Cuando como mujer descubres “tus potencialidades sexuales de mujer”,paradójicamente, mientras más sometida y controlada te sientes por tu hombre, tus deseos de “ser tú misma” (potencialidades de mujer) se van convirtiendo poco a poco en obsesión y, con ello, buscas a toda costa tu independencia de mujer.
Entonces terminas imponiéndote ante el otro con actitudes que pueden ir desde tomar decisiones sin considerar al otro, buscar amistades que te sigan la corriente respecto a tus ideas liberales, forzar salidas a lugares sin considerar prioridades del otro, no tomarle llamadas, realizar fugas geográficas repentinas, conseguir trabajos informales sin compartir gastos, condicionar los encuentros sexuales o, incluso conseguir un amante (que no siempre es alguien de confiar).
Puedes también volverte exigente e intransigente bajo el pretexto de “me lo merezco” metiéndote así en más problemas y provocando y detonando, nuevamente en el otro (ahora en el otro extremo de la polaridad) su necesidad de control, cayendo posiblemente en conductas de rivalidad y competencia, aumentando en ambas partes el desgaste físico, emocional, mental y espiritual en una historia sin fin en la que nadie gana aunque pretendan que sí.
Las relaciones sexuales que se tengan siempre tendrán intenciones de dominio, condicionamiento y abuso de ambos con cuyos resultados siempre serán, casi seguro, ansiedad, preocupación, recelo, deseos sexuales frustrados, miedo a mostrarse tal cual, hipocresía, zozobra, deseos de venganza, desesperación, impotencia, inseguridad y desconfianza y cuyas intensidades variarán dependiendo del momento, el sexo, la edad, la posición social, el rol y la historia personal de cada quien.
¿Cómo obtener balance y equilibrio del ejemplo anterior?
1. Cuestiónate a profundidad para qué buscas un hombre que te mantenga, es decir, busca quién te implantó esa creencia, qué quería respecto de esa creencia y qué sentimientos y emociones le producía esa creencia. Tienes que tener claro si eres tú quién lo decide o es un fundamento familiar, social, económico, político y/o científico.
2. Por otro lado, reflexiona si sabes cuáles son tus potencialidades, quién te hizo creer que tus potencialidades de mujer no son válidas o suficientes, qué es lo que realmente quieres y cómo te sentirías al lograrlo.
3. Teniendo claro los dos puntos anteriores es más fácil que logres el balance entre lo que te gustaría en una relación de pareja y tus potencialidades de mujer.
4. En cuanto a los hombres, respecto al ejemplo anterior, el cuestionamiento sería: para qué busco mantener y someter a una mujer; quién me implantó esa creencia, qué quería y qué sentimientos le producía. Luego, cuestiónense qué pasaría si, como hombres, impulsan a una mujer a incrementar sus potencialidades. Qué ganarían y qué perderían y por qué, en su mayoría, han preferido controlar y someter.
5. Como hombres las preguntas serían: ¿quién soy sexualmente?, ¿qué quiero en mi vida sexual?, ¿para qué lo quiero?, ¿qué siento y qué me emociona?
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