/ miércoles 23 de octubre de 2024

Se avecina nueva relación MX - EU

La posible presidencia de Kamala Harris en Estados Unidos ha generado un gran interés en México, especialmente en temas como migración, narcotráfico y relación comercial. La política exterior de Kamala podría marcar un cambio significativo en la relación entre Estados Unidos y México. A diferencia de Donald Trump, Harris se enfoca en la cooperación internacional y el desarrollo sostenible. Sin embargo, esto no necesariamente significa que México esté libre de desafíos.

En temas migratorios Kamala Harris ha manifestado que es necesario atender las causas de la migración en países de América Latina y el Caribe con programas que fomenten su desarrollo. Esto podría beneficiar a los migrantes mexicanos en Estados Unidos, pero también podría generar tensiones en la frontera y afectar la cooperación bilateral. Harris ha propuesto una política más progresista, que busca combinar el progreso social con el pragmatismo económico. Y esto suena a una reforma migratoria más de fondo que evidentemente buscará en primera instancia velar por sus connacionales.

En cuanto al narcotráfico, Harris ha enfatizado la necesidad de un enfoque integral que aborde las causas profundas del problema. Esto podría incluir programas de desarrollo económico y social en las regiones afectadas por el narcotráfico, así como una mayor cooperación entre los cuerpos de seguridad de ambos países. Sin embargo, también podría generar tensiones si no se coordina adecuadamente con las autoridades mexicanas. Y prevalece la duda de si pondrá más atención al consumo como factor medular o al comercio, porque aunque sea ilegal su comercio, los problemas de salud del otro lado del río, parece que van en aumento y eso conlleva una responsabilidad de fondo, allá.

Y ya hablando de comercio, pero en un sentido legal, en cuanto a la relación comercial, Harris ha expresado su apoyo al tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pero ojo, también ha sugerido que podría ser necesario renovarlo para proteger los intereses estadounidenses. Esto sin duda generaría tensiones en la relación bilateral, especialmente si México no está dispuesto a hacer concesiones significativas, porque velar por los derechos laborales no implica hablar de los derechos de los migrantes, el enfoque es más en el sentido del derecho al trabajo y mejores condiciones de sus gobernados.

Es decir, si la vicepresidenta llega a la presidencia, es probable que su administración busque implementar políticas más progresistas en temas como migración y narcotráfico. Esto sin duda generará tensiones en la relación bilateral, especialmente si no se logra una adecuada coordinación de autoridades ya que en el presente distan en las visiones de Estado debido a las circunstancias particulares de cada país. Por eso aunque no dependa de nosotros, yo me pregunto ¿Le conviene a México una presidenta como Kamala Harris?

Es fundamental que México esté preparado para enfrentar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que surjan de una posible presidencia de Harris. Esto podría incluir: Fortalecer la cooperación bilateral en temas como seguridad, migración y comercio; tareas claras para los titulares de estas dependencias. Todo con un enfoque a desarrollar programas especialmente en las regiones afectadas por el narcotráfico. Y queramos o no, es evidente que la nueva administración querría hacerse suyo el T-MEC o más bien, USMCA, como es conocido en el vecino país, y esto podría generar incertidumbre en nuestro territorio.

En última instancia, la respuesta depende de la capacidad de México para navegar los desafíos y oportunidades que surjan de la política exterior de Harris. De tal modo que replanteo la pregunta: ¿Debería México enfocarse en su desarrollo interno y reducir su dependencia de Estados Unidos, o debería buscar una cooperación más estrecha con la administración de Harris? La respuesta a esta pregunta será crucial para determinar el futuro de la relación entre México y Estados Unidos.

Todo lo anterior cobra relevancia en el supuesto caso que los demócratas conservan la presidencia pero todo apunta a que regresaran los republicanos comandados por Trump, lo que nos aclara algunas dudas de estos cuestionamientos sin dejar de lado que las circunstancias cuatro años después no son las mismas y falta empatar la visión de Estado que nuestra presidenta marque en los próximos meses con acciones que permitan vislumbrar nuestra nueva relación con nuestros hermanos de la frontera norte.

@serdan_mx