Ayer, 30 de septiembre, concluyó oficialmente el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y hoy México despierta con Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de la República. Un momento histórico que enmarca el inicio de un nuevo capítulo político. Según el tracking de Mitofsky, AMLO se despidió con una aprobación del 65%, una de las más altas para un presidente saliente.
AMLO deja un legado centrado en tres pilares: los programas sociales, los proyectos de infraestructura y la militarización de la seguridad pública. Programas como la Pensión Universal y “Jóvenes Construyendo el Futuro” han beneficiado a millones, pero su sostenibilidad a largo plazo es lo que se pone en duda por parte de la oposición. En infraestructura, el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas buscan impulsar el desarrollo regional, pero han generado críticas por sus altos costos y el impacto ambiental. Para Sheinbaum, el reto será hacer que estas inversiones sean verdaderos motores económicos.
En seguridad, la creación de la Guardia Nacional y su traslado a la Secretaría de la Defensa representó un cambio en el uso de las Fuerzas Armadas. Aunque la intención era restaurar el orden, la violencia no ha disminuido, y la inseguridad sigue siendo un problema prioritario.
De entre los Retos que enfrenta Claudia Sheinbaum, el primero y más urgente es la inseguridad. Durante el sexenio de AMLO, México alcanzó cifras récord de homicidios, con más de 150,000 muertes violentas. Aunque López Obrador apostó por “abrazos y no balazos”, su estrategia no frenó la violencia. Sheinbaum tendrá que replantear este enfoque para recuperar la paz.
En lo económico, AMLO deja un país con un crecimiento anual de apenas 0.8%, reflejo de la falta de inversión y la incertidumbre por algunas decisiones políticas. La nueva presidenta tendrá que demostrar que puede reactivar la economía y atraer inversiones, especialmente en sectores como la energía y la tecnología, mientras mantiene el equilibrio fiscal ante proyectos de infraestructura que aún no han generado retornos.
Sheinbaum ha sido una de las principales colaboradoras de AMLO, pero ser la primera mujer presidenta le ofrece la oportunidad de marcar su propio estilo de liderazgo. Tiene el reto de demostrar que el liderazgo femenino puede ofrecer un enfoque diferente: más incluyente y capaz de unir a un país polarizado. Hoy, todos los ojos están puestos en ella no solo por ser su sucesora, sino por el simbolismo que representa.
A diferencia de otros presidentes, AMLO no pasará desapercibido. Su capacidad para conectar con las masas y su insistencia en transformar la vida pública lo convierten en una figura única. Pero la evaluación de su legado dependerá de lo que haga Sheinbaum a partir de hoy. Si logra consolidar los logros y corregir los errores, AMLO será recordado como quien sentó las bases para una verdadera transformación.
Hoy comienza un nuevo capítulo para México, con desafíos enormes. Claudia Sheinbaum al ser la primera mujer en llegar a la presidencia, tiene una responsabilidad adicional: abrir camino para que más mujeres asuman roles de liderazgo en un sistema político y social que aún se encuentra muy lejos de la equidad de género. Sheinbaum tiene la oportunidad histórica de demostrar que la Cuarta Transformación no depende de una sola persona, sino de la capacidad del sistema para adaptarse y entregar resultados.
“Cuando las mujeres lideran, ganamos todos”