/ lunes 1 de julio de 2024

Un debate a la mexicana

El pasado jueves se llevó a cabo el primer debate presidencial entre el actual mandatario de los Estados Unidos Joe Biden y su antecesor Donald Trump, un intercambio de declaraciones que duró 90 minutos y que se caracterizó por los deslices de Biden debido a su edad y las negativas de Trump a contestar claramente las preguntas incómodas que se le hacían.

El debate organizado por la cadena CNN contó con el buen desempeño de los moderadores Jake Tapper y Dana Bash, los cuales realizaron cuestionamientos alusivos a la economía, las guerras en Ucrania y Gaza, el medio ambiente, el ataque al Capitolio y la reciente condena penal de Donald Trump.

Joe Biden por un lado batalló en diversas ocasiones para comunicar elocuentemente sus ideas al divagar por algunos momentos, y fue duramente criticado por los integrantes de la prensa, quienes siguen cuestionando si alguien de la edad del actual inquilino de la Casa Blanca tiene la lucidez para dirigir a la nación más poderosa del mundo, incluso de acuerdo a NBC News, figuras dentro del partido demócrata han solicitado que Biden renuncie a su candidatura tras su desempeño en el debate, llegando a ofrecer la oportunidad de competir a nada más y nada menos que Michelle Obama (esposa del expresidente demócrata Barack Obama), quien declinó el ofrecimiento.

Por otro lado Donald Trump mostró una postura mucho más activa y enérgica, aunque no al nivel que nos tiene acostumbrados, eso sí, también fue duramente criticado por mentir en reiteradas ocasiones y negarse a responder preguntas, como cuando fue cuestionado sobre si en caso de que los resultados no le fueran favorables aceptaría su derrota, algo a lo que el candidato republicano respondió hasta la tercera ocasión en la que le preguntaron.

Biden acusó que la menguante económica que vive hoy Estados Unidos, cuyas principales quejas por parte de la ciudadanía se basan en el alza de los precios de productos básicos, y el inicio de la desaparición de la clase media en algunos sectores del país, se debe a la mala administración de Donald Trump, diciendo textualmente: “Tenemos que echar un vistazo a lo que quedó cuando me convertí en presidente, lo que el Sr. Trump me dejó, teníamos una economía que estaba en caída libre, la pandemia fue muy mal manejada”.

Trump respondió diciendo que los Estados Unidos tenían la mejor economía del mundo durante su gestión, una afirmación falsa a todas luces, pues de acuerdo a cifras del Banco Mundial, bajo la administración republicana la Unión Americana creció apenas el 2.67%, además el polémico empresario llegó a mencionar que los Estados Unidos son ya una nación del tercer mundo y han perdido el respeto de todos, esto gracias al pobre liderazgo del mandatario demócrata.

Con respecto al tema de la migración, el expresidente acusó al actual mandatario de abrir las fronteras de la Unión Americana a terroristas, violadores y delincuentes, llegando a afirmar que durante su administración, Estados Unidos tuvo la frontera más segura en la historia de este país, una afirmación exagerada e incorrecta, sobre todo si consideramos que los más de 40 millones de mexicanas y mexicanos radicados en nuestro vecino del norte, no solo son un factor de progreso económico en nuestro país a través de las remesas, sino que la comunidad mexicana migrante aporta en promedio anual, la cantidad de 324 mil millones de dólares al PIB de los Estados Unidos.

En resumen más que un debate, ambos candidatos hicieron su mejor esfuerzo por intentar probar quién fue peor presidente, esto a lo largo de 90 minutos que carecieron de propuestas e ideas, y en donde abundaron las mentiras, los deslices y las descalificaciones, algo que sin lugar a dudas recordó al recientemente vivido proceso electoral mexicano y sus debates presidenciales.

Lo que sí es un hecho es que dada la situación actual en Estados Unidos y el mundo, y los retos que ambos enfrentan, esta elección determinará en buena medida el futuro de la Unión Americana como principal potencia mundial, con una China que hoy más que nunca le compite de tú a tú, por ello es importante resaltar la exigencia que debe de haber por parte de la ciudadanía norteamericana, de exigir debates a la altura de los retos que enfrentan, además cabe resaltar que ninguno de los aspirantes se dio la mano, ni al inicio ni al final de este primer debate, algo que no hace más que abonar a un país que ya está sumamente polarizado, de momento no queda nada más que esperar un mejor nivel de debate, que responda de manera adecuada a las principales amenazas de los Estados Unidos, pues si alguien tiene que estar al pendiente de ese proceso electoral, sin duda alguna es México.


