Orlando Ranulfo es una persona de la tercera edad, de 78 años, afectado por el “Mal de Parkinson”, el daño a su motricidad le causó una caída desde su propia altura.
El golpe le ocasionó una fractura de cadera y en un brazo, del lado izquierdo, acudió a la medianoche a Urgencias del Hospital de Traumatología y Ortopedia de los Servicios de Salud en el Estado, y el paciente no fue atendido, pese a la gravedad de la caída.
A las 03.48.55 horas del sábado 10 de julio, el personal de urgencia le pidió a los familiares del paciente que se lo llevaran porque no había cama, sus lesiones requerían una intervención quirúrgica, y esa operación la podrían realizar “en tres semanas”.
A un familiar del paciente, con número de expediente 120930073354, de manera cobarde y abusiva personal de urgencia los obligaron a llevarse al paciente, y con engaños les obligaron a escribir con puño y letra: “solicito alta voluntaria de mi familiar”, para quitarle al Hospital la responsabilidad.
Sin receta médica, los familiares fueron obligados a contratar los servicios de una ambulancia privada para que se llevaran a su domicilio al paciente fracturado, porque el Hospital de Traumatología y Ortopedia Doctor y General Rafael Moreno Valle no tenía cama ni quirófano para realizar la cirugía al paciente Orlando Ranulfo.
La miseria humana del personal médico y administrativo del Hospital de Traumatología, adherido ahora al programa IMSS-Bienestar, los hizo anotar en el reporte la “urgencia calificada”, y en el alta: “sale por voluntad propia”, firmado por el residente Jesús Nabor Carrillo Pulido, 11644431 y por la trabajadora social Yessica Yeneri Rodríguez Bernabé, Ced. Prof. 9553726.
Al paciente de la tercera edad, con doble fractura, con Mal de Parkinson, afiliado al desaparecido Seguro Popular, lo echaron a la calle sin ningún medicamento para aminorar el dolor por las lesiones.
Obligada la familia a llevarse al paciente, mediante engaños y argucias criminales del médico y la trabajadora social de Urgencia del Hospital de Trauma, contrataron una ambulancia privada para trasladar al paciente a su domicilio y postrarlo en su cama con las fracturas, porque su pensión Bienestar de 65 y más, no le permitió acceder a los servicios de un hospital privado.
Con ayuda de familiares y amigos, el paciente Orlando Ranulfo, de 78 años de edad, rechazado con engaños de “alta voluntaria” para no operarlo en el Hospital de Traumatología de la SSA estatal, fue internado en el Hospital Universitario de Puebla, el “más accesible” a diferencia de los hospitales privados.
Como este caso, son cientos los pacientes que han encontrado la peor atención médica y de cobertura hospitalaria de los servicios de salud en el estado, ahora incluido en el Programa IMSS-Bienestar.
Esa es la realidad de los servicios de salud del gobierno de la Cuarta Transformación, del que presume el presidente Andrés Manuel López Obrador de ser el mejor servicio de salud al que se ofrece en Dinamarca.
Lástima por el gobierno estatal que en los discursos presume el mejor servicio de salud, y que “ha mejorado” al incorporarlo al Programa IMSS-Bienestar, pero la realidad que vive la población, es distinta.
Orlando Ranulfo fue un destacado deportista del ciclismo profesional en la década de los setenta, del cuarteto Carolinos UAP y de la selección nacional en la Vuelta Internacional de la Juventud.
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