¿Cuál es la función de la envidia?

Puede convertirse en tu aliada, si aprendes a identificar lo que envidias de otros, te darás cuenta de lo que le hace falta a tu alma

MARA RODRÍGUEZ MASDEFIOL / Psicóloga tanatoterapeuta*

  · jueves 2 de mayo de 2019

“Mi amiga la envidia”, así le llamo a este estado interno, que es mucho más que un sentimiento, “amiga”, porque desde el momento que entendí su función, la he convertido en mi aliada para aprender y crecer. A ella le debo importantes y saludables cambios en mi vida y la realización de acciones que me han traído muchas recompensas.

Para que la envidia se convierta en una aliada para crecer, hay que entender su función; tendemos a etiquetar los sentimientos como “buenos o malos”, “deseables o indeseables”, la envidia no es la excepción, pero con esta forma de calificar y clasificar lo que es parte de la vida misma, no aprendemos nada ni crecemos. Aun los asuntos que calificamos de malos tienen una función, lo que hace que nada en realidad sea malo, solo es.

En el caso de la envidia, siendo algo tan mal visto, tendemos a negar cuando la sentimos y a proyectarla en otros a través de la crítica y el juicio. Sí, la crítica y el juicio son el lenguaje de la envidia, de tal manera que cuando criticamos y juzgamos, muy probablemente sentimos envidia. Se necesita mucho valor, madurez y autenticidad para reconocerlo, porque a nadie le gusta aceptar lo que siente, hasta se puede uno ofender si te comentan que sientes envidia, y pensamos que esta solo la experimentan los malos, y no es así, todos la sentimos, y es parte de la vida. El otro tiene algo que yo deseo, y esto me confronta con mi carencia.

La envidia es una mensajera del alma, a través de ella, el alma nos muestra los asuntos de nuestra vida en que es necesario trabajar y que es indispensable atender. ¿Cómo convertirla entonces en una aliada para crecer?

*Teniendo voluntad para reconocer que la sientes cada vez que se presenta, ya sea como un claro e inequívoco sentimiento, o enmascarada detrás del juicio hacia un rasgo de la personalidad o del comportamiento indeseable del otro.

*Una vez que la reconoces como propia, identifica qué es lo que envidias para darte cuenta cuál es el mensaje que tu alma quiere dar a través de ella. Esto es muy sencillo: si envidias a tu hermano por su éxito profesional, tu alma te está diciendo algo así como: “necesitas echar a andar los talentos que tienes en total abandono y trabajar en lograr tus sueños”. Si envidias la belleza de tu amiga quizás el mensaje sea: “¡haz descuidado tanto tu cuerpo!, aliméntate sanamente y haz ejercicio, arréglate”. Tal vez sientas envidia de tus amigos por su sana y hermosa relación de pareja, y el mensaje es que atiendas tu propia relación, que acudas a terapia de pareja, que dejes tu ego al lado y comiences a ser amoroso con tu cónyuge.

*Luego viene una acción que al ego no le gusta, pero que es necesaria dentro de este proceso de convertir a la envidia en aliada para crecer: reconocerle verbalmente a la persona eso que le envidias: “te felicito por tus logros y tu éxito profesional”, “¡qué bonito cuerpo tienes¡”, “felicidades por tu auto nuevo”, etcétera. Las sensaciones que experimentarás al hacer esto serán muy agradables, sanadoras y conmovedoras, ya lo verás.

*Enseguida, habrás de interrogar a la persona sobre eso que le envidias, pedirle que te enseñe: “¿cómo le haces para tomarte la vida con calma y ser paciente?”, “¿cómo has logrado tener la valentía de correr riesgos para realizar tus sueños?”, "¿cómo consigues ser fiel a ti mismo, sin importarte el qué dirán?", "¿qué haces para mantener tu cuerpo tan bello?", “has construido una hermosa relación de pareja, ¿cuáles son tus secretos y consejos?”. Lo que se aprende con las respuestas a estas preguntas no tiene precio y es por demás fascinante y maravilloso. Compruébalo.

La envidia, pues, puede ser una ácida sensación que nos hace sufrir y atora nuestro crecimiento, o una poderosa aliada que lo propicia. La decisión, como siempre, para saber qué hacer con ella, está en uno mismo.

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