Por: Jaquelin Machado
Cuando te manejas en la conquista ya sea de tus potencialidadessexuales, de conquistar al otro(a) o de lograr ser lo que se esperaque seas sexualmente en el área familiar, social, política,económica, científica y/o religiosa, estarás siempre en lucha ydivisión; la conquista implica una lucha. Así, el tener queconquistar tu sexualidad te conduce al conflicto interno y externoy, por lo tanto, a la agresión.
Tal vez te suene heroico y hasta romántico el conquistar, peropregúntate a dónde te ha conducido esta conquista; ¿te sientesacaso pleno(a), integrado(a) y libre o te vives dividido(a),conflictuado(a) entre lo que debes y no debes ser sexualmente? Esdecir, que sigues en el juicio y la provocación cantándole almundo tu “libertad y autonomía sexual” y añorando y deseandoser como quieres realmente ser.
Si buscas conquistas sexuales, ya sea individuales o hacia losdemás, vives generalmente en el conflicto porque te desenvuelvesen una actitud de dominio y sometimiento en la que solo existen ladiscordia, la lucha, la guerra y la división de ti mismo(a). ¿Noestás cansado(a) de luchar por conquistarte? ¿Realmente creesaún que te debes conquistar? ¿No será que lo que en realidadnecesitas es el reconocimiento de tus cualidades sexuales?
Reconocer tus cualidades sexuales implica el equilibriointerno-externo, el balance entre naturaleza y ciencia, armoníaentre tu sexualidad y tu genitalidad, equilibrio entre tu energíasexual femenina y masculina, complementación entre mujer y hombre,entre hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, balance entre tuintelecto y tu mente y entre tus emociones y tu espiritualidad.
¿Ves? Es unión, es unir lo que hasta ahora posiblemente te hamantenido separado(a) en la ilusión de la conquista que te parecemuy real y que te ha mantenido prisionero(a) en un cuerpo físicoque es un misterio de vida que contiene dentro, alrededor, através y en sí mismo la fuerza vital, que es energía de vida, esdecir, energía sexual.
¿Ahora te das cuenta? No tienes nada que conquistar, pues yaposees en ti esa energía sexual. Lo que es recomendable que hagases que te formules preguntas diferentes, porque, si ya posees dichaenergía, entonces lo que correspondería sería el“reconocimiento de tus cualidades sexuales”; así, preguntascomo ¿de dónde he sacado que tengo que conquistar mispotencialidades sexuales?, ¿cuando expreso una opinión o unjuicio sobre mi sexualidad o la de los demás, quién hablarealmente a través de mí?, ¿soy capaz de tener mis propiasopiniones o estas varían dependiendo del lugar, lascircunstancias, las personas y la edad, por ejemplo?, ¿cómopodría conquistar la naturaleza y la sexualidad si soy parte deella?
La sociedad actual trata de conquistar todo a como dé lugar, ypor ello una inmensa mayoría de mujeres y hombres tiene una menteagresiva que siempre está a la defensiva; de ahí que, casisiempre, las respuestas que damos son reactivas y no asertivas.
Con este tipo de mentalidad agresiva puedes hablar de paz cuandoen realidad te preparas para la guerra porque te dices a timismo(a) cosas como: “Tengo que protegerme de… el otro(a)”,“si me muestro sexualmente como soy me van a lastimar, a juzgar,a aislar...”.
Qué irónico, para lograr la plenitud, el éxtasis, la libertady la autenticidad sexual “tenemos que conquistar, luchar,conseguir… dominar, reprimir, someter, sublimar lo quesomos”.
¿Absurdo? Sí, pero real. Así ha actuado la humanidad a lolargo de los tiempos, y la verdad es que la mayor parte de lapoblación mundial, salvo algunas excepciones, vive aún en ladivisión, el sometimiento y el dominio sexual de unos sobre otros,experimentando emociones de ansiedad, angustia, miedo, iracontenida, tristeza y depresión crónica, por mencionar soloalgunos.
Si tú como ser humano niegas tu esencia sexual, tu esencia devida, niegas de alguna forma tu fuerza vital; es decir, tu energíasexual, y entonces crees que tienes que conquistar tuspotencialidades sexuales, y vas con ello a la lucha y laconsecuente división. Mira, básicamente, es como pedirle a tumano que conquiste a tu cuerpo cuando esta obviamente forma partede él.
Amor, compasión, condolencia y amabilidad forman parte integralde ti mismo(a), y no necesitas ni romper ni segregar tu sexualidad.¿Qué sería romper y segregar? Cuando te estereotipas yclasificas sexualmente de acuerdo con tu sexo, edad, estado civil,lugar de origen, lugar de residencia, cultura, religión, niveleconómico, salud, educación, etcétera.
Todas estas variables te mantienen “a salvo” y evitan que tearriesgues a vivir por ti mismo(a), dependiendo siempre de lo quelo de afuera espera que seas y provocando en ti comportamientos yasea de rebeldía o de represión que te fueron heredados y que, dealguna forma, heredas a tus hijos, con lo que se forma una largacadena de insatisfacción sexual.
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