Después de estar más de un año mucho más tiempo en casa, si no es que prácticamente todo el día, nuestros peluditos se han acostumbrado ya a esta nueva dinámica y, al regresar a nuestras actividades normales ellos podrían resentir el cambio y posiblemente llegarían a manifestar signos de ansiedad por separación.
Este es un problema conductual que, de acuerdo con la explicación de Alberto León, médico veterinario zootecnista con especialidad en etología clínica (estudio del comportamiento animal, un símil a la psiquiatría en medicina humana), se refiere al miedo que puede generar la mascota ante la pérdida de su propietario o compañero de vida.
Los perritos que lo presentan temen quedarse desprotegidos o desvalidos, ante una situación en la que ellos consideran que se van a quedar solos y no saben qué hacer. El especialista indica que también podría surgir en gatos, aunque en ellos hasta el momento es mucho más complicado poder diagnosticarlo.
SUS CAUSAS
El especialista afirma que este es una situación multifactorial; uno de los probables factores (aún se discute si puede serlo o no) es el hiper apego o codependencia del perro hacia su responsable, al que ve como una figura de seguridad, esa persona con la que conviven todo el día y que para ellos es su “mundo”.
Otra causa puede ser alguna situación traumática, como un ruido muy fuerte (un trueno, pirotecnia, algo que se cae y se rompe) que ocurra mientras el can esté solo en casa y le genera un miedo a ese entorno. También puede tener un origen orgánico, como deficiencias cognitivas por la edad que pueden ocasionar miedo o hiper apego.
LOS SIGNOS QUE SE PRESENTAN
Alberto enumera la signología con la que podemos darnos cuenta de que nuestro perro sufre de ansiedad por separación y comenta que alrededor de un 15 a 20% de los pacientes ya se han diagnosticado con este problema, aunque el número podría ser mayor si se pone atención a los signos reportados por separado. No es necesario que cumpla todos los puntos para poder diagnosticarlo y para notar algunos de estos, sería de mucha ayuda tener una cámara en casa y grabarlo cuando no estamos.
1. Conductas destructivas cuando no estamos con él: destroza cojines, mastica los sillones o las patas de los muebles.
2. Vocalización excesiva: ladra sin cesar durante horas, lo cual se vuelve molesto para los vecinos, principalmente.
3. Eliminación inadecuada: esta es quizá una de las principales, quiere decir que se orina o defeca en lugares donde regularmente no lo hacía, como las camas, los sillones, dentro de casa.
4. Problemas gastrointestinales: vómitos amarillentos, heces pastosas, anorexia (que no comen)
5. Hipersalivación o hiperventilación: genera mucha saliva o todo el tiempo jadea, actividad motora alterada, es decir que se mueve todo el tiempo.
6. Exceso de acicalamiento: se lame constantemente, tanto que puede generarse lesiones en piel o incluso automutilaciones.
En el caso de gatitos es la anorexia o la apatía: no comen, no toman agua, presentan vómitos por la anorexia prolongada.
CÓMO PREVENIRLO
Para prevenir este problema y que quizá se lo pudiéramos generar a un perrito que no tenía ansiedad por separación, debido al cambio de salir más de casa después de que hemos estado encerrados durante ya más de un año, el especialista indica que lo ideal sería llevarlo de a poco a la rutina que le vamos a establecer cuando regresemos a trabajar. Por ejemplo, si sabemos que ya dentro de dos meses vamos a ir a laborar de 9 a 9, empezar desde ahora a pasearlo antes y después de ese horario, y que se quede solo, de a poquito, para que no sienta tanto el cambio.
CÓMO SOLUCIONARLO
Alberto aconseja que, si creemos que nuestro perrito podría presentar este problema, es importante recopilar la evidencia (por medio de grabaciones, por ejemplo) y es acudir con el médico veterinario de confianza, que después podría enviarlo al especialista en conducta, eso sería lo ideal.
Porque el manejo de este tipo de situaciones es un poquito complejo: se trabaja con modificaciones conductuales, se busca crear un ambiente favorecedor para que no sienta la ausencia del propietario, se trabaja el desapego y en ocasiones puede ser necesario el uso de fármacos o de terapias naturistas.
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