/ domingo 1 de abril de 2018

Renovación de fe y esperanza

En estas fechas en las que el mundo occidental celebra la llamada Semana Santa, misma que implica un tiempo de reflexión para entender nuestras acciones y si el camino que seguimos es el que deseamos en comunión con la sociedad a la que pertenecemos, se da el inicio de las campañas electorales las que, en analogía, también implican tiempo de reflexión, fe y esperanza en el inicio de nuevos gobiernos.

Ha llegado la hora en que como personas debemos de observar las distintas plataformas políticas para decidir el camino que queremos seguir como país, como entidad y como municipio en los próximos años. Sin duda habrá una amplia gama de ideas que debemos considerar objetivamente para decidir, de manera razonada, quién debe representarnos en la esfera de Gobierno.

Quiero aprovechar este espacio, entonces, para refrendar el esfuerzo que esta administración que termina hizo para colocar a nuestro país en la vanguardia en distintos sectores a través de las reformas estructurales aprobadas al inicio de la misma. Con el apoyo y consenso de las distintas fuerzas políticas de este país, entramos a una etapa de renovación en temas que ya no podían esperar más tiempo para impulsar su desarrollo; sectores como el educativo, el de tecnologías de la comunicación y el energético, solo por mencionar, fueron parte de las reformas estructurales que hoy, hacen de México un país sólido y estable en la economía global.

Estas dos últimas condiciones han permitido que los logros estén a la vista de todos nosotros; tenemos un record histórico en la generación de empleo en esta administración al pasar de 3 millones de nuevos puestos de trabajo generados; somos uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial y tenemos la tasa más alta de inversión extranjera directa que se ha generado en muchos años, también por mencionar algunos de los logros realizados. Hemos tenido buenos resultados eso no se puede negar, pero debemos seguir en este mismo camino para seguir cosechando los frutos de lo que hemos cosechado.

Por lo que, sin lugar a dudas, el candidato ideal para mantenernos en esta buena inercia es José Antonio Meade, ya que conoce a fondo el objetivo de las reformas implementadas y tiene amplia experiencia así como capacidad para hacer lo que sea necesario para potenciar el desarrollo de nuestro país. Meade implica mantener este camino de cambios que nuestro país requiere para mantenerse en el escenario global y a la vez, garantiza la capacidad de poder atender los grandes temas que aún preocupan a nuestro país desde la violencia hasta el combate a la pobreza y la desigualdad.

Tal como lo ha mencionado el eje principal de su plataforma política es apoyar las condiciones para tener equidad de género y una economía familiar que se fortalezca y se refleje en la calidad de vida de todos los mexicanos; cero tolerancia a la corrupción porque se puede tener políticos que no tengan un solo peso fuera de la ley si se castiga a quienes abusen de sus posiciones además de, si se les obliga a regresar lo que hayan obtenido de manera ilícita; se puede avanzar para lograr cero carencias así como tener seguridad total porque, él tiene la voluntad política y la capacidad técnica para hacerlo.

En sintonía con esta época donde todos renovamos nuestra fe y nuestra esperanza para la sociedad en que vivimos, debemos también de pensar en el futuro que como país queremos y debemos tener en el ámbito de lo político. Que sea una etapa que permita el florecer del mejor futuro para México tomando en cuenta los buenos logros que hoy tenemos y que no se pueden desdeñar solo con palabras.