Desde la Fe/ Vladimir Alcántara
En 1986, en el seno de una familia ejemplar, nació JoséVillela, quien desde muy temprana edad se interesó por laMedicina, carrera en la que años más tarde fijaría su objetivo.Comenzaría sus estudios médicos en 1995, pero un lustro después,a poco de concluir la carrera, un accidente transformaría sumundo, más no podría arrancarle el coraje y la entrega paracumplir sus metas tal como siempre las había soñado.
Al término de su jornada laboral, José Villela conducía deregreso a casa, cuando un semáforo detuvo su avance en espera deque se encendiera la luz verde; en ese momento, un camión debasura cayó desde el segundo piso del Periférico sobre elautomóvil. El resultado de este accidente parecía una muertesegura, pero milagrosamente no lo fue, aunque el impacto le dejóuna lesión en la médula espinal que le ocasionó parálisispermanente; pese a esto, jamás ha dejado de luchar por mantenersesano y lograr la mayor independencia posible, pero sobre todo,admirar la alegría y la gran fe de este gran guerrero de lavida.
José Villela tiene 29 años, refiere a Desde la Fe que elaccidente ocurrió en el cruce de Rómulo O’Farril y Periféricoen la Ciudad de México, sin que de momento él supiera lo quesucedía, ya que sólo sintió un golpe muy fuerte y se percató deque no podía moverse y de que no sentía gran parte del cuerpo.“Escuché que comenzaban a llegar personas posteriormentetambién oí a los integrantes del equipo de rescate, quienes mesacaron del automóvil con mucho esfuerzo después de diez o quinceminutos en el que estuvo totalmente consciente.
[caption id="attachment_42871" align="alignnone" width="182"]José Villela[/caption]
Durante esos minutos pensó muchas cosas, sobre todo que estabaa punto de morir, ya que el auto olía bastante a gasolina y habíariesgo de que estallara. “Sin embargo, me vino a la mente Dios.Le pedí que me ayudara porque tenía mucho miedo de que ahí fueraa terminar mi vida; le dije que no quería que fuera el final, queme concediera cumplir todos mis sueños”. Desde pequeño teníafe en él, porque la fe fue un regalo suyo que me inculcaron mispadres; y la manera en que quedó el coche, así como lo cerca queestuvo una llanta de aplastarme la cabeza, lo único que me dicenes que el hecho de que haya sobrevivido fue realmente un milagro.Yo creo que me protegió la Virgen de Guadalupe, porque había unaestampa de ella en las visera de mi lado”.
Después de que me sacaron del auto, me regresaron al hospitaldel que había salido; volví al mismo servicio, sólo que ahora enuna circunstancia distinta. “Me hicieron estudios y lo que seconcluyó fue que había una fractura en la quinta vértebracervical, y que tenía lesionada la médula espinal; eso explicabapor qué no podía sentir ni moverme de la clavícula para abajo,todo el cuerpo prácticamente. Al principio no lo podía procesar,pero poco a poco me fue cayendo el veinte de la gravedad delaccidente, y pude dar gracias a Dios de que me mantuviera convida”.
Señala que el accidente cambió su mundo en muchos aspectos,pues tuvo que comenzar a vivir con una discapacidad permanente, locual no es nada fácil, pues se requieren cuidados especiales,desplazarse en una silla de ruedas y sortear diversas dificultades.“Pero también mi vida se transformó en un sentido positivo,pues una experiencia así te hace valorar muchos más las cosassencillas, te das cuenta de que el solo hecho de estar vivo ya esun hermoso milagro; aprendes a dimensionar los problemas, a noahogarte en un vaso de agua, a no quejarte de cosas sinimportancia, a darte cuenta de que lo verdaderamente importante esla familia y la fe en Dios. Con espíritu de fortaleza continuécon mis sueños, acabé la carrera, estudié una especialidad yaún tengo muchas metas por delante”.
[caption id="attachment_42878" align="alignleft" width="320"]México D.F. a 19 de Enero del 2010 Un camión recolector de basuracayó desde el segundo piso del periférico sobre dos autos en lascalles Rómulo O´Farrill y Avenida de Los Leones.Foto: OctavioHoyos/Milenio Diario.[/caption]
Finalmente, José Villela manda un mensaje a todas las personas:“no hay que dejarse vencer jamás; todos tenemos distintosproblemas, todos de alguna manera, vivimos con nuestro propios“camión de basura”, y lo primero es no quedarnos debajo deél, sino poner más empeño a nuestros planes y proyectos; pero,sobre todo, utilizar las experiencias difíciles de la vida paraacercarnos a Dios, quien transforma en positivas todas lascosas”.