Recordar un pasaje de la historia tan importante para los mexicanos como lo ocurrido en Puebla el 18 de noviembre y, posteriormente, el 20 de noviembre en todo el país, sin duda son dos fechas que los ciudadanos debemos rememorar. No necesariamente por el inicio de un movimiento armado, sino por el objetivo que tuvo y los efectos que generó para nuestro país.
De acuerdo con la historia, este movimiento tenía como objetivo restaurar la soberanía del territorio mexicano, la cual había sido vulnerada por el entonces presidente de la República, Porfirio Díaz, debido a sus continuas reelecciones en el poder. Estas acciones provocaron el descontento de la población por la sensación de autoritarismo y dictadura que se impuso, afectando principalmente a los sectores más vulnerables, quienes enfrentaron una crisis alimentaria que los impulsó a reclamar sus derechos y su dignidad.
El Plan de San Luis jugó un papel importante, pues no solo dejó sin efecto la reelección del gobernante en turno, sino que fue el parteaguas para que comenzaran a gestarse cambios significativos en la historia de vida y convivencia de la población. A partir de 1924, los grandes cambios se asentaron en los procesos de elección de los representantes del pueblo con la promulgación de la primera Ley Electoral, en la que quedó plasmado el sentimiento del pueblo: la prohibición de la reelección de quienes ejercieran un cargo de elección popular, especialmente el de presidente de la República.
Estos cambios fueron trascendentales hasta nuestros días, permitiéndonos entender nuestro contexto actual y reconocer a todos aquellos que lucharon por los derechos de los que hoy gozamos. Entre ellos, destacan los Hermanos Serdán, considerados precursores del movimiento revolucionario en el estado de Puebla aquel 18 de noviembre.
No podemos pasar por alto que fue en la casa de la 6 Oriente donde hombres y mujeres fueron víctimas de un allanamiento tras ser descubiertos y delatados ante las autoridades de la época. En esta casa, marcada con el número 206, habitaban Carmen, Natalia, Aquiles y Máximo Serdán.
La casa era propiedad de Manuel Sevilla Rosales, esposo de Natalia Serdán, quien, tras el fallecimiento de Manuel, llevó a su familia a vivir con ella. La vivienda fue cateada por la policía bajo las órdenes de Miguel Cabrera, jefe de la policía, quien llegó acompañado por Modesto Fregoso y dos policías más. Según los relatos históricos, este cateo culminó en un enfrentamiento a balazos. Los registros dan cuenta de que en esta cruenta batalla, que dejó una veintena de personas muertas, se marcó el inicio de la Revolución Mexicana, cuyo propósito, además de restaurar la soberanía, incluyó reclamar tierra y libertad para los campesinos, instaurando así una reforma agraria.
En la actualidad, la revolución debe ser de ideas. Es necesario descubrir nuevos campos de acción mediante el uso sustentable de la tecnología para cuidar el medio ambiente y facilitar un modelo de desarrollo incluyente, equitativo y en beneficio de todos. Esta nueva revolución debe impulsar la unidad, la tolerancia, la equidad de género, la inclusión y el respeto a los derechos humanos, con el objetivo de mantener la paz social.