El encierro -total o parcial- que hemos vivido por la pandemia cambió radicalmente nuestra perspectiva de vida. Afloraron situaciones internas no resueltas, evadidas por mucho tiempo, por la intensa vida que llevamos.
“Algo muy pequeño, imperceptible a simple vista para el mundo, nos confrontó con los principales miedos del hombre: muerte, enfermedad, dolor, locura y, sobre todo, el miedo a mirar dentro de nosotros mismos y escuchar profundamente esa voz interna que hemos querido acallar durante tanto tiempo”, expone Jaqueline Machado Garduño, especialista en sexualidad y desarrollo de consciencia.
Enfatiza que hora tu mundo está de cabeza y uno de los grandes desafíos es despertar tu conciencia, para darte cuenta cómo has vivido hasta ahora, de qué forma te has relacionado, tanto contigo mismo como con los demás (familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo), incluso relaciones tan superficiales como la señora de la tienda. De repente, observas lo desconectados que vivíamos unos de otros y con la famosa sana distancia, ahora añoras el contacto y lo valoras. También surgen situaciones emocionales, pensamientos, cuestiones sexuales y físicas que no habías querido ver.
DESPIERTA TU CONSCIENCIA
Agrega que cada uno de nosotros hemos sido afectados de manera única por las circunstancias externas y es importante que lidiemos con esas situaciones propias e individuales. Somos únicos e irrepetibles, por eso, el gran desafío al despertar de ti mismo a través de la consciencia es atraer claridad, armonía, amor, gratitud y dicha.
“Si logras ver más allá de tus propias miserias emocionales, hay una ventana de oportunidad para aprovecharla y dejar de ser la persona que solías ser, enfrascada en la queja, en la victimización, en la soberbia, la competencia, la envidia, los celos y la división”, advierte.
Los condicionamientos del pasado hacen que acciones de una forma negativa la mayor parte del tiempo, que te quejes de todo, casi siempre justifiques el porqué no puedes o no debes hacer ciertas cosas, el culpar a los demás y a lo externo, o juzgar a otros. Explica que, el estar en este punto, te mantiene en una frecuencia de vibración muy baja y bloquea tu acceso hacia el estado de gratitud, armonía, amor, alegría, paz y dicha, que son estados de alta frecuencia de vibración.
EL DESAFIO ES CONOCERTE
El desafío es, advierte la especialista, que aprendas a afianzarte a ti mismo para que primero comprendas de qué manera te comunicas contigo, escucharte en tus conversaciones con los demás para que seas consciente de cómo te relacionas y te comunicas hacia fuera.
Así adquieres el poder de elegir y apuntalar hacia la unidad, hacia el compartir y elevas con ello tu vibración. Te sentirás mucho mejor y te darás cuenta de que otros pretenden, aunque sea de forma inconsciente, jalarte hacia lo viejo, hacia la crítica y el juicio a los demás.
Para que puedas liberarte y vibrar en una frecuencia más alta de armonía es necesario atraer la atención hacia ti en una autoobservación, así obtienes claridad y al mismo tiempo reconoces al pequeño verdugo que llevas dentro, el que te dice que no vas a ser capaz de vivir en armonía, atraer lo que deseas o vivir en la forma que has soñado.
Este proceso te permitirá acceder a tu niño interior para que, desde ese estado infantil, reabsorbas la espontaneidad la autenticidad, la imaginación, la capacidad de soñar, la alegría y la capacidad de asombro; cualidades que yacen en tu interior y que te permiten viajar más ligero en esta aventura llamada “vida”.
“Practica la meditación más adecuada para ti, con la intención de elevar tu frecuencia de vibración y acceder a estados de armonía. También practica la gratitud diariamente, por el milagro de la vida, por lo que tienes, por lo que eres. Eso te ayudará a liberar esas viejas costumbres negativas que te mantienen en estados de ansiedad y miedo”, concluye.
- De ahora en adelante eres responsable de la forma en que tu vida evolucionará y eso te brinda la libertad de ser, tal vez por primera vez, tú mismo