Complementando el amor perfecto: poliamor

“¿Amar a más de una persona a la vez es posible sin dañar una relación? Tal vez esto era un total disparate hasta que en la década de los 90´s Morning Glory Zell-Ravenheart acuñó el término de ‘poliamor’ en su defensa”, enunció en entrevista el Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca con quien acudimos para saber más sobre el tema.

Es posible que la mayor parte de las cosas que hayas visto, escuchado o leído al respecto, sean cátedras de lo moral y socialmente correcto, pero invariablemente el amor en estos tiempos se está movilizando hacia el mantenimiento de la mente abierta y sin creación de prejuicios, el punto es retomar lo que a ti te funcione, sin ser partidarios extremistas de una u otra modalidad de amar, simplemente es una decisión personal.

Una vez desligados un poco del qué dirán, consideremos que el “poliamor” es una tendencia, preferencia o hábito para relacionarse amorosamente con más de una persona a la vez y en un contexto en el que todas las personas involucradas son conscientes de esta situación. Cabe aclarar que no se trata de un equivalente a la poligamia, que implica matrimonios múltiples de un hombre con varias mujeres o una mujer a la inversa, porque el “poliamor” no considera relaciones formalizadas como los matrimonios.

Tampoco es igual que los swingers, tendencia focalizada en encuentros sexuales consensuados con personas fuera de una relación primaria y es que el “poliamor”, parte del amor en sí, mas no en el sexo, de tal forma los poliamorosos consideran que este estilo de amar, se basa en ampliar sus posibilidades de relacionarse, conocer, crecer o tener una red de apoyo incondicional más amplia, porque piensan que el amor es un sentimiento que no debe estar restringido, pues la mejor forma de demostrar tu afecto por el otro, es permitir la ampliación de sus horizontes sentimentales.

De este modo, el “poliamor” es una tendencia partidaria de la gestión de amor y no del sexo, incluso ello permite que puedan coexistir diversas orientaciones sexuales y la existencia o no de contacto sexual.

Entonces el “poliamor” podría adoptar diversos tintes dependiendo de cada caso en particular, porque podría tratarse de un ensayo y error esporádico o una reestructuración profunda de la perspectiva de amor, pareja, matrimonio y cómo coexistir con esa bandera, en un contexto con frecuente rechazo hacia estilos de relaciones amorosas no convencionales y con cimientos muy arraigados a la perspectiva de género, desligando lo que la biología dice al respecto y que es todo menos monogamia para el ser humano.

¿Por qué? Porque aceptar al “poliamor” como otra alternativa más dispuesta para quien desee llevarla a cabo, implica admitir fuertes cuestionamientos a los estilos de socialización sentimental existentes. A ello habría que agregar que pese a que otros de los argumentos para rechazar el “poliamor” son las dudas respecto al bienestar integral de sus partidarios, estudios recientes sobre el funcionamiento psicológico de personas en relaciones poliamorosas sugieren que tales individuos son tan felices y sanos como aquellos en relaciones monógamas.

De tal forma, socializar los sentimientos amorosos puede ser una opción, pero no para todos, pues vale la pena considerar que, para inmiscuirse en este tipo de relaciones, debe existir un concenso y acuerdo bien establecidos, que implica un compromiso con la sinceridad, así como no dejar de tomar en cuenta que como en todas las relaciones siempre habrá tropiezos y divergencias comunes, como los celos o la inestabilidad, que tal vez en este sentido socializado puedan tender a complejizarse de igual o peor manera, por ello quien emprenda el camino hacia el “poliamor” debería poseer toda la seguridad y cimientos psicosociales implicados fortalecidos para obtener lo mejor de éste.

CONTACTO:

Dr. Joaquín Alejandro Soto Chilaca

Médico Psiquiatra, Sexólogo, Psiquiatra Forense y Psicoterapeuta.

Director de Mindful. Expertos en Psiquiatría y Psicología.

www.vivemindful.com