/ martes 6 de junio de 2023

Paz social: Medio y fin

La paz social es el anhelo y objetivo de toda sociedad. Es un término que se escucha mucho en discursos, se lee en columnas y se conversa en cafés, pero a menudo se pasa por alto su verdadero significado. La paz social es un fin en sí mismo, ya que es esencial para lograr una convivencia pacífica entre las personas. Pero también es un medio para alcanzar la prosperidad y el bienestar en una sociedad.

La paz se entiende comúnmente como la ausencia de conflicto, pero la naturaleza humana implica todo lo contrario. Permanentemente tenemos desacuerdos de todo tipo, desde pequeñas disputas con familiares y amigos, hasta grandes confrontaciones entre grupos cuyas ideas se contraponen, o entre países cuyos intereses económicos, territoriales o ideológicos chocan. Estos desacuerdos a menudo se convierten en conflictos cuando falta el diálogo, la humildad, la comprensión y la solidaridad.

Para transitar hacia la paz social, se requiere trabajar en políticas de estado muy concretas. Entre ellas destacan:

1)Educación: Una educación de calidad es fundamental para formar ciudadanos responsables, críticos, tolerantes y comprometidos con la sociedad.

2)Seguridad: La seguridad ciudadana es un derecho humano fundamental y esencial para que las personas puedan vivir en paz.

3)Salud: El acceso a servicios de salud efectivos y humanos es clave para el bienestar físico y emocional de las personas.

4)Sana convivencia familiar: Es importante promover valores y un piso mínimo de bienestar en los hogares para construir relaciones familiares sanas y pacíficas.

5)Empleo: El empleo es requisito fundamental para lograr una vida digna y para que las personas puedan acceder a mejores oportunidades.

6)Ingresos: La equidad en la distribución de los ingresos es primordial para lograr una sociedad justa y equitativa.

Quienes tienen acceso a una mejor educación, a servicios de salud efectivos y humanos, y a empleos bien remunerados, tienen mayores posibilidades de acceder a una vida plena. Además, el trabajo social para promover una sana convivencia en los hogares es clave para prevenir la delincuencia.

Sin embargo, todo esto solo se cumple si la economía es sana y permite que existan empleos bien pagados para aquellos que los demandan. Además, para atraer más empresas nacionales y extranjeras, se requieren condiciones de seguridad y un sistema de procuración e impartición de justicia efectivos. Si no hay certeza jurídica y seguridad, no habrá inversión.

Puebla ha vivido etapas de enfrentamiento y polarización que en nada favorecen a La paz social, muy por el contrario, distraen tanto a autoridades como a ciudadanos de la tarea de trabajar en paz.

En Puebla, además de los elementos antes mencionados, se requiere lograr un gran acuerdo que involucre a todos los sectores, como base para que todos trabajemos en equipo. Y por todos me refiero al gobierno, empresarios, emprendedores, sindicatos, partidos políticos, asociaciones civiles, iglesias, universidades, municipios y los Poderes Legislativo y Judicial. Puebla necesita reconciliarse y sanar heridas para trabajar en el presente.

Es fundamental que quienes formamos parte del servicio público seamos ejemplo de trabajo, profesionalismo y que nuestro actuar esté siempre bajo la lupa de todos. La paz social solo puede existir cuando quienes servimos a la gente rendimos cuentas, vivimos de manera honesta y sin apariencias. Como funcionarios debemos tener claro que el poder solo debe usarse para cumplirle a la gente, sin arrogancia ni presunción.

La construcción de la paz social no puede lograrse de manera aislada, sino que requiere de la existencia de todo un sistema que debe trabajarse con políticas públicas concretas y articuladas. De esta manera, podemos concebirla como un medio para lograr una sociedad más plena y simultáneamente como un fin en sí mismo de las políticas de Estado.

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