/ domingo 10 de noviembre de 2024

Nueva cuenta y números acumulados

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados definitivos de las muertes sucedidas en el año 2023 declaradas para su registro en el país, Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) que permite conocer y comparar el volumen, tendencias y características de la mortalidad en los diferentes ámbitos geográficos del país (INEGI, 2024). Obtenidos en coordinación con la Secretaría de Salud y otras 4 mil 959 fuentes de información como el Registro Civil, Servicios Médicos Forenses, Agencias del Ministerio Público, los resultados arrojan 799 mil 869 defunciones. Un dato que tiene sentido si se asocia con los indicadores de esperanza de vida, salud y seguridad pública, “insumo para el análisis y evaluación de acciones dirigidas a la elaboración de programas de salud pública para controlar enfermedades epidemiológicas, prevención de accidentes y estudio de las diferencias de la mortalidad por edad, sexo y causa básica de la defunción”.

El INEGI proporcionan la información de estos cinco hechos vitales a través de la Secretaría de Gobernación de la que depende el Registro Nacional de Población e Identificación Personal (RENAPO) que a su vez reporta los datos del Registro Civil; la Procuraduría General de la República (PGR) y sus dependencias estatales y sus Agencias del Ministerio Público (AMP) que reportan defunciones por muertes accidentales o violentas; Secretaría de Salud (SSA) comprueba y acredita el fallecimiento y sus causas, únicos autorizados para emitir certificados, conforma lo dicta la Ley General de Salud, igual controlan las defunciones maternas, de menores de 5 años y enfermedades por motivos epidemiológicos, y el Centro Mexicano para la Clasificación de Enfermedades (CEMECE) que funciona como representante del Sistema Nacional de Salud y se encarga de clasificar, por causa básica de defunción, la captación, clasificación y codificación de la información.

Al menos desde 1990, el INEGI recaba la información, por lo que se pueden hacer comparaciones que nos permiten evaluar los trabajos que nuestros gobiernos han hecho para atender las necesidades reales de nosotros los ciudadanos, pero también para redirigir esas acciones de gobierno. Existe un Sistema de Estadísticas Vitales que genera información de nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones generales y muertes fetales.

Ciudad de México registró la mayor tasa de defunción, 841 por cada 100 mil habitantes, Baja California con la menor tasa, 467. La incidencia en México es por enfermedades del corazón (189,210), Diabetes mellitus (110,059), tumores malignos (91,562), accidentes (40,275), enfermedades del hígado (40,052), enfermedades cerebrovasculares (34,428), influenza y neumonía (33,937), agresiones-homicidios (32,252), Enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (18,605), insuficiencia renal (15,929).

Así pues, lo que corresponde a las nuevas administraciones es orientar sus políticas de gobierno para Mejorar del acceso de la población a servicios de salud, Establecer programas para la prevención y control de enfermedades, Mejorar la atención de la salud a la población en situación de vulnerabilidad, Diseñar políticas públicas en salud reproductiva y materno-infantil, Elaborar y evaluar programas para disminuir la mortalidad infantil y mortalidad materna, Dar seguimiento a las defunciones sujetas a vigilancia epidemiológica, Cumplir con los tratados internacionales en materia de salud en el marco de los derechos humanos y la Cobertura del registro de la defunción.

Es de resaltar que los datos indican que los homicidios bajaron en el año 2023 respecto del anterior 2022.La entidad con más registros fue Guanajuato (3,862), seguido del Estado de México (2,942), frente a los estados con menos registros: Baja California Sur (50) y Yucatán (52), pero Colima aparece con el primer lugar de homicidios por cada 100 mil habitantes (118.8) y después Morelos (78.4). Sólo números, porque no se mide el dolor que implican ni el error en el que pueden incurrir cuando no hay registros, en una especie de “los olvidados”. Esperemos a conocer los resultados de 2024, tres meses de la nueva administración.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados definitivos de las muertes sucedidas en el año 2023 declaradas para su registro en el país, Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) que permite conocer y comparar el volumen, tendencias y características de la mortalidad en los diferentes ámbitos geográficos del país (INEGI, 2024). Obtenidos en coordinación con la Secretaría de Salud y otras 4 mil 959 fuentes de información como el Registro Civil, Servicios Médicos Forenses, Agencias del Ministerio Público, los resultados arrojan 799 mil 869 defunciones. Un dato que tiene sentido si se asocia con los indicadores de esperanza de vida, salud y seguridad pública, “insumo para el análisis y evaluación de acciones dirigidas a la elaboración de programas de salud pública para controlar enfermedades epidemiológicas, prevención de accidentes y estudio de las diferencias de la mortalidad por edad, sexo y causa básica de la defunción”.

El INEGI proporcionan la información de estos cinco hechos vitales a través de la Secretaría de Gobernación de la que depende el Registro Nacional de Población e Identificación Personal (RENAPO) que a su vez reporta los datos del Registro Civil; la Procuraduría General de la República (PGR) y sus dependencias estatales y sus Agencias del Ministerio Público (AMP) que reportan defunciones por muertes accidentales o violentas; Secretaría de Salud (SSA) comprueba y acredita el fallecimiento y sus causas, únicos autorizados para emitir certificados, conforma lo dicta la Ley General de Salud, igual controlan las defunciones maternas, de menores de 5 años y enfermedades por motivos epidemiológicos, y el Centro Mexicano para la Clasificación de Enfermedades (CEMECE) que funciona como representante del Sistema Nacional de Salud y se encarga de clasificar, por causa básica de defunción, la captación, clasificación y codificación de la información.

Al menos desde 1990, el INEGI recaba la información, por lo que se pueden hacer comparaciones que nos permiten evaluar los trabajos que nuestros gobiernos han hecho para atender las necesidades reales de nosotros los ciudadanos, pero también para redirigir esas acciones de gobierno. Existe un Sistema de Estadísticas Vitales que genera información de nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones generales y muertes fetales.

Ciudad de México registró la mayor tasa de defunción, 841 por cada 100 mil habitantes, Baja California con la menor tasa, 467. La incidencia en México es por enfermedades del corazón (189,210), Diabetes mellitus (110,059), tumores malignos (91,562), accidentes (40,275), enfermedades del hígado (40,052), enfermedades cerebrovasculares (34,428), influenza y neumonía (33,937), agresiones-homicidios (32,252), Enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (18,605), insuficiencia renal (15,929).

Así pues, lo que corresponde a las nuevas administraciones es orientar sus políticas de gobierno para Mejorar del acceso de la población a servicios de salud, Establecer programas para la prevención y control de enfermedades, Mejorar la atención de la salud a la población en situación de vulnerabilidad, Diseñar políticas públicas en salud reproductiva y materno-infantil, Elaborar y evaluar programas para disminuir la mortalidad infantil y mortalidad materna, Dar seguimiento a las defunciones sujetas a vigilancia epidemiológica, Cumplir con los tratados internacionales en materia de salud en el marco de los derechos humanos y la Cobertura del registro de la defunción.

Es de resaltar que los datos indican que los homicidios bajaron en el año 2023 respecto del anterior 2022.La entidad con más registros fue Guanajuato (3,862), seguido del Estado de México (2,942), frente a los estados con menos registros: Baja California Sur (50) y Yucatán (52), pero Colima aparece con el primer lugar de homicidios por cada 100 mil habitantes (118.8) y después Morelos (78.4). Sólo números, porque no se mide el dolor que implican ni el error en el que pueden incurrir cuando no hay registros, en una especie de “los olvidados”. Esperemos a conocer los resultados de 2024, tres meses de la nueva administración.