A un mes de las elecciones federales y locales, lo que prevalece es la “politiquería” -diría el clásico- entre los líderes de los partidos ganadores y perdedores siguen ausentes las voces autocríticas.
En la oposición, por ejemplo, en el Partido Acción Nacional (PAN) el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y el presidente del CEN y senador electo de representación proporcional, Marko Cortés Mendoza, se acusan mutuamente de la derrota.
La “politiquería” por el deslinde de responsabilidades la llevaron a las redes sociales y no a un foro de debate abierto con ciudadanos, militantes y expertos en temas electorales y políticos, que les permitirá trazar un sendero de conversión, posterior al rotundo fracaso.
Calderón acusó a Cortés de “agandallarse” los escaños en las listas plurinominales en las respectivas cámaras federales, la de Diputados y Senadores.
Cortés le recriminó al ex presidente de México el daño que le causó a las campañas electorales el caso de Genaro García Luna preso en Estados Unidos.
Entre a la danza de los reclamos el ex senador Roberto Gil Zuarth aseguró le iba mejor al PAN solo en la elección presidencial y legislativa federal, principalmente en las posiciones legislativas, que aliado con el PRI y el PRD.
Gil Zuarth tampoco mencionó su “contribución” como verdugo jurídico de los políticos poblanos a quienes persiguió judicialmente a través de sus despachos de abogados como “asesor” jurídico del extinto gobernador de Morena, Miguel Barbosa Huerta.
Menos explicó Gil la asociación de otro ex panista ex titular de la SHCP con Calderón, Ernesto Cordero Arroyo, para “asesorar” al Barbosa a invertir los 600 mdp a Banco Accendo cuando ya tenía un aviso de quiebra de la CNVB.
Fue Gil Zuarth y Cordero Arroyo a quienes se les debe la designación de Ana Lucía Hill Mayoral como secretaria de Gobernación estatal.
Sonorense y egresada del ITAM, Hill Mayoral fue una ineficiente encargada de la política interna del estado, fue encargada del despacho a la muerte de Barbosa y reapareció en 2024 como comediante standupera.
Mientras que en el PRI sigue “viento en popa” la extinción del otrora partido-gobierno con la imposición del político campechano Alejandro Moreno Cárdenas para reelegirse como líder nacional y aspirante a la candidatura presidencial en el 2030.
En Puebla, en la misma ruta, el senado electo priista Néstor Camarillo Medina sigue en el agandalle -igual que su jefe político- para retomar la dirigencia estatal y defender su “origen indígena”, así como los ingresos de la “dieta” legislativa y del financiamiento.
Ni en el ámbito nacional o estatal los priistas convocaron a su escasa militancia a revisar los factores de la megaderrota electoral en la gubernatura, en el Congreso local y en las alcaldías.
En Morena ocurre exactamente lo mismo, sigue en marcha en “Plan C” para apoderase del Poder Judicial -eliminar contrapesos- así como el uso electoral de los programas sociales.
Al anunciar la entrega de recursos Bienestar a adultos mayores, madres trabajadoras y personas con discapacidad, la Secretaría del Bienestar, sin ningún rubor, hace alarde del “triunfo del pueblo” hace seis años por la victoria electoral de AMLO en 2018.
“A 6 años del triunfo del pueblo, Amor con amor se paga”, publicó la Secretaría del Bienestar al dar a conocer el calendario del bimestre julio-agosto para la dispersión de recursos del 1 al 19 de julio.
Como se puede observar, a un mes de los comicios federales y locales, el partido gobernante confirma por qué arrasó en las elecciones, y por qué la oposición (PAN, PRD y PRD) tuvo un rotundo fracaso en las urnas.
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