Efecto pigmalión, qué es y cómo aprovecharlo

El creer firmemente que alguien puede alcanzar grandes objetivos, y tratarlo en consecuencia, puede ayudarle a lograrlo

Erika Albisúa | El Sol de Puebla

  · viernes 17 de diciembre de 2021

Efecto pigmalión, cómo influye en tu desempeño lo que se espera de ti. Foto: Cortesía pch.vector

Si quienes te rodean constantemente te tratan como si no fueras capaz de conseguir tus logros o, por el contrario, si siempre te demuestran que esperan de ti grandes resultados, es probable que esas expectativas se vean reflejadas en tu desempeño. Esto es conocido como “efecto Pigmalión” y puede ser muy útil, cuando se aplica adecuadamente.

Respecto a este tema Jaquelin Machado, profesional de la salud mental con especialidad en coaching multidimensional e instructora en desarrollo de consciencia, explica que en los años 60 el psicólogo norteamericano Robert Rosenthal se dedicó a investigar cómo las expectativas que tenemos sobre las personas acaban por influir en lo que vemos a nuestro alrededor.

Por otro lado, Leonor Jacobson se interesó por esos estudios y trabajó con Rosenthal para desarrollar posteriormente lo que sería el efecto Pigmalión, que se basa en que las expectativas que tenemos, tanto de nosotros mismos como de los demás, pueden influir de manera tremenda en el resultado final que se produce.

¿DE DÓNDE SURGE EL NOMBRE DE PIGMALIÓN?

El término tiene su origen en la obra del poeta Ovidio, donde Pigmalión era un escultor que vivía en Creta y se enamoró de una estatua que él mismo creó, Galatea; pidió a los dioses que la convirtieran en una mujer de carne y hueso, para amarla como tal y Afrodita se lo concedió.

Foto: Freepik

En psicología se llama efecto Pigmalión porque creer en algo hace que acabe sucediendo, pero no de una manera mágica sino mediante las acciones que nosotros llevemos a cabo, pues inconscientemente modificamos nuestra conducta y hacemos que eso sea más o menos probable, indican en un texto aprobado por Gema Sánchez Cuevas, psicóloga de la Universidad Internacional de Valencia.

¿CÓMO PUEDE RESULTAR ÚTIL?

Este efecto nos puede resultar muy útil, dice Machado, sobre todo al modificar positivamente nuestro sistema de creencias, pues un círculo sobre las expectativas y habilidades de otros, influye en nuestras acciones hacia ellos, para impactar sobre nosotros mismos de una forma creativa y, por lo tanto, positiva.

Esas creencias causan ese impacto por la influencia que provoca el reforzar conductas y comportamientos positivos, tanto sobre las personas influenciadas como por las expectativas de alto rendimiento, en el área que sea, de la persona qué nos influencia. La utilidad de todo esto se puede notar cuando un buen líder, al transmitir expectativas positivas sobre un grupo determinado, obtiene buen rendimiento de ese equipo.

EL EFECTO GALATEA

Cuando se habla de las expectativas que tienes sobre ti mismo se utiliza el término “efecto Galatea” -por la misma historia griega que ya mencionamos- y aquí gracias a tus propias conductas, pensamientos y comportamientos, así como reflexiones, lograr que aquello que esperas de ti se cumpla.

Foto: Diana.grytsku

Ambos efectos también son conocidos como la “profecía autocumplida” y en esencia consiste en cómo las altas expectativas de alguien, en relación a otra persona o a sí mismo, dan como resultado un alto rendimiento, o en cómo unas expectativas bajas influyen negativamente, afectando a su rendimiento, acepta Sánchez Cuevas.

¿EN QUÉ ÁMBITOS SE PUEDE APLICAR?

Resulta interesante señalar que esta teoría del efecto Pigmalión tiene la ventaja de poderse aplicar en diferentes aspectos de nuestra vida, tanto en el ámbito laboral, deportivo o familiar, como en todos los hábitos que contengan situaciones o personas con perfiles de alto rendimiento, asegura Machado.

SUS CONSECUENCIAS NOCIVAS

Cabe advertir que, al aplicar esta teoría, si esto no se hace de la forma adecuada, se corre el riesgo de que el resultado no sea el esperado. Por