El pasado jueves se llevó a cabo el primer debate presidencial entre el actual mandatario de los Estados Unidos Joe Biden y su antecesor Donald Trump, un intercambio de declaraciones que duró 90 minutos y que se caracterizó por los deslices de Biden debido a su edad y las negativas de Trump a contestar claramente las preguntas incómodas que se le hacían.

El debate organizado por la cadena CNN contó con el buen desempeño de los moderadores Jake Tapper y Dana Bash, los cuales realizaron cuestionamientos alusivos a la economía, las guerras en Ucrania y Gaza, el medio ambiente, el ataque al Capitolio y la reciente condena penal de Donald Trump.

Joe Biden por un lado batalló en diversas ocasiones para comunicar elocuentemente sus ideas al divagar por algunos momentos, y fue duramente criticado por los integrantes de la prensa, quienes siguen cuestionando si alguien de la edad del actual inquilino de la Casa Blanca tiene la lucidez para dirigir a la nación más poderosa del mundo, incluso de acuerdo a NBC News, figuras dentro del partido demócrata han solicitado que Biden renuncie a su candidatura tras su desempeño en el debate, llegando a ofrecer la oportunidad de competir a nada más y nada menos que Michelle Obama (esposa del expresidente demócrata Barack Obama), quien declinó el ofrecimiento.

Por otro lado Donald Trump mostró una postura mucho más activa y enérgica, aunque no al nivel que nos tiene acostumbrados, eso sí, también fue duramente criticado por mentir en reiteradas ocasiones y negarse a responder preguntas, como cuando fue cuestionado sobre si en caso de que los resultados no le fueran favorables aceptaría su derrota, algo a lo que el candidato republicano respondió hasta la tercera ocasión en la que le preguntaron.

Biden acusó que la menguante económica que vive hoy Estados Unidos, cuyas principales quejas por parte de la ciudadanía se basan en el alza de los precios de productos básicos, y el inicio de la desaparición de la clase media en algunos sectores del país, se debe a la mala administración de Donald Trump, diciendo textualmente: “Tenemos que echar un vistazo a lo que quedó cuando me convertí en presidente, lo que el Sr. Trump me dejó, teníamos una economía que estaba en caída libre, la pandemia fue muy mal manejada”.

Trump respondió diciendo que los Estados Unidos tenían la mejor economía del mundo durante su gestión, una afirmación falsa a todas luces, pues de acuerdo a cifras del Banco Mundial, bajo la administración republicana la Unión Americana creció apenas el 2.67%, además el polémico empresario llegó a mencionar que los Estados Unidos son ya una nación del tercer mundo y han perdido el respeto de todos, esto gracias al pobre liderazgo del mandatario demócrata.

Con respecto al tema de la migración, el expresidente acusó al actual mandatario de abrir las fronteras de la Unión Americana a terroristas, violadores y delincuentes, llegando a afirmar que durante su administración, Estados Unidos tuvo la frontera más segura en la historia de este país, una afirmación exagerada e incorrecta, sobre todo si consideramos que los más de 40 millones de mexicanas y mexicanos radicados en nuestro vecino del norte, no solo son un factor de progreso económico en nuestro país a través de las remesas, sino que la comunidad mexicana migrante aporta en promedio anual, la cantidad de 324 mil millones de dólares al PIB de los Estados Unidos.

En resumen más que un debate, ambos candidatos hicieron su mejor esfuerzo por intentar probar quién fue peor presidente, esto a lo largo de 90 minutos que carecieron de propuestas e ideas, y en donde abundaron las mentiras, los deslices y las descalificaciones, algo que sin lugar a dudas recordó al recientemente vivido proceso electoral mexicano y sus debates presidenciales.

Lo que sí es un hecho es que dada la situación actual en Estados Unidos y el mundo, y los retos que ambos enfrentan, esta elección determinará en buena medida el futuro de la Unión Americana como principal potencia mundial, con una China que hoy más que nunca le compite de tú a tú, por ello es importante resaltar la exigencia que debe de haber por parte de la ciudadanía norteamericana, de exigir debates a la altura de los retos que enfrentan, además cabe resaltar que ninguno de los aspirantes se dio la mano, ni al inicio ni al final de este primer debate, algo que no hace más que abonar a un país que ya está sumamente polarizado, de momento no queda nada más que esperar un mejor nivel de debate, que responda de manera adecuada a las principales amenazas de los Estados Unidos, pues si alguien tiene que estar al pendiente de ese proceso electoral, sin duda alguna es México.