Nuestro cerebro es un músculo y, al igual que todos los demás que forman parte de nuestro cuerpo, necesita que lo ejercitemos para ayudarlo a mantenerse en buena forma; hacer esto sirve, además, como un método de prevención de algunas enfermedades como el Alzheimer.
Respecto a este tema Dulce María Pérez Torres, psicóloga social y doctora en pedagogía de la Upaep, comenta que el cerebro nunca deja de evolucionar y, lo que antes se llamaba “plasticidad cerebral” en los niños, que hasta hace poco se pensaba que en los adultos estaba descartada, hoy se sabe que es posible recuperarla.
Añade que, en los últimos avances de la neuropsicología, se ha encontrado que algunas de las actividades y vivencias que las personas mayores tenían en el pasado, que parecía que estaban perdidas, se pueden recobrar gracias a que todavía se tiene una especie de plasticidad que así lo permite.
¿Por qué es importante ejercitar la mente?
Desde que somos pequeños necesitamos descubrir y redescubrir el mundo que nos circunscribe. Se dice que un niño aprenderá de preescolar a primaria aproximadamente 50 palabras diarias, esto implica que son alrededor de 3 mil 500 días los que el estudiante deberá ejercitarse para tener este bagaje lingüístico. Esto le servirá en el futuro para poder dar un punto de vista o una postura ante una situación que le parezca importante.
Conforme avanzamos, nos especializamos en una carrera, área de interés, en las diversiones u otras actividades y empezamos a buscar la percepción necesaria para generar, a nivel interno, la sinapsis -manera en que se comunican las neuronas- que permita la movilidad y desarrollo de nuestro cerebro; por eso es importante fortalecerlo siempre, indica la entrevistada.
¿Se puede deteriorar después de la etapa escolar?
Se decía que a partir de los 30 años empezamos a tener muerte de las neuronas, pero como ya mencionó Pérez Torres, los nuevos avances indican que se pueden regenerar algunas sinapsis. Entonces, si una persona después de esa edad hace operaciones matemáticas o se mete al internet y descubre nuevas herramientas de relación con el mundo que le rodea, por ejemplo, seguramente podrá en el futuro conservar una buena memoria.
Añade que, si nos mantenemos activos, tendremos también menos posibilidad de sufrir enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, que es otro de los problemas a los que se enfrentan los adultos mayores.
BENEFICIOS DE EJERCITAR CONSTANTEMENTE EL CEREBRO
Dentro de las ventajas de mantener en constante ejercitación el cerebro, la especialista menciona que podremos, conforme avanzamos en edad, tener la memoria a largo plazo mucho más elaborada que a corto plazo.
Si ejercitamos la memoria, cuando seamos adultos mayores vamos a tener la oportunidad de tenerla a corto y mediano plazo mucho mejor que si dejamos de leer, de escribir, de hacer versos, cuentas y otras actividades similares; es importante no perderse en el mundo.
Se supone que alguien de 80 años, queramos o no, va a olvidar cosas, pero eso no es la catástrofe; el problema es cuando realmente se pierde, ya no sabe ni quién es, desconoce a sus hijos u otras personas que están cerca, y esto se debe a que muchas veces guardamos dentro de nuestra memoria, a corto y a largo plazo, rencores, egoísmo, celos y otras cosas negativas, advierte.
La entrevistada, al hablar de todos estos aspectos negativos, refiere que pueden dañar zonas de nuestro cerebro que cuando funcionan normalmente están “iluminadas” -y las compara con foquitos de navidad-, pero al centrarnos en celos o envidias se pueden “apagar”.
Y en este punto hace referencia a la enfermedad descubierta por el doctor Alois Alzheimer, quien en 1901 estudió a una mujer de 51 años que sufría delirio de celos, pérdida de memoria, alucinaciones, desorientación temporo-espacial, paranoia, alteraciones de conducta y un grave trastorno del lenguaje.
Al poco tiempo fallece esta paciente, entonces Alzheimer analiza su cerebro y encuentra que su corteza cerebral era más estrecha de lo normal (atrófica) y, además, que existían dos tipos de anomalías muy llamativas, que hoy en día siguen siendo las características principales de la enfermedad que lleva su nombre.
¿Cómo conservar el razonamiento y la memoria?
Existen muchas actividades que podemos realizar que nos ayudan a mantener nuestra capacidad de razonamiento y ejercitar la memoria; entre estas encontramos las que Dulce María Pérez nos recomienda. La principal que podemos aprovechar, desde su punto de vista, es internet, ya que ahí se concentra muchísima información, podemos leer y aprender infinidad de cosas.
Pero si no nos gusta navegar en la web, podemos usar juegos de mesa, crucigramas, adivinanzas, rimas, completar canciones, iluminar, hacer operaciones aritméticas básicas o escribir, si es que esto último nos agrada.
Por otro lado, si somos personas más preparadas y tenemos más contacto con el mundo, sugiere inventar canciones, tocar un instrumento, meternos a la web y buscar ahí lo que más nos interesa, refiere la especialista.
Para ejercitar la mente también resulta benéfico, si es que nuestras condiciones físicas lo permiten, caminar por la calle; asimismo podemos tener aficiones como tejer, pintar e incluso hacer papiroflexia, que son actividades básicas y elementales.
