desarrollo social.
Los desafíos de la realidad educativa requieren de la cooperación y la solidaridad para evitar la marginación, fragmentación y polarización del conocimiento. Asumiendo un discurso crítico sobre alcances y funciones del nuevo modelo educativo, bajo una orientación prioritaria a los requerimientos, del mercado, sin subestimar las demandas sociales y del Estado.
Ello obligará a dar respuesta a una gestión de saberes distintos. A que existan estándares de habilidades tecnológicas desde edad temprana, dimensionando el uso de la tecnología vinculado a procesos didácticos que establezcan la interacción como la base de la colaboración y sustento de las redes de aprendizaje que son producto de las redes sociales.
La realidad actual y no la buena fe, nos exige construir un modelo educativo, que contenga políticas curriculares distintas, nuevas formas de gestión de los aprendizajes; lo cual dará como resultado, tener escuelas con un nuevo modelo de gestión, con diferentes protocolos y perfiles para transformar el liderazgo institucional, superando el actual modelo jerarquizado.
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