Ante la desesperación que ofrece una causa perdida o que considera como tal, el ser humano busca algo que pueda salvarlo de manera milagrosa o inesperada, es parte de una natural esperanza que muchos tienen y que los lleva a luchar hasta el final. En ese sentido, la imagen del santo que hoy referimos cobra importancia, ya que él es precisamente el patrono de las llamadas causas perdidas.
En diferentes medios hemos oído la publicidad acerca de la visita de las reliquias de San Juditas como también se le conoce, recalcando la diferencia con Judas Izcariote, quien traicionó a Jesucristo por unas monedas, claro que este relato parte de la tradición y fe católica, ya que hay muchos cuestionamientos acerca de la existencia de Jesús como ser humano, pero ese es otro tema que no discutiremos hoy. Lo que sí existe es una fe muy grande en nuestro país, la cual parte de un catolicismo que está muy presente en el imaginario de los mexicanos, haciendo un paréntesis, considero como absurdo el exigir que España nos pida perdón, ya que eso significaría que la religión, considerada como sagrada para millones.
La difusión mencionada menciona explícitamente la reconciliación, palabra que encierra un gran significado y que verdaderamente se necesita en nuestro país y en el mundo, pero creo que esto queda simplemente como un buen deseo, ya que precisamente la discordia es lo que produce beneficios políticos y económicos, eso lo estamos viendo en distintas partes del mundo: basta ver las grandes mentiras, ofensas y agresiones de Nicolás Maduro; lo sucedido en la Franja de Gaza; y obviamente las descalificaciones que oímos a diario en nuestro país, donde unos todos se dicen ser los buenos que luchan contra los malos.
Pienso ahora en algunos políticos, artistas, millonarios que no tienen límites, quienes no tienen respeto por nada ni por nadie, lo cual crea una actitud totalmente deshumanizada que lleva a los grandes abusos, especialmente en los gobernantes que no tienen contrapesos y que prácticamente se vuelven locos de poder. De igual manera alguien que no tenga dinero puede ser una persona sin límites, como aquel asaltante que no se conforma con llevarse cosas materiales, sino que también golpea o viola a sus víctimas. En ese sentido considero que hoy falta mucha espiritualidad, en ese sentido la religión puede tener una utilidad, ya que precisamente de esta surgen deidades que la gente asume como sagradas y que ponen algún tipo de orden a su vida. Personalmente creo que las reliquias de San Judas Tadeo no darán efecto positivo por sí mismas, pero sí pueden contribuir a un mejoramiento del ánimo en los mexicanos, quienes sufren de circunstancias sumamente complejas, quizá por propia culpa, pero que requieren una atención para conseguir una estabilidad emocional que todos, absolutamente todos necesitamos, es más, a mí me encantaría que hubiera un dios omnipotente y que nos amara infinitamente, pero creo que la historia es clara y eso es imposible.
Ahora bien, esta visita también corresponde a una manipulación o control social, elementos que pueden ser cuestionados, pero que en momentos tan críticos como los actuales pueden dar un respiro y pausa, asumiendo que lo único que tienen millones de personas es su esperanza y su fe, cuya privación o censura es una especie de crimen emocional, aunque precisamente la religión haya servido para los intereses más perversos y de lucro, basta estudiar un poco la historia de El Vaticano y otras instituciones para comprender esto. Al final, creo que el balance es positivo y la visita de San Juditas puede dar un respiro a un país que se enfrenta a circunstancias malas y que desgraciadamente empeorarán el siguiente sexenio y los que siguen. Hasta la próxima.
@vicente_aven
