/ lunes 10 de junio de 2024

Un desencuentro, tres confesiones y una oposición perdida

No duró ni una semana la luna de miel entre el aún presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, quienes mostraron ya sus primeras diferencias, esto con respecto a la aprobación del “Plan C”, una reforma judicial que busca entre otras cosas la elección de ministras y ministros mediante voto popular, una reforma que ha provocado una caída en picada del súper peso, que hasta hace poco era motivo de orgullo entre las y los morenistas.

Por si no bastara la incertidumbre que permea dentro de diversos sectores en nuestro país, el mundo también hace públicas sus preocupaciones, no tanto por la victoria de Claudia sino porque Morena y aliados tengan mayoría en el Congreso de la Unión para modificar nuestra constitución, ¿El resultado? El dólar subió 8% tan solo en los primeros 5 días después de la elección, apenas se empezaba a estabilizar el tema cuando la 4t anunció que el “Plan C” se aprobaría en septiembre, pues tan pronto se hicieron públicos estos comentarios el dólar voló de nueva cuenta, obligando a la presidenta electa a salir a declarar que el “Plan C” deberá pasar por un proceso de diálogo, que iban a tomar las cosas con calma, que iba a haber sesiones de parlamento abierto para escuchar a todas y todos, hasta apareció en redes hablando inglés con líderes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, pareciendo incluso que buscaba enviar el mensaje de que era distinta al ala radical del oficialismo, y cuando parecía estar consiguiéndolo llegó el aún presidente.

Y es que la mañanera del pasado viernes a diferencia de otras tuvo bastante información que analizar, en lo particular tres declaraciones de López Obrador que resultan bastante reveladoras, siguiendo con el tema del “Plan C” cuando Claudia parecía empezar a controlar el incendio, desde Palacio Nacional se aventó un bidón con gasolina, pues en la conferencia matutina Amlo declaró que sin lugar a dudas el “Plan C” será aprobado y no solo ese, sino también el “Plan B” que es una reforma electoral al INE, lo que hizo que el dólar se disparara nuevamente, haciendo que la bolsa cayera otra vez ahora en un 3% tan solo el día viernes.

Esto representa la primera discrepancia entre presidente saliente y presidenta entrante, cuando ni siquiera ha empezado formalmente el periodo de transición y con qué temas, nada más y nada menos que la aprobación o no del Plan B y C, sobre los cuales el presidente López Obrador hizo la primera de las tres confesiones que mencionaremos, una que refleja que sin importar cómo reaccionen los mercados, el oficialismo está decidido a ir por la Suprema Corte, declarando que: “La reforma al Poder Judicial provoca nerviosismo en los mercados porque los ministros son empleados de las corporaciones”, y que “La justicia está por encima de los mercados”.

La segunda confesión nutrió el discurso de algunos sectores del país que aseguraban que el actual presidente no se mantendría al margen de la vida pública del país una vez concluyera su mandato, pues como dijo George Orwell: “Nadie toma el poder con la intención de dejarlo”, y Amlo luego de 5 años diciendo que se va a retirar de la política y que no iba ni a tomar llamadas, confesó que ejercería su derecho a disentir y que si la situación lo ameritara, siempre si atendería llamados, lo que nos deja una pregunta ¿Qué pensará Claudia Sheinbaum ante lo que parece ser que el actual presidente no le cederá el poder por completo?, corre el riesgo quizá de que al igual que como le dieron un bastón de mando que no le obedecía, pudieran entregarle una banda presidencial que le pertenece a alguien más.

Y la tercera confesión, el presidente aseguró que por un pacto que tiene con su familia ahora que él “se retire” de la vida pública del país, culminando su periodo como presidente de la república sus hijos ya serían libres para poder participar en la política mexicana, aunque eso sí, antes deberán aclarar todas las “calumnias” de las que han sido víctimas por parte de la oposición a lo largo de estos 6 años, pues aseguró sus hijos son personas honestas.

Y hablando de la oposición, esta pareciera seguir en un estado de shock, un estado de negación tras lo ocurrido, esto debido a que a lo largo de la semana pasada tanto el presidente del PRI Alejandro Moreno como del PAN Marko Cortés han alegado un fraude electoral, negándose a reconocer el fracaso rotundo de su coalición y la animadversión que les tiene la inmensa mayoría del país, en cualquier otro lugar del mundo un presidente de partido con los resultados que estas dos figuras acarrean hubiera renunciado por dignidad desde hace muchísimo tiempo, pero no es este el caso, irresponsablemente se niegan a ver que el tiempo ha alcanzado a partidos como el PRD y el propio PRI, y que si el PAN quiere evitar la extinción, necesita urgentemente una verdadera revolución interna, de lo contrario tendrán el mismo destino.

Ni siquiera en el fracaso han sido capaces de hacer lo que tienen que hacer, se sorprenden de un resultado que ellos mismos propiciaron, al no actuar como oposición durante 5 años, al no capitalizar los escándalos políticos de la 4t, al no intentar una reconciliación con las personas que se vieron agraviadas durante sus gestiones, al abandonar a su candidata a la deriva y endosar la responsabilidad de combatir al oficialismo a una clase media que pensaron mayoría y resultó minoría, y aún así se mantienen enfocados en otras cosas de las que deberían, pues en vez de estar debatiendo la sobrerrepresentación de la coalición gobernante en el Congreso de la Unión y rescatar un poco de los contrapesos que este país requiere, alegan un fraude que lo único que nos dice, es que aún no entienden su realidad, que aún no entienden ese otro México que está allá afuera, que el pasado 2 de junio dio un golpe sobre la mesa y dijo nunca más, al PRI al PRD y quizás al PAN.

