Del sexo ordinario al sexo consciente | EL SILENCIO TE HABLA

Su función básica es solo para tener hijos y responder mejor al instinto de descendencia

PSIC. JAQUELÍN MACHADO GARDUÑO*

  · viernes 31 de agosto de 2018

La función básica del sexo es solo para tener hijos y desde este punto de vista quienes más rápido y corto hacen el encuentro con la lógica eyaculación, pues logran su cometido puesto que responden mejor al instinto de descendencia.

Sin embargo, si tus inquietudes sexuales son ya más profundas tus objetivos han de cambiar, han de incluir una consciencia despierta que de alguna forma te obliga a ser sensato/a con tu energía sexual y vincularte en la danza amorosa, como hombre, a no eyacular en un sexo relajado y como mujer a no tener exceso emocional para poder entregarse al hombre y disolverse en él por medio del impulso de éste hacia ella para encender el primer fuego del sacro que ascienda por el canal central de la columna vertebral y no se desperdicien las energías sexuales femeninas y masculinas por la eyaculación y por el exceso emocional.

Esto no quiere decir que se tenga que sacrificar el gozar del sexo, lo que se logra con el cauce correcto de la energía sexual es el goce del encuentro sexual sin tener un desgaste. El sexo practicado de este modo, te permite acumular una gran cantidad de energía que te fortalece y genera creatividad, centramiento, sobriedad emocional, claridad en tus ideas y pensamientos con lo que te expandes y no vas a la neurosis ni a la obsesión ni a la preocupación.

El arte de la sexualidad requiere, por tanto, de tu capacidad para reír, para entregarte, de tu capacidad para fundirte y disolverte en el/a otro/a por eso es muy importante que te sientas realmente conectado/a con la persona con quien estás y te guste mucho, pues al momento en que el orgasmo real y verdadero se manifieste, sentirás la pequeña muerte y eso asusta a muchísimas personas.

El verdadero orgasmo es una muerte en que la mujer ha de desaparecer en el hombre y disolverse en él y en la que el hombre se expande tanto y se agranda, que ha de desaparecer en la mujer.

El arte sexual en su manifestación de vida conduce a los amantes de tal forma que el hombre es quien impulsa a la mujer por medio de caricias que inician con besos en la boca y en los pechos, con suaves caricias con las manos en los pechos femeninos para que se active la bioenergía en la mujer y ella pueda encender el fuego de la pasión, que a su vez enciende de vuelta el fuego del hombre formando un primer circuito en la danza de los amantes y con ello las energías femeninas y masculinas alcanzan altos niveles de vibración que permiten el acceso a otros planos de consciencia, que permiten direccionar la energía sexual con un intento más profundo como el de sanar de un padecimiento, el logro de proyectos, el ensueño, la creatividad, etcétera…

Lo anterior no lo puedes lograr si desperdicias tu energía sexual por medio de los excesos en tus fantasías, en la masturbación, ya sea por tus obsesiones, neurosis y preocupaciones. Sin embargo, en los casos en que una persona tenga una gran carga de estrés, este tan obsesionada y enferma por la pornografía, entre muchas variables, que el exceso de energía la llevaría a la autodestrucción o a la destrucción ajena, la masturbación le ayuda.

Si por el contrario, quieres vivir tu sexualidad desde el sendero del amor y la consciencia, has de saber que la masturbación no es el camino adecuado pues te conduce a la pérdida de tu consciencia. La semilla masculina es la energía más elevada que podemos generar en el cuerpo humano (Miyo) por lo que las personas interesadas en el arte sexual han de elevar su energía sexual.

Durante el encuentro de intimidad sexual los amantes recorren los valles y las cumbres del relajamiento y la excitación tocando los picos del orgasmo que no solo es con fines placenteros, en el verdadero orgasmo el propósito es el de desaparecer uno en el otro y fundirse en un solo ser que a su vez desaparece al integrarse al todo en la energía de vida manifestada por la danza amorosa.

Lo importante es la libertad que tienes para decidir cómo quieres vivir tu sexualidad; sin embargo, las personas que están obsesionadas con el sexo difícilmente saben hacer el amor porque no puede haber relajación de su ser, aceptación total del/a otro/a por la misma obsesión y necesidades y de este modo, hay poca realización y satisfacción porque solo se va hacia el placer genital.

Vivir la sexualidad desde el arte y su manifestación de vida no excluye a las personas de diferente preferencia sexual a la heterosexual, por tanto, los homosexuales, bisexuales, transexuales, transgénero, están incluidos pues lo que hay que elevar es la energía sexual para vivir la energía del amor.

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