La humanidad sufre transformaciones que se reflejan en el desarrollo de sus sociedades. En cada una de estas etapas que hemos vivido, hay factores productivos que han marcado el tipo de vida que se lleva; tierra, trabajo y capital habían sido hasta hace unos años los elementos que habían guiado la evolución humana pero tal parece que hoy, tenemos un cuarto factor reconocido por los especialistas, hablamos del conocimiento.
Muchos países han comprendido perfectamente el concepto y hoy están aprovechando este bien para impulsar su crecimiento. La premisa bajo la cual opera el conocimiento es que ese es el elemento clave para impulsar innovaciones en cualquier sector productivo mismas que, son la base para mejorar los procesos productivos y así, se mejora la productividad de las empresas lo que se traduce en mayores ganancias.
En especial debemos mencionar que el conocimiento se ha aprovechado en aumentos de productividad en sectores de media y alta tecnología lo que hace que la rotación de mercancía a dinero sea más rápida por lo que, la acumulación de capital de las empresas también aumenta.
Para que el saber florezca es necesario formar a las personas y elevar su nivel educativo, es decir, se requiere tener una buena base de centros educativos para que el capital humano pueda formarse. Lo ya descrito me hace pensar firmemente que Puebla, nuestro gran Estado, puede ser punta de lanza en nuestro país para lograr lo que la mayoría de las personas piden desde hace años y es, que exista una vinculación entre centros educativos y la industria para aprovechar el conocimiento que se genera y este, no se fugue ya no a otros estados, a otros países.
Puebla es un clúster educativo en nuestro país que tiene como representante principal una de las universidades más importantes, me refiero a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), además, tiene representación de las instituciones privadas de mayor renombre, esto nos da elementos para saber que somos una entidad del conocimiento en plena formación de capital humano.
Estoy convencido que si logramos impulsar políticas públicas que incentiven a los jóvenes para que estos continúen sus estudios de nivel medio superior y superior, y a su vez, hacemos que los empresarios locales se vinculen con los centros de investigación de nuestras universidades podemos generar una inercia ganadora para la economía poblana.
Debemos de ir a que los jóvenes tengan distintas oportunidades de empleo y eso se logrará, si hacemos que este conocimiento se ponga al servicio de las industrias locales ya que, por un lado, creceremos en centros de investigación que se convierten en lugares de trabajo para quienes desean dedicarse a investigar y por otro, las empresas al hacer uso del conocimiento necesitarán recursos humanos capacitados para aumentar su productividad por lo que, con algunos incentivos, podrán contratar a más jóvenes graduados.
Esta es una propuesta que es factible y que, con voluntad política, puede llevar a Puebla a convertirse en punta de lanza del uso de los recursos humanos. Estoy convencido de que los poblanos tenemos los elementos suficientes para lograr ser un estado prospero en todos los sectores productivos que tenemos si logramos aprovechar las ventajas que el ser un clúster educativo nos da; recordemos que hemos mantenido por más de 20 años una industria automotriz que ha crecido.
Las propuestas no solo deben ser dichos y palabras, las propuestas se deben sustentar con ideas claras de cómo llevarlas a cabo para no caer en populismos vanos. Esta es una propuesta con ideas de cómo Puebla puede aumentar su crecimiento y desarrollo utilizando a sus jóvenes, y dándoles mejores oportunidades para lograr su bienestar.