Que mejor día que San Valentín para expresar nuestro amor a través de un dulce regalo o endulzarnos el paladar en buena compañía y hacer de ese instante un recuerdo inolvidable.
Aquí va nuestra recomendación de postres para que enloquezcas a esa persona especial con la dulce tentación de un buen postre en su paladar.
RED VELVET
Un clásico de San Valentín es el Red Velvet Cake o pastel de terciopelo rojo, muy cotizado en estas fechas por su intenso color, que evoca pasión y es utilizado para para representar el amor.
Esponjoso y de textura suave, es un pastel en capas cubierto con un glaseado cremoso. Sus ingredientes más comunes son: mantequilla, harina, cacao y colorante de remolacha, que es lo que le da el color. La cantidad de cacao depende del gusto de la persona, al igual que su característico frosting o glaseado de queso.
Es típico del sur de los Estados Unidos y en torno a él giran varias historias. Una de ellas asegura que el pastel surgió durante la Segunda Guerra Mundial. Los alimentos estaban racionados entonces los panaderos usaban el jugo de la remolacha, para mantener la humedad del bizcocho y mejorar su color.
CREME BRULEE
Otro postre apetecible y con gran número de fans en el mundo es la Creme Brulee, que se dice, es la versión francesa de la tradicional crema catalana o leche quemada.
Es una receta tipo natilla, elaborada a base de huevos, leche, nata y azúcar, mezclados con aromatizantes como limón, vainilla y canela. Actualmente se combina con frutos secos, frutos rojos, licores e incluso trufas, que se agregan sobre la capa crocante de caramelo, que va sobre el postre.
Aunque su origen es incierto, su popularidad fue adquirida en el país galo y se sabe que en la antigüedad, los romanos descubrieron que el huevo tenía la capacidad de coagular y espesar, y se cree que ellos fueron los primeros en preparar natillas.
TARTA SACHER
De origen austriaco, la Tarta Sacher (Sachertorte en alemán), es considerada uno de los postres más deliciosos de la repostería mundial. Gran parte de su éxito se debe a que su ingrediente estrella es el chocolate negro, tan delicioso y adictivo que es perfecto para elaboraciones dulces.
Es un bizcocho de chocolate muy esponjoso que se divide en dos planchas entre las que se extiende una capa de mermelada, la original es de albaricoque; al unirlas nuevamente, se recubre con una cobertura de chocolate negro que escurre por los lados hasta cubrir la superficie.
Tras casi dos siglos de que el joven pastelero Franz Sacher, recibiera el encargo de un postre para agasajar a los invitados del príncipe von Metternich, se ha convertido en un símbolo de Viena que tienes que probar si visitas el Café Sacher propiedad de Eduard, hijo del creador de la popular tarta.
Fuente: Carlos Baltierra Villegas, Chef Ejecutivo del hotel Camino Real Puebla Angelópolis
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