A la par del proceso de transición para los relevos en los tres órdenes de gobierno, en el partido oficialista Morena empiezan los reacomodos en las dirigencias nacional y en los estados.
Uno de los factores que ejercer presión para el relevo de dirigentes morenistas en los estados y a nivel nacional es que muchos de ellos se han incorporado como secretarios de gabinetes o funcionarios públicos.
En Puebla por ejemplo, quedará vacante la presidencia del comité ejecutivo estatal de Morena porque Olga Romero Garci-Crespo se incorporará como funcionaria estatal en la oficina de recaudadora de Carreteras de Cuota.
Será el Consejo Estatal de Morena quien determine el relevo, y aunque por prelación le correspondería asumir la vacante al secretario general Agustín Guerrero, no necesariamente será así.
El relevo en Puebla dependerá también de los resolutivos del Congreso Nacional donde se elegiría a Luisa María Alcalde Luján como presidenta nacional del partido, y como secretario general a un hombre, en sustitución de Mario Delgado y Citlatli Hernández.
Se prevé que el Congreso Nacional se realizará entre el 15 y 16 de septiembre, y la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo ha pedido a los dirigentes partidistas permitirle concluir con el proceso de transición e instalación del nuevo gobierno, antes de dar el banderazo a los relevos en las dirigencias partidistas.
El reacomodo en las dirigencias partidistas nacional, estatales y municipales van en línea con el ungimiento de Alcalde Luján, con la interacción con la presidenta de la república y los gobernadores, para aterrizar el llamado segundo piso de la Cuarta Transformación.
En el caso particular del relevo en dirigencia estatal de Morena en Puebla, la urgencia está relacionada con la agenda política debido a que en el estado el compromiso inmediato en el 2025 serán las elecciones en las juntas auxiliares, de interés primordial para los gobiernos entrantes en el estado y municipios.
Si bien en la dirigencia estatal está abierta la puerta para un interinato por la vacante que dejará Romero Garci-Crespo, el Consejo Estatal tiene facultades para designar a un nuevo dirigente sustituto, que pueda ratificarse en la renovación estatutaria al igual que en otros estados.
No necesariamente podrá ser el dirigente un consejero estatal, como ocurrió con José (Pepe) Tomé como secretario de Prensa y Propaganda de Morena.
Es en este contexto donde aparece la figura del gobernador Alejandro Armenta Mier como jefe político del partido oficial, y llevará mano en la designación del líder estatal partidista porque quiere a uno de su equipo al frente de Morena, con un perfil de experimentado operador político.
Una de las ventajas para el revelo en la dirigencia estatal es el entendimiento de Luisa María Alcalde con Alejandro Armenta, como lo tiene la futura líder nacional morenista con el gobierno de Ciudad de México y el resto de mandatarios estatales.
Se barajan varios nombres de hombres y mujeres cercanos al gobernador electo para ser enviados a dirigir el partido oficialista; han levantado la mano personajes como Alejandro Carbajal, y se menciona al ex priista Juan Carlos Lastiri, pero son puras especulaciones.
Lo único asertivo por el momento en todo este reacomodo del partido oficialista Morena en la transición gubernamental, es que Armenta lleva mano, como ocurrirá en otros Poderes, como el Legislativo.
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