¿Casualidad o destino? Descubre cómo elegimos a nuestra pareja

Para que una relación de pareja funcione y nos lleve a ser mejores, lo primero que debemos es tener una autoaceptación

Erika Albisúa | El Sol de Puebla

  · miércoles 7 de abril de 2021

Foto: Pressfoto

En torno al tema de las características que sin querer buscamos en otra persona cuando vamos a empezar una relación se dicen muchas cosas, por ejemplo, que muchas veces escogemos alguien que se parece a nuestro papá o mamá o bien que inconscientemente siempre elegimos a quienes tienen las mismas características, aunque en nuestras experiencias anteriores nos haya ido mal.

Para saber la razón por la que repetimos estas elecciones, entrevistamos a Jaquelin Machado, profesional de la psicología con especialidad en coaching multidimensional, diplomado en sexualidad e instructora en desarrollo de conciencia, quien comenta que cada uno de nosotros llevamos en el interior un “cuarto oscuro” o “caja negra” (el inconsciente) que dirige nuestra vida y que tiene guardados ciertos patrones de pensamiento de sentimiento y de comportamiento.

Cuando conectamos con alguna persona que conocimos en algún encuentro, ya sea casual o que nos la hayan presentado, generalmente es como si hubiera un ojo en ese cuarto oscuro que “reconoce” a la persona que tenemos enfrente, porque detona situaciones y aspectos de vida familiares que reconocimos durante nuestra infancia y surgen algunos lazos psíquicos energéticos que nos enganchan con él o ella, expone.

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Explica que estos lazos son programaciones subconscientes de la educación que tuvimos en la infancia, los códigos de valores, la educación en el colegio, la religión a la que pertenecemos, las experiencias de vida, la relación que vimos entre nuestros padres, si ellos estuvieron presentes; si hubo la muerte de alguno de ellos tenemos ciertos vacíos, heridas de abandono, de rechazo, de injusticia, de humillación, de vergüenza… todas estas se forman y crean una entidad que nos prepara para elegir cierto tipo de hombre o de mujer.

Debido a esto, añade puede ser que busques alguien parecido a tus padres o bien totalmente antagónico; si tú como hija mujer tuviste maltrato, rigidez, señalamiento, juicio o coacción por parte de tu papá, de alguna manera te puedes convertir en él y buscas un hombre sumiso, que puedas controlar, o te preparas para buscar hombres como él, con este perfil controlador, machista, rígido, estructurado.

Si a lo mejor tu padre es el que llevaba el rol más suave y tu mamá más duro, entonces puedes buscar parecerte a alguno de los dos o ser lo contrario de ellos, según tus características de personalidad y hacia quién te conectaste más, mamá o papá.

ELPATRÓN DE LA VIOLENCIA

Si de niños vivimos rodeados de violencia, conscientemente vamos a buscar situaciones tranquilas, pero el inconsciente es quien realmente dirige nuestra vida. Aunque tú digas: “yo lo escogí, yo me enamoré”, esa “caja negra” interior es quien te lleva a conectar con cierta persona y te llegas a “enganchar” con las situaciones que reconoces. Si tuviste maltrato y humillación en la infancia, buscas un hombre o mujer que ye recuerde esos ambientes que no quieres vivir, indica.

Si ya hemos vivido en este ambiente sin darnos cuenta, obviamente todas nuestras relaciones terminarán mal y no es que busquemos parejas violentas, pero todo lo que no se resuelva en el interior se repite en el exterior, ya que después de mucho tiempo de pensar de cierta forma, nuestro cerebro genera programaciones subconscientes, que se graban en todo el cuerpo y las emociones y te llegas a hacer adicto(a) a la adrenalina que generan. Conscientemente no lo quieres vivir, pero estás programada(o) para vivirlo.

