Las caídas hacia el suelo representan un número considerable de accidentes que nos afectan a cualquier edad y pueden causar daños desde leves hasta la muerte; es importante darles la debida consideración y prevenirlos.
¿QUÉ LAS PROVOCA?
Pueden provocarse por el estado de la vía pública, tales como grietas, desniveles para sillas de ruedas y entradas de vehículos; zanjas y hasta la textura lisa de algunas superficies. También está involucrado el calzado, como las zapatillas o tacones que reducen las áreas de contacto del pie sobre el suelo.
Los descuidos son causantes de caídas, especialmente al bajar de vehículos detenidos o en movimiento leve. Ocasionalmente hay problemas del equilibrio en los pacientes después de 40 años, por lo que son propensos a accidentes.
Los adultos mayores se encuentran con debilidad muscular en sus extremidades inferiores, por lo que los resbalones y sentones son frecuentes.
DAÑOS QUE CAUSAN
Los daños ocasionados por las caídas pueden ser lesiones en los tobillos, tales como esguinces y fracturas; golpes múltiples en diferentes partes del cuerpo que pueden provocar hasta hemorragia cerebral. En la gente mayor están relacionados con la fractura de cadera y sangrados internos, por lo que son más graves en este grupo de edad.
Hay que recordar que las caídas son responsables de pérdidas de horas de trabajo y suponen una carga a la familia y al círculo de amistades por los cuidados que se requieren.
CÓMO PREVENIR
Las caídas tienen factores modificables y otros no. Entre los modificables están, por ejemplo, las cataratas, que pueden operarse y con eso mejora la visión. El realizar ejercicios suaves, como caminar, ayuda al fortalecimiento de las piernas.
La cama deberá tener una altura baja, a nivel de las rodillas. El calzado no deben ser pantuflas, porque no protegen contra golpes ni contra objetos tirados en el suelo. Debe ser cerrado, cómodo y antideslizante.
Siempre deben prenderse las luces cuando se está caminando de noche dentro de las habitaciones, inclusive en el baño. Evitar caminar en zonas donde habitualmente escurre el agua, como sucede en los lavamanos, regaderas, en la cocina.
Acudir al médico para el control de enfermedades neurológicas o inflamatorias, que pueden limitar la movilidad o alterar la sensibilidad.
Muy importante es el síndrome post-caída, que sucede cuando después de que un adulto se cae, no se quiere mover por miedo a otra caída.
Hay que considerar los posibles lugares con altas probabilidades de resbalones, como los pisos del baño, las aceras lisas, que incluso aumentan cuando están mojados. Es importante usar bastón o andadera si es que lo requiere. Deberían adaptarse las habitaciones y baños de los adultos mayores para tener barras auxiliares y mantener el espacio lo más despejado posible.
Médico cirujano y senólogo
Titular de Cirugía Ambulatoria IMSS UMAA
Máster en Patología Mamaria y Senología
Teléfono: 222-246-16-62
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