Por: Mara Rodríguez Masdefiol
Una de las causas de conflictos e insatisfacciones en nuestrasrelaciones con las personas es hacer cosas que no deseamos y que aveces hasta nos afectan por no atrevernos a decir “no”.
Todos nacimos con una capacidad natural para expresar lo quedeseamos, necesitamos, sentimos y pensamos. Observemos a los niñospequeños, siempre están mostrando de una manera congruente yhonesta lo que necesitan y sienten, pero al crecer pierden estacapacidad natural debido a que cuando expresan algo que no lesagrada a los adultos son rechazados o castigados.
Así, el niño aprende que para mantener el afecto y laaceptación de sus padres y de otros adultos importantes para éltiene que reprimir sus sentimientos y necesidades, o mentirrespecto a ellos.
Los padres deben poner límites muy claros y firmes a su hijo,pero al mismo tiempo mandar el mensaje de que cuando manifiesta loque siente y necesita no dejan de amarlo.
Cuando nos volvemos adultos, es sumamente difícil mostrar loque sentimos, pensamos, queremos, por ese miedo infantil que noshace creer que si lo hacemos nos van a criticar, desaprobar,rechazar o abandonar, y por ello aceptamos o hacemos cosas que nodeseamos, aunque paradójicamente ese es el mejor camino para echara perder una relación, ya que cada vez que hacemos algo que noqueremos vamos acumulando frustración, coraje y resentimientohacia la otra persona y hacia nosotros mismos.
Empieza por darte cuenta de que hagas lo que hagas, seas comoseas, pienses lo que pienses, digas lo que digas, siempre habráalguien que te criticará y desaprobará. Por otra parte, estámás que comprobado que, aunque no lo muestre, en realidad la genteadmira, aprecia y respeta a aquellos que se atreven a decir“no” cuando así lo desean.
Muchas personas suponen que decir “no” a veces nos parecemuy difícil y no encontramos por dónde empezar o cómohacerlo.
Una muy simple pero tremendamente efectiva manera para decir“no”, cuando así lo deseamos, es la llamada “mensaje yo”,que combina tu decisión con tus razones para decidir eso.
Veamos un ejemplo:
EL OTRO: Quiero que me prestes tu coche. TÚ: Prefierono prestártelo (estás expresando que tu decisión es “no”)porque cuando presto mi coche me angustio (expresando tus razones).EL OTRO: Pero te lo voy a cuidar mucho. TÚ: No dudo de que me locuidarías mucho, pero cuando presto mi coche me angustio. EL OTRO:Pues qué raro (tonto, ridículo, egoísta, etc.) eres. TÚ:Posiblemente lo sea, pero qué quieres que haga, cuando presto micoche me angustio (estás afirmando, validando y respetando tussentimientos y tu decisión).
Y así, ante cada crítica o insistencia de la otra persona, turespuesta será la misma. No des excusas como “no traegasolina” o “lo necesito para recoger a mis hijos” porque noes la verdad y porque esto ocasionaría que el otro te vaya“atrapando” con respuestas como “yo le pongo gasolina” o“después de que recojas a tus hijos”, hasta que no tengas másalternativas que prestar tu coche, quedándote con toda esafrustración y rabia hacia ti mismo y hacia el otro, que de todosmodos en cualquier momento sale a la luz ese enojo y entorpece larelación con la otra persona.
Rescatar nuestra capacidad innata de ser honestos y congruentesnos recompensará con la agradable sensación de tranquilidad ybienestar que da el ser leal a uno mismo y honesto con losdemás.
Nos quieran o no nos quieran, nos acepten o no. Eso no lonecesito más, como cuando era niño, y ya es momento de resolveresa búsqueda de aceptación y miedo al abandono, que en algúnmomento sentí.
*Tanatoterapeuta, trabajos con pérdidas, duelos,angeloterapia. Niños, adolescentes y adultos. Teléfono:2221-199224