/ lunes 30 de septiembre de 2024

México y España: una relación de amor y odio

Con una extraña intensidad a lo largo de esta semana, a pesar de que México tiene una infinidad de asuntos de extrema urgencia que atender, hubo un tema que desde la máxima magistratura del país se colocó sobre la agenda mexicana, y es que en el marco del final del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador y la toma de protesta de la presidenta electa Claudia Sheinbuam, se reavivó un conflicto que viene desde los inicios de la actual administración, y que ha desembocado en que las relaciones diplomáticas con España, estén más tensas que nunca.

Y es que precisamente en los preparativos para la ceremonia de transición entre Obrador y Sheinbaum, la lista de mandatarios que ya confirmaron su presencia para el próximo martes primero de octubre llamó particularmente la atención, teniendo como principales protagonistas a los izquierdistas Luiz Inácio Lula Da Silva de Brasil, Gabriel Boric Font de Chile, Gustavo Petro Urrego de Colombia y al dictador Miguel Díaz Canel de Cuba, y ante la falta de los titulares de los poderes en los países con más historia o mayor relación comercial con México, vino a la memoria uno de ellos, ¿Y España?

Para nadie es un secreto la mala relación del aún presidente mexicano con el país ibérico, iniciado esto en el 2019 cuando España hizo pública una carta de López Obrador, en donde le pedía al Rey Felipe VI que se disculpara con nuestro país por la conquista (Ocurrida hace 500 años), subiendo el tono en el año 2022, cuando excusado en que las empresas energéticas españolas habían gozado de privilegios y no se alineaban a los intereses de la reforma energética morenista en ese entonces propuesta, AMLO decidió “Pausar” desde su mañanera las relaciones con España.

Lo anterior supuso en su momento un punto de grave preocupación, siendo España el segundo mayor inversionista en México, aunque para ser honestos, el pausar las relaciones binacionales desde una rueda de prensa por la mañana, no supone absolutamente nada para las relaciones formales y diplomáticas entre ambas naciones, de hecho el propio AMLO siguió haciendo negocios con empresas españolas como la antes criticada empresa Iberdrola, a quien el presidente mexicano acusaba de hacer contratos truculentos con los anteriores mandatarios, pero que sin embargo con AMLO, terminó haciendo el mayor negocio en su historia, cuando el gobierno lopezobradorista le comprara a Iberdrola 13 plantas energéticas por la “Módica” cantidad de 6,200 millones de dólares.

Resulta curioso cómo a pesar de que el tiempo pasa, aún existen personas que no obstante quedar desencantadas con el actual presidente votaron por Claudia Sheinbaum, argumentando que “hoy no puede llevarle la contra a López Obrador, pero mañana sí”, sin embargo este dicho, más que parecerse a la realidad, comenzó más bien a parecerse a los carteles que ponen afuera de algunas misceláneas con la leyenda “Hoy no se fía, mañana sí”, y la presidenta electa en vez de iniciar su gestión limando asperezas, decidió comprar un pleito ajeno de manera completamente gratuita, y tramposamente, pretendió desahogar el trámite invitando a Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno Español, pero sin invitar al Rey Felipe VI, que es el Jefe del Estado Español, lo que derivó finalmente en que no haya ninguna representación española oficial en la toma de protesta de la aún presidenta electa.

Pero a todo esto, ¿Es válido pedir a España disculpas por la conquista? Bien dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla, y México ha crecido en su etapa como país independiente, como un joven con potencial que no ha superado sus traumas de la infancia, lo que nos cuenta la narrativa histórica construida a partir de los intereses políticos de turno, es que México estaba destinado a la grandeza, hasta que llegaron los españoles a conquistarnos, imponiéndonos su religión y su lengua (Cosa de la que nos quejamos en el idioma español), desapareciendo así a nuestras comunidades indígenas y privándonos de nuestro merecido lugar en la historia, nada más falso.

En primer lugar, tratar de entender la historia como una película de Disney donde solo hay buenos y malos es un error monumental, y lo que los libros de historia no nos cuentan, es que cuando llegan los españoles a este continente, México no existía como país, sino que era una entidad compuesta por comunidades indígenas que estaban sometidas brutalmente por el Imperio Azteca, el cual no cayó ante los 400 españoles que llegaron a Tenochtitlán 1519, si no que cayeron en la confabulación de la alianza de los otros pueblos indígenas sometidos que se unieron a los españoles para librarse de los aztecas, entonces bajo esta misma tónica, AMLO y Sheinbaum deberían exigir disculpas a los pueblos Tlaxcaltecas, Cempoales o Texcocanos, entre muchos otros.

Esto además de considerar que para 1810, el tergiversado grito de Dolores de Miguel Hidalgo, no buscaba en lo absoluto una independencia de la monarquía española, (de hecho en sus arengas, gritó “Viva Fernando VII”), y que para 1821 que culmina el proceso de independización, llevado a cabo por los verdaderos padres de la patria, Morelos e Iturbide, el 60% de la población ahora sí Mexicana, estaba compuesta por indígenas, sin embargo tan solo cien años después, para 1921, apenas el 10% de la población era indígena, lo que nos quiere decir con mucho pesar, que nuestras y nuestros indígenas en su mayoría, no mueren en el virreinato, sino en el México independiente, entonces, ¿Quién le debe disculpas a quién?


