Gracias al cerebro, razonamos, pensamos, hablamos y nos movemos; en definitiva es un órgano vital muy valioso. Lamentablemente, los problemas de salud causados por enfermedades neurológicas y trastornos mentales son generalmente subestimados por las personas.
Por ello, para generar consciencia en la población sobre su potencial, riesgo y enfermedades, el 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro, proclamado por la Federación Mundial de Neurología (WFN por sus siglas en inglés).
Para mantener nuestro cerebro saludable se requieren cuidados preventivos, sobre todo en la edad adulta y en la vejez que es cuando, por el deterioro del mismo, se puede presentar alguna enfermedad “silenciosa” (porque pasa desapercibida), como pueden ser: meningitis, accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple o Alzheimer.
SÍNTOMAS DEL ALZHEIMER
El Alzheimer provoca alteraciones conductuales, problemas de memoria y comunicación, dificultad para realizar actividades diarias y confusión, entre otros síntomas. No existe tratamiento que pueda curarlo o frenarlo, tan solo retrasar su avance.
“Es una enfermedad neurodegenerativa: degenera o altera las neuronas y da lugar a un deterioro cognitivo, es decir, mengua el conocimiento adquirido. Tiene un inicio insidioso y es de curso lento, pero progresivo. Esto quiere decir que a veces no nos damos cuenta de padecerla, pero poco a poco vamos cayendo hasta que se muestra y, desafortunadamente, en ese momento, ya no hay nada que hacer”, expone Eduardo Enrique López Villalobos, especialista en urgencias médico-quirúrgicas de UPAEP.
El médico refiere que, principalmente, la enfermedad provoca pérdida de memoria inmediata y trastorno de la conducta. Pero existen otros síntomas agregados que son:
Afasia. Incapacidad de hablar y comprender el lenguaje.
Apraxia. Dificultad para realizar actividades motoras, vamos perdiendo la capacidad de hacer movimientos, un esfuerzo.
Agnosia. Se nos olvida qué son las cosas y para qué sirven, por ejemplo, puedo estar viendo la tele, pero no sé porque la estoy viendo, ni se cómo se enciende o como se le sube el volumen, aunque lo haya hecho toda mi vida.
Alteraciones de la ejecución. Fallos en la planificación, organización, secuenciación y abstracción.
¿CÓMO PREVENIRLO?
“Para la buena oxigenación de todos nuestros tejidos, incluyendo el cerebro, es importante hacer ejercicio, sin importar la edad. Asimismo, llevar una dieta equilibrada y estimular el cerebro a través de la lectura variada o al escuchar música, y salir de la rutina, porque esta también atrofia el cerebro”, advierte el médico.
Enfatiza, además, que debemos evitar conductas que deterioren nuestras neuronas como el tabaquismo, el sedentarismo y la baja estimulación cognitiva (no leemos, no aprendemos cosas nuevas, no nos actualizamos). Esto nos puede llevar a sufrir otras patologías que promueven la aparición del Alzheimer, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y la obesidad.
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Si ya tienes hipertensión o diabetes, debes tenerlas bien controladas para evitar la mala oxigenación del cerebro o que el organismo eche a andar mecanismos que van matando los tejidos. Si tienes obesidad, debes bajar de peso, porque las grasas obstruyen las arterias y evitan la buena circulación, que oxigena todos los órganos. Todo esto, a largo plazo, va matando las neuronas.
El entrevistado dice que no se ha demostrado que la ingesta de alimentos vitamínicos disminuya la aparición del Alzheimer, pero el complejo B estimula la conducción neurológica y puede servir, de cierta forma, para evitar o disminuir el deterioro. Se puede tomar como suplemento alimenticio.
“En general, la recomendación es cuidarnos desde jóvenes, hacer ejercicio, llevar una dieta sana y leer mucho, actualizarse y realizar actividades que capaciten nuestra memoria, que la mantengan viva”, concluye.