Alrededor del mundo existen más de 38 mil tipos de hongos distintos y aunque algunos son venenosos, la mayoría son comestibles y no solo complementan la nutrición, porque además de que tienen gran cantidad de agua, también tienen proteínas, vitaminas, minerales, fibra y son bajos en calorías. Aquí te presentamos 5 tipos diferentes.
GIRGOLAS
Estos se caracterizan por su sombrero en forma de abanico y también se les conoce como ostras y orejones. Son uno de los hongos más salvajes y más codiciados. Su color varía de gris a pardo y a medida que van madurando se vuelven más amarillentos y a veces de color rosado.
Cuentan con un aroma es fuerte y en general se comen salteados, con arroces y pastas o grillados con aceite de oliva y ajo.
SHIITAKES
Ideales para guisos, sopas a base de dashi, maki sushi o ensaladas, estos hongos –originarios de China-, son muy populares en las cocinas de todo el Sudeste Asiático. Se caracterizan por tener un sombrero de color marrón oscuro a café con leche y su interior de color crema.
También cuentan con un aroma fuerte a madera y se pueden cocinar a la parrilla, salteados o en sopas, ya que como su textura es muy resistente aguanta muy bien cocciones más largas. Son ideales para guisos, sopas a base de dashi, maki sushi o ensaladas.
MORILLA
También llamados hongos de Ciprés, se caracterizan por tener una forma de panal de abejas. Son de color dorado marrón, con sombrero alargado y consistencia esponjosa. Por lo regular se consiguen deshidratados y cuando se hidratan tienen aromas y sabores muy complejos. Combinan muy bien con carnes de caza, salsas fuertes y guisos bien condimentados.
TRUFAS
Su precio es demasiado alto, motivo por el cual están catalogados como los más caros del mundo. Francia, Italia y España son los principales productores. Las hay blancas y negras y se pueden comer cocidas o crudas, ya sea en láminas, en rodajas, en dados, ralladas o en aceite.
PORCINIS
También llamados “boletus”, estos hongos son muy comunes en la gastronomía italiana y muy apreciados en toda Europa. Fuera de su lugar de origen se consiguen secos y tienen carne firme y consistente, textura sedosa, tronco de color blanco cubierto de capa marrón claro y un rico aroma y sabor a nuez. Los puedes comer crudos en ensaladas, salteados o acompañando pastas y risottos.
*Agradecemos a Setas del Bosque, situado en el mercado orgánico, dentro del Mercado Santa Anita, por facilitarlos las fotos de algunos de los productos para esta publicación.
SUSCRÍBETE A NUESTRO YOUTUBE