El partido Morena, surgido de un movimiento heredero de la izquierda mexicana junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Efigenia Martínez, asaltado por López Obrador en alianza con priistas, se transformó en un Partido-Estado con el control total de los tres Poderes.
Con esta premisa, Morena en el estado de Puebla enfrenta la disyuntiva de convertirse en apéndice del gobierno -al viejo estilo del PRI- o ser contrapeso coadyuvante del segundo piso de la 4T.
La duda se despejará el 16 de noviembre cuando el Consejo Estatal de Morena en Puebla -150 consejeros- elija a los relevos en la Presidencia del Comité Ejecutivo Estatal, las secretarías de Organización y Comunicación, así como del representante en el IEE.
Dominado por barbosistas, 120 de los 150, el Consejo Estatal enviará una señal del rumbo político que quiere de Morena, dominado por el modelo corporativo del PRI, que se definirá con la designación con el o la presidenta del CEE.
Pero antes de la definición, militantes de este partido exigen la rendición de cuentas del secretario de Finanzas José Antonio Mota Jiménez, un agiotista junto con su padre con un negro historial, quien nunca ha rendido un informe financiero.
Solo en un año, de lo proyectado en ingresos por prerrogativas y financiamiento de campaña para 2024, Morena recibió del organismo electoral local (IEE) unos 141.4 millones de pesos.
De los cuatro años al frente de la Secretaría de Finanzas, Mota Jiménez no ha rendido informe alguno ni le han practicado ninguna auditoría , lo que ha motivado la sospecha de que el usurero -que cobra 50% al mes de intereses en préstamos,- se ha enriquecido.
Pero hay más, morenistas exigen se investigue la venta de candidaturas a 4 millones de pesos cada una (2018 y 2024) a presidentes municipales y diputados, que involucra a José Antonio Mota, Edgar Garmendia y Carlos Evangelista.
En este contexto se elegirá al revelo de Olga Romero Garci-Crespo, impuesta por el difunto Miguel Barbosa, pese a actos de corrupción en la pugna por una herencia; se va al gobierno donde hay lo que le gusta: Carreteras de Cuota.
Para este cargo partidista levantó la mano el diputado Pavel Gaspar Ramírez, un joven político cercano al gobernador Alejandro Armenta.
El legislador tendría como obstáculo el artículo 8 del estatuto partidista que prohíbe incluir en la dirigencia a autoridades y miembros de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial; requisito que resolvería pidiendo licencia; pero es su inexperiencia en la conducción política la limitante.
Respecto a David “El Camarada” Rivera Vivanco, de la boina chavista, los negativos tienen que ver con el nepotismo político porque su madre, Eloísa Vivanco, es secretaria de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena.
Elegir a David alimentaria el poder del clan Rivera: Claudia Rivera, diputada federal; María Teresa (“Mayté”) Rivera, regidora en Puebla; Roberto Zataraín Leal, diputado local (con firma mancomunada en los “negocios millonarios” de la pareja).
Sin embargo, por su estrecha cercanía con Bertha Luján, madre de Luisa María Alcalde, líder nacional de Morena, Eloísa Vivanco podría dar la sorpresa como presidenta interina en Puebla.
Pero como quien manda en Morena es Andrés Manuel “Andy” López Beltrán, una de sus cartas es Rodrigo Abdala Dartigues para destrabar la compleja decisión.
Entre la base morenista se insiste en el nombre de Norberto Amaya Aquino, con cualidades para unir con sensatez a los diversos sectores del partido gobernante. Veremos qué deciden.
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