Con una extraña intensidad a lo largo de esta semana, a pesar de que México tiene una infinidad de asuntos de extrema urgencia que atender, hubo un tema que desde la máxima magistratura del país se colocó sobre la agenda mexicana, y es que en el marco del final del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador y la toma de protesta de la presidenta electa Claudia Sheinbuam, se reavivó un conflicto que viene desde los inicios de la actual administración, y que ha desembocado en que las relaciones diplomáticas con España, estén más tensas que nunca.

Y es que precisamente en los preparativos para la ceremonia de transición entre Obrador y Sheinbaum, la lista de mandatarios que ya confirmaron su presencia para el próximo martes primero de octubre llamó particularmente la atención, teniendo como principales protagonistas a los izquierdistas Luiz Inácio Lula Da Silva de Brasil, Gabriel Boric Font de Chile, Gustavo Petro Urrego de Colombia y al dictador Miguel Díaz Canel de Cuba, y ante la falta de los titulares de los poderes en los países con más historia o mayor relación comercial con México, vino a la memoria uno de ellos, ¿Y España?

Para nadie es un secreto la mala relación del aún presidente mexicano con el país ibérico, iniciado esto en el 2019 cuando España hizo pública una carta de López Obrador, en donde le pedía al Rey Felipe VI que se disculpara con nuestro país por la conquista (Ocurrida hace 500 años), subiendo el tono en el año 2022, cuando excusado en que las empresas energéticas españolas habían gozado de privilegios y no se alineaban a los intereses de la reforma energética morenista en ese entonces propuesta, AMLO decidió “Pausar” desde su mañanera las relaciones con España.

Lo anterior supuso en su momento un punto de grave preocupación, siendo España el segundo mayor inversionista en México, aunque para ser honestos, el pausar las relaciones binacionales desde una rueda de prensa por la mañana, no supone absolutamente nada para las relaciones formales y diplomáticas entre ambas naciones, de hecho el propio AMLO siguió haciendo negocios con empresas españolas como la antes criticada empresa Iberdrola, a quien el presidente mexicano acusaba de hacer contratos truculentos con los anteriores mandatarios, pero que sin embargo con AMLO, terminó haciendo el mayor negocio en su historia, cuando el gobierno lopezobradorista le comprara a Iberdrola 13 plantas energéticas por la “Módica” cantidad de 6,200 millones de dólares.

Resulta curioso cómo a pesar de que el tiempo pasa, aún existen personas que no obstante quedar desencantadas con el actual presidente votaron por Claudia Sheinbaum, argumentando que “hoy no puede llevarle la contra a López Obrador, pero mañana sí”, sin embargo este dicho, más que parecerse a la realidad, comenzó más bien a parecerse a los carteles que ponen afuera de algunas misceláneas con la leyenda “Hoy no se fía, mañana sí”, y la presidenta electa en vez de iniciar su gestión limando asperezas, decidió comprar un pleito ajeno de manera completamente gratuita, y tramposamente, pretendió desahogar el trámite invitando a Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno Español, pero sin invitar al Rey Felipe VI, que es el Jefe del Estado Español, lo que derivó finalmente en que no haya ninguna representación española oficial en la toma de protesta de la aún presidenta electa.

Pero a todo esto, ¿Es válido pedir a España disculpas por la conquista? Bien dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla, y México ha crecido en su etapa como país independiente, como un joven con potencial que no ha superado sus traumas de la infancia, lo que nos cuenta la narrativa histórica construida a partir de los intereses políticos de turno, es que México estaba destinado a la grandeza, hasta que llegaron los españoles a conquistarnos, imponiéndonos su religión y su lengua (Cosa de la que nos quejamos en el idioma español), desapareciendo así a nuestras comunidades indígenas y privándonos de nuestro merecido lugar en la historia, nada más falso.

En primer lugar, tratar de entender la historia como una película de Disney donde solo hay buenos y malos es un error monumental, y lo que los libros de historia no nos cuentan, es que cuando llegan los españoles a este continente, México no existía como país, sino que era una entidad compuesta por comunidades indígenas que estaban sometidas brutalmente por el Imperio Azteca, el cual no cayó ante los 400 españoles que llegaron a Tenochtitlán 1519, si no que cayeron en la confabulación de la alianza de los otros pueblos indígenas sometidos que se unieron a los españoles para librarse de los aztecas, entonces bajo esta misma tónica, AMLO y Sheinbaum deberían exigir disculpas a los pueblos Tlaxcaltecas, Cempoales o Texcocanos, entre muchos otros.

Esto además de considerar que para 1810, el tergiversado grito de Dolores de Miguel Hidalgo, no buscaba en lo absoluto una independencia de la monarquía española, (de hecho en sus arengas, gritó “Viva Fernando VII”), y que para 1821 que culmina el proceso de independización, llevado a cabo por los verdaderos padres de la patria, Morelos e Iturbide, el 60% de la población ahora sí Mexicana, estaba compuesta por indígenas, sin embargo tan solo cien años después, para 1921, apenas el 10% de la población era indígena, lo que nos quiere decir con mucho pesar, que nuestras y nuestros indígenas en su mayoría, no mueren en el virreinato, sino en el México independiente, entonces, ¿Quién le debe disculpas a quién?