DEBEMOS PONERNOS RETOS MENTALES
Si tenemos más posibilidades, podemos tener quizá un maestro de música, ir clases a zumba, de tango o de otras similares, que nos cuesten cierto trabajo y signifiquen un reto, para ejercitar tanto la motricidad fina como la gruesa.
Este tipo de actividades, además de ayudar a ejercitar el cuerpo, hacen lo propio con la mente, ya que es necesario aprender los pasos de baile o las canciones; incluso caminar alrededor de la manzana ejercita tu memoria a largo plazo, porque vas descubriendo qué hay de nuevo en tu calle o en tu colonia.
También se dice que quienes manejan mucho pueden buscar una nueva ruta para llegar al mismo lugar, eso ejercita la propia capacidad de atención y de memoria a largo plazo, sugiere Pérez Torres.
La salud física es importante
Otra recomendación para mantener el cerebro saludable es hacer mucho ejercicio, tener una buena alimentación y dormir aproximadamente 8 horas ya que, si no descansamos el tiempo suficiente para reponernos cada día, esto deteriora la parte sináptica de todo nuestro cerebro, argumenta la entrevistada.
Aprender siempre cosas nuevas
La importancia de buscar adquirir siempre nuevos conocimientos ayuda a ejercitar el cerebro, porque significa un reto en tres diferentes aspectos: a nivel cognitivo, de motricidad y a nivel social; esto va a permitir que la persona vuelva a desarrollar esa parte integral como ser humano que se requiere para hacer este tipo de actividades.
Incluso practicar yoga también es algo muy positivo, porque se incluyen estiramientos que son bastante complejos y hasta las personas adultas logran hacerlos; otros hacen, por ejemplo, pesas y eso también les ayuda muchísimo, asevera.
Pero depende de cada persona y de cada historia biológica, hay que evaluar la actividad que debes intentar aprender según tu capacidad pues, por ejemplo, si tus huesos están descalcificados y te pones a hacer baile o pesas, seguramente te puede venir una quebradura de cadera que… bueno, ¡para que la queremos!, expone Dulce María.
El papel de la lectura
Leer juega un papel predominantemente importante en la vida de todas las personas, dado que la lectura ayuda a descubrir, a la fantasía, a la imaginación, a la parte sintáctica, a la pragmática e incluso a la ortografía.
Regularmente, cuando avanzamos en edad, se nos olvidan cuestiones elementales como si una palabra se escribe con g o con j, por ejemplo. De por sí cuanta mayor edad tenemos, más nos podemos perder, pero si no leemos es peor, señala.
Debemos consentir a nuestro cerebro
La especialista enfatiza que todas las personas tenemos el derecho a disfrutar aquello que nos gusta, a potencializar nuestra creatividad y no perder de vista que nuestro cerebro debe de ser respetado, amado, consentido y también alimentado con una buena lectura, un buen ejercicio o un bello atardecer.
Asimismo, indica que las relaciones sociales son muy importantes: con la pareja, los hijos o los nietos, quien los tiene; este aspecto también aporta experiencias que ayudan a las personas a florecer internamente, como dijera Carl Rogers: “somos seres sociales que necesitan relaciones y vínculos saludables para florecer”, cita la especialista.
Ejercicios de gimnasia cerebral
Además de las actividades y pasatiempos que ya mencionamos como excelentes para la salud de nuestro cerebro, podemos practicar una serie de ejercicios recomendados por el sociólogo estadounidense Paul Dennison para comunicar las neuronas en casos de dificultades de aprendizaje, expresión o concentración, entre otros.
Esta gimnasia cerebral, que sirve para unir el hemisferio cerebral izquierdo con el derecho, tiene como resultado un mayor nivel de concentración, creatividad, mejorar las habilidades motrices y propiciar el aprendizaje, además de ser útil para solucionar problemas de lectura, escritura, dislexia o hiperactividad.
Se recomienda hacerlos todos los días por 30 segundos y repetir cada uno unas 10 veces. Antes de comenzar se debe mantener una respiración abdominal (no torácica) y beber un poco de agua.
1. GATEO CRUZADO
Tocar enérgicamente la rodilla izquierda con el codo derecho y viceversa.
2. LA LECHUZA
Poner una mano sobre el hombro del lado contrario, apretándolo firme, y girar la cabeza hacia ese lado. Respirar profundamente y botar el aire girando la cabeza hacia el hombro contrario. Repetir el ejercicio con el otro lado.
3. DOBLE GARABATEO
Dibujar con las dos manos al mismo tiempo, hacia adentro, afuera, arriba y abajo.
4. BOTONES DEL CEREBRO
Poner una mano en el ombligo mientras con la otra se dibujan unos botones imaginarios en la unión de la clavícula con el esternón (como hacia el pecho), haciendo movimientos circulares en el sentido del reloj.
5. BOSTEZO ENÉRGICO
Poner la yema de los dedos en las mejillas, simular un bostezo y hacer presión con los dedos.
6. OCHO PEREZOSO O ACOSTADO
Dibujar imaginariamente, o con lápiz y papel, un ocho grande ‘acostado’ (como el signo de infinito ∞). Se comienza en el centro y se continúa hacia la izquierda, se vuelve al centro y se termina el ocho al lado derecho.
7. SOMBRERO DEL PENSAMIENTO
Poner las manos en las orejas y tratar de “quitarles las arrugas” empezando desde el conducto auditivo hacia afuera.