CÓMO ROMPER ESTE CICLO

Asegura que lo primero es darte cuenta de que tienes un problema al momento de elegir parejas, sobre todo cuando hay una situación de maltrato, porque puede ser violencia física pero también psicológica, infidelidades, situaciones de abuso de ambas partes, gritos, chantajes, manipulación, victimización, verdugo, victimario, salvador…

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Todos estos patrones que se dan, lo que puedes hacer primero es: hacerte consciente de qué es lo que estás viviendo y lo que ya no quieres repetir, entonces puedes entrar a un proceso psicoterapéutico para encontrar tus programaciones emocionales y cuál fue el ambiente que viviste; tienes que estar cansada o casado de alguna manera de repetir una cadena de sufrimiento.

Cuando entras a un proceso de trabajo, que debe ser con ayuda de un profesional, empiezas a darte cuenta de que cargas historia personal de un linaje familiar que te heredó la forma de pensar, de sentir y de accionar; entonces empiezas a trabajar con tu propio código de valores y ahí tienes la opción del abrazo de la sombra: trabajar tu parte oscura, que es todo aquello que rechazas, reprimes, no quieres ver, postergas, sustituyes con otros comportamientos y te das cuenta de que tienes nudos emocionales, sexuales, físicos, mentales y espirituales; a medida que encuentras donde está tu principal bloqueo, empiezas poco a poco a sanar.

Cuando te das cuenta de que tus relaciones están mal y quieres salir de un proceso de sufrimiento debes buscar ayuda de un psicólogo para poder mantenerte en un equilibrio, sobriedad emocional y claridad mental.

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¿QUÉ HACER PARA QUE TUS RELACIONES FUNCIONEN?

Para que una relación de pareja funcione y nos lleve a ser mejores, lo primero que debemos es tener una autoaceptación y conocimiento de nosotros mismos(as), sin en soberbia, narcisismo, ni prepotencia o sentirnos superiores a los demás. Cuando tenemos esto, si sabemos que no debemos autoengañarnos ni victimizarnos y buscamos más compartir que recibir, entonces encontramos un balance, aceptamos a la persona que tenemos frente a nosotros, aprendemos a escucharla, a conocerla y compartimos proyectos de vida, afirma Jaquelin Machado, profesional de la salud mental.

Debemos estar atentos a las diferencias que haya entre nosotros --porque no vamos a encontrar tampoco pareja perfecta-- sean más una situación que podamos dialogar y respetar de ambas partes, que una guerra campal. Que las diferencias sean “batallas floridas” que nos permitan crecer, porque la pareja que tenemos enfrente siempre levanta nuestra “sombra”, o sea el hombre o mujer con que nos encontremos, aquel que representa lo femenino y masculino, sea el complemento y que nos ayudemos mutuamente a resolver todo lo interno que tengamos pendiente y que haya una expresión, creatividad y crecimiento.

“Cuando yo entro en un sufrimiento que se perpetúa tengo que poner un foco rojo y si la persona que tengo enfrente me interesa de verdad, pero siento que no puedo manejar su forma de accionar o de actuar, entonces pido ayuda profesional para saber qué pasa conmigo, a qué me aferro o qué estoy confundiendo con amor”, asegura.

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La otra parte, agrega, es que la persona que yo tengo enfrente tenga la capacidad de escucharme, respetarme como yo lo hago, de aceptarme como soy y que cuando haya desacuerdos, entonces busquemos códigos dónde nos podamos sentar y dialogarlo, que nos demos espacio mutuo.

“Si no somos personas completas, esféricas, integradas, vamos a buscar una media naranja que nos va a cubrir por un rato nuestras carencias, porque van a embonar perfecto las de ambos, pero no nos da la solución. Debemos convertirnos un poco primero en amistad, luego amor y luego sexo, y generalmente empezamos al revés”, concluye.

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Un telescopio con montura ecuatorial (la del contrapeso). La montura contrarresta la rotación de la Tierra, manteniendo en el ocular al astro observado. | Foto: Lucas | Pexels