Hola queridos lectores, como cada sábado les presento mi ya tradicional entrega, siempre con el deseo de que les agrade. En esta ocasión les voy a mostrar de una manera muy breve la historia de una hermosa casona antigua, como las muchas que tenemos el privilegio de poder admirar los poblanos en nuestro bello Centro Histórico: la casa del sagrario 8, comencemos.
Esta historia inicia en el año del señor de 1538, cuando ya se traza el espacio que ocuparía nuestra actual Catedral angelopolitana, y digo el trazo, porque su construcción no iniciaría sino hasta el año de 1640, ya bajo la tutela del obispo Juan de Palafox, y dentro de este trazo se planeó en la esquina norte de la calle del respaldo de la Catedral la colocación del Sagrario Angelopolitano, incluida una capilla con su pila bautismal; se le llama sagrario porque es el depositario de la sagrada ofrenda de todas las iglesias de Puebla.
En la esquina sur de la Catedral se diseñó la construcción de la capilla del ochavo, pequeña y de forma octogonal. Es hasta el año de 1796 cuando se le llama a la actual 2 Sur, entre la 3 y la 5 Oriente, Calle del Sagrario; lo curioso es que, en la esquina sur se le llama Calle del Ochavo.
Es precisamente que en el número 8 de esta calle se construye esta magnífica casona, hoy totalmente restaurada y bellamente conservada, que tiene como fecha de construcción el año de 1817; según crónicas su constructor y primer dueño fue el regidor del ayuntamiento Juan José de Pérez Salazar Méndez Montt, dueño de 17 casas en esas mismas calles, incluidas la actual “Casa del que mató al animal”, sede de esta casa editora, y la casa contigua, la cual fue su mansión particular.
Todas sus propiedades fueron puestas a la venta a la muerte de este señor, algunas de ellas estaban sobre la actual 5 Poniente, otras sobre la actual 2 Sur y otras más sobre la 3 Oriente y 4 Sur, todas las 17 casas fueron vendidas; los herederos no se quedaron con ninguna, pues se dice que, al ser originarios de España, se regresaron a la península ibérica, perdiéndose rastro alguno de su historia.
Actualmente esta bella casa pertenece a una organización religiosa, la cual la ocupa como librería y venta de artículos religiosos. Esta organización, perteneciente a la iglesia católica, llamada Librerías Paulinas, cuenta con establecimientos en todo el continente y varios países de Europa, todas con el mismo nombre comercial y utiliza la totalidad de sus ganancias para financiar casas hogar, hospitales y orfanatorios en todo el mundo, todo con fines altruistas.
Querido lector, en tu próxima visita a esta librería no pierdas oportunidad de admirar la belleza que encierra este claro ejemplo de la clásica casa virreinal poblana.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos la próxima semana.
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