¿Alguna vez has oído hablar de la Inteligencia Emocional y su importancia para el desarrollo personal? Pues bien, para conocer un poco sobre el tema, visitamos al Psic. Adán Contreras Contreras, quien detalle a detalles nos explicó de qué manera podemos controlar las emociones, para saber actuar adecuadamente, ante los problemas cotidianos.
“El perder el control de tus emociones, equivale a ir conduciendo un camión y que éste sufra un malfuncionamiento. Imagina todo el daño que podrías causar a ti mismo y a otras personas antes de detenerlo y retomar el control”, aseguró el experto, agregando que, para comenzar a entender el concepto, es importante definir que son las emociones.
Las emociones son reacciones físicas y psicológicas naturales frente a diferentes estímulos, tanto internos como externos. Todos los seres humanos poseemos emociones y las seis emociones básicas son: alegría, tristeza, miedo, enojo, asco y sorpresa.
Ahora sí, adentrándonos en el tema, la inteligencia emocional es la capacidad de cada individuo para poder analizar, canalizar, controlar y regular sus propias emociones. “La inteligencia emocional se puede aplicar, conmigo mismo para motivarme, conocer y manejar mis propias emociones y con los demás, para lograr ser empático, conocer las emociones de los demás y establecer relaciones saludables”, aseveró.
De una manera desglosada, la inteligencia emocional y su desarrollo personal es importante para:
1. Conocer las emociones propias: Es la pieza clave de la inteligencia emocional; tener conciencia de las propias emociones y en los momentos en que ocurren. Ser incapaces de esto nos deja vulnerables a emociones incontroladas.
2. Manejar las emociones: Es la habilidad para manejar tus propias emociones con el fin de expresarlas de forma apropiada y se basa en la toma de conciencia de las emociones propias. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o extrema alegría es fundamental en las relaciones interpersonales.
3. Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar una acción, por eso las emociones y la motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos, es esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.
4. Reconocer las emociones de los demás: la empatía se basa en el conocimiento de las propias emociones y es el fundamento del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.).
5. Establecer relaciones saludables: el arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar sus emociones. La competencia social y las habilidades que conlleva son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.
¿CÓMO PUEDO COMENZAR A DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Lo primordial es entender que todos tenemos la capacidad de desarrollar la inteligencia emocional sin importar la edad, género, estatus socioeconómico o grado de estudios. Teniendo en cuenta esto podemos hacer el siguiente ejercicio de manera cotidiana cuando se presente un estímulo que dispare nuestras emociones:
· El primer paso es aprender a distinguir las señales de mi cuerpo cuando se está experimentando una emoción, el poder identificar cómo me siento y qué le pasa a mi cuerpo.
· Una vez que hayamos identificado lo que me ocurre a nivel fisiológico debemos ponerle nombre a la emoción y razonar sobre porqué experimenté esa emoción, qué estímulo (interno o externo) la disparó.
· En este punto debemos analizar cuáles son las posibles acciones que puedo tomar en función del estímulo y la emoción que se está presentando, y las posibles consecuencias de dichas acciones.
· Finalmente debemos tomar la decisión racional que sea la más conveniente para mi bienestar y el de las personas a mi alrededor.
· Repita diariamente, verás que en un tiempo tus reacciones y formas de actuar frente a diversas situaciones serán más racionales y, por consiguiente, más eficaces.
LA CONCLUSIÓN
En la sociedad actual, se da mucho más peso a los conocimientos académicos que a los aspectos emocionales, siendo estos últimos una pieza fundamental del éxito de los seres humanos. Mientras no seamos conscientes de que a mayor educación emocional mejor será el desempeño en todas las áreas, seguiremos formando personas que son brillantes académicamente, pero con muchas carencias emocionales.
CONTACTO:
Psic. Adan Contreras Contreras
Tallerista y terapeuta.
LU-NA Espacio de Desarrollo Integral Humanista
2222151256
desarrollohluna@gmail.com