/ martes 5 de septiembre de 2023

Visiones de país

Esta semana será fundamental para el futuro de nuestro querido México. El próximo 6 de septiembre se presentará el resultado de la encuesta levantada a lo largo y ancho del país por mi partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), para elegir al o la coordinadora nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.

En términos entendibles para aquellos no muy interesados en la política, será el o la candidata de nuestro movimiento a la Presidencia de la República en 2024, y muy posiblemente quien guíe los destinos del país durante el próximo periodo de seis años.

Esta semana ya está siendo histórica para México porque la oposición, fiel a sus viejas prácticas, designó a la senadora Xóchitl Gálvez como la encargada de construir lo que han denominado como un frente amplio para encarar la propuesta de transformación que inició nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, hace cinco años que llegó al poder.

Historia pura para nuestro país, porque si bien tal y como mencioné anteriormente, la designación de la senadora Gálvez fue decidida por una cúpula en el poder, habiendo disfrazado este proceso con una encuesta nacional que ni siquiera fue terminada, el resultado final es que será una mujer la que compita por la Presidencia de la República representando a la oposición, y si todas las encuestas y sondeos hechos hasta la fecha resultan acertados, será la doctora Claudia Sheinbaum quien encabece a mi partido en el citado proceso electoral y quien termine ganándolo.

De esta manera, el año 2024 marcará la llegada por primera vez en la historia de nuestro país de una mujer a la Presidencia de la República Mexicana. Lo escribo en estas líneas y lo he repetido en múltiples foros: es tiempo de las mujeres, tiempo de cambios, tiempo de transformación, no sólo de la vida pública nacional, sino de la cultura machista y patriarcal que han caracterizado nuestra interacción social.

Las mujeres han tenido que pelear cada espacio que hoy por derecho propio ocupan, han tenido que remar contracorriente desde la escuela, en el deporte, la academia y por supuesto en la vida laboral, pasando por su participación activa en la vida política democrática del país.

La llegada de la doctora Sheinbaum a la Presidencia de la República será sin duda un nuevo eje para continuar la transformación del país que está en rumbo, bajo el liderazgo y una visión preparada, honesta, y experimentada de una mujer que, estoy muy seguro, dará un papel preponderante en todos los aspectos de la vida pública al rol que juegan las mujeres mexicanas.

Desde Puebla celebramos este fortalecimiento de la visión transformadora de México que ha planteado la doctora Sheinbaum. Como jefa de gobierno de la ciudad de México entregó resultados y beneficios tangibles para madres de familia, estudiantes, mujeres en situación vulnerable, y por supuesto a través de oportunidades laborales y de desarrollo profesional desde las universidades y tecnológicos públicos.

En el año 2000 vivimos un hito que hasta entonces se pensaba imposible, la salida del ex todopoderoso PRI del poder; en 2018 un movimiento de reciente creación liderado por un incansable luchador social con una visión de equidad y justicia volvió a sacar al PRI de Palacio Nacional; y en 2024 viviremos un nuevo hito histórico que será la llegada de una mujer a la Presidencia de México.

Respetuoso de los procesos quedaremos a la espera de los resultados, listos siempre para trabajar unidos, y repito unidos, para que la transformación del país continúe sin dejar un espacio factible para el regreso de las viejas prácticas del poder, en las que los privilegios, la corrupción y la impunidad beneficiaron a una élite reducida que se sentía dueña de México. No podemos permitir el regreso de ese tipo de política a un México moderno que se inserta como nunca en el escenario de competitividad internacional.

Puebla y México requieren unidad, centrarnos en aquello sobre lo que podemos construir en conjunto y no en los temas que nos dividen, sólo así podremos solucionar asuntos que llevan décadas pendientes y que no pueden esperar a ser atendidos.


Esta semana será fundamental para el futuro de nuestro querido México. El próximo 6 de septiembre se presentará el resultado de la encuesta levantada a lo largo y ancho del país por mi partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), para elegir al o la coordinadora nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.

En términos entendibles para aquellos no muy interesados en la política, será el o la candidata de nuestro movimiento a la Presidencia de la República en 2024, y muy posiblemente quien guíe los destinos del país durante el próximo periodo de seis años.

Esta semana ya está siendo histórica para México porque la oposición, fiel a sus viejas prácticas, designó a la senadora Xóchitl Gálvez como la encargada de construir lo que han denominado como un frente amplio para encarar la propuesta de transformación que inició nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, hace cinco años que llegó al poder.

Historia pura para nuestro país, porque si bien tal y como mencioné anteriormente, la designación de la senadora Gálvez fue decidida por una cúpula en el poder, habiendo disfrazado este proceso con una encuesta nacional que ni siquiera fue terminada, el resultado final es que será una mujer la que compita por la Presidencia de la República representando a la oposición, y si todas las encuestas y sondeos hechos hasta la fecha resultan acertados, será la doctora Claudia Sheinbaum quien encabece a mi partido en el citado proceso electoral y quien termine ganándolo.

De esta manera, el año 2024 marcará la llegada por primera vez en la historia de nuestro país de una mujer a la Presidencia de la República Mexicana. Lo escribo en estas líneas y lo he repetido en múltiples foros: es tiempo de las mujeres, tiempo de cambios, tiempo de transformación, no sólo de la vida pública nacional, sino de la cultura machista y patriarcal que han caracterizado nuestra interacción social.

Las mujeres han tenido que pelear cada espacio que hoy por derecho propio ocupan, han tenido que remar contracorriente desde la escuela, en el deporte, la academia y por supuesto en la vida laboral, pasando por su participación activa en la vida política democrática del país.

La llegada de la doctora Sheinbaum a la Presidencia de la República será sin duda un nuevo eje para continuar la transformación del país que está en rumbo, bajo el liderazgo y una visión preparada, honesta, y experimentada de una mujer que, estoy muy seguro, dará un papel preponderante en todos los aspectos de la vida pública al rol que juegan las mujeres mexicanas.

Desde Puebla celebramos este fortalecimiento de la visión transformadora de México que ha planteado la doctora Sheinbaum. Como jefa de gobierno de la ciudad de México entregó resultados y beneficios tangibles para madres de familia, estudiantes, mujeres en situación vulnerable, y por supuesto a través de oportunidades laborales y de desarrollo profesional desde las universidades y tecnológicos públicos.

En el año 2000 vivimos un hito que hasta entonces se pensaba imposible, la salida del ex todopoderoso PRI del poder; en 2018 un movimiento de reciente creación liderado por un incansable luchador social con una visión de equidad y justicia volvió a sacar al PRI de Palacio Nacional; y en 2024 viviremos un nuevo hito histórico que será la llegada de una mujer a la Presidencia de México.

Respetuoso de los procesos quedaremos a la espera de los resultados, listos siempre para trabajar unidos, y repito unidos, para que la transformación del país continúe sin dejar un espacio factible para el regreso de las viejas prácticas del poder, en las que los privilegios, la corrupción y la impunidad beneficiaron a una élite reducida que se sentía dueña de México. No podemos permitir el regreso de ese tipo de política a un México moderno que se inserta como nunca en el escenario de competitividad internacional.

Puebla y México requieren unidad, centrarnos en aquello sobre lo que podemos construir en conjunto y no en los temas que nos dividen, sólo así podremos solucionar asuntos que llevan décadas pendientes y que no pueden esperar a ser atendidos.


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