No duró ni una semana la luna de miel entre el aún presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, quienes mostraron ya sus primeras diferencias, esto con respecto a la aprobación del “Plan C”, una reforma judicial que busca entre otras cosas la elección de ministras y ministros mediante voto popular, una reforma que ha provocado una caída en picada del súper peso, que hasta hace poco era motivo de orgullo entre las y los morenistas.

Por si no bastara la incertidumbre que permea dentro de diversos sectores en nuestro país, el mundo también hace públicas sus preocupaciones, no tanto por la victoria de Claudia sino porque Morena y aliados tengan mayoría en el Congreso de la Unión para modificar nuestra constitución, ¿El resultado? El dólar subió 8% tan solo en los primeros 5 días después de la elección, apenas se empezaba a estabilizar el tema cuando la 4t anunció que el “Plan C” se aprobaría en septiembre, pues tan pronto se hicieron públicos estos comentarios el dólar voló de nueva cuenta, obligando a la presidenta electa a salir a declarar que el “Plan C” deberá pasar por un proceso de diálogo, que iban a tomar las cosas con calma, que iba a haber sesiones de parlamento abierto para escuchar a todas y todos, hasta apareció en redes hablando inglés con líderes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, pareciendo incluso que buscaba enviar el mensaje de que era distinta al ala radical del oficialismo, y cuando parecía estar consiguiéndolo llegó el aún presidente.

Y es que la mañanera del pasado viernes a diferencia de otras tuvo bastante información que analizar, en lo particular tres declaraciones de López Obrador que resultan bastante reveladoras, siguiendo con el tema del “Plan C” cuando Claudia parecía empezar a controlar el incendio, desde Palacio Nacional se aventó un bidón con gasolina, pues en la conferencia matutina Amlo declaró que sin lugar a dudas el “Plan C” será aprobado y no solo ese, sino también el “Plan B” que es una reforma electoral al INE, lo que hizo que el dólar se disparara nuevamente, haciendo que la bolsa cayera otra vez ahora en un 3% tan solo el día viernes.

Esto representa la primera discrepancia entre presidente saliente y presidenta entrante, cuando ni siquiera ha empezado formalmente el periodo de transición y con qué temas, nada más y nada menos que la aprobación o no del Plan B y C, sobre los cuales el presidente López Obrador hizo la primera de las tres confesiones que mencionaremos, una que refleja que sin importar cómo reaccionen los mercados, el oficialismo está decidido a ir por la Suprema Corte, declarando que: “La reforma al Poder Judicial provoca nerviosismo en los mercados porque los ministros son empleados de las corporaciones”, y que “La justicia está por encima de los mercados”.

La segunda confesión nutrió el discurso de algunos sectores del país que aseguraban que el actual presidente no se mantendría al margen de la vida pública del país una vez concluyera su mandato, pues como dijo George Orwell: “Nadie toma el poder con la intención de dejarlo”, y Amlo luego de 5 años diciendo que se va a retirar de la política y que no iba ni a tomar llamadas, confesó que ejercería su derecho a disentir y que si la situación lo ameritara, siempre si atendería llamados, lo que nos deja una pregunta ¿Qué pensará Claudia Sheinbaum ante lo que parece ser que el actual presidente no le cederá el poder por completo?, corre el riesgo quizá de que al igual que como le dieron un bastón de mando que no le obedecía, pudieran entregarle una banda presidencial que le pertenece a alguien más.

Y la tercera confesión, el presidente aseguró que por un pacto que tiene con su familia ahora que él “se retire” de la vida pública del país, culminando su periodo como presidente de la república sus hijos ya serían libres para poder participar en la política mexicana, aunque eso sí, antes deberán aclarar todas las “calumnias” de las que han sido víctimas por parte de la oposición a lo largo de estos 6 años, pues aseguró sus hijos son personas honestas.

Y hablando de la oposición, esta pareciera seguir en un estado de shock, un estado de negación tras lo ocurrido, esto debido a que a lo largo de la semana pasada tanto el presidente del PRI Alejandro Moreno como del PAN Marko Cortés han alegado un fraude electoral, negándose a reconocer el fracaso rotundo de su coalición y la animadversión que les tiene la inmensa mayoría del país, en cualquier otro lugar del mundo un presidente de partido con los resultados que estas dos figuras acarrean hubiera renunciado por dignidad desde hace muchísimo tiempo, pero no es este el caso, irresponsablemente se niegan a ver que el tiempo ha alcanzado a partidos como el PRD y el propio PRI, y que si el PAN quiere evitar la extinción, necesita urgentemente una verdadera revolución interna, de lo contrario tendrán el mismo destino.

Ni siquiera en el fracaso han sido capaces de hacer lo que tienen que hacer, se sorprenden de un resultado que ellos mismos propiciaron, al no actuar como oposición durante 5 años, al no capitalizar los escándalos políticos de la 4t, al no intentar una reconciliación con las personas que se vieron agraviadas durante sus gestiones, al abandonar a su candidata a la deriva y endosar la responsabilidad de combatir al oficialismo a una clase media que pensaron mayoría y resultó minoría, y aún así se mantienen enfocados en otras cosas de las que deberían, pues en vez de estar debatiendo la sobrerrepresentación de la coalición gobernante en el Congreso de la Unión y rescatar un poco de los contrapesos que este país requiere, alegan un fraude que lo único que nos dice, es que aún no entienden su realidad, que aún no entienden ese otro México que está allá afuera, que el pasado 2 de junio dio un golpe sobre la mesa y dijo nunca más, al PRI al PRD y quizás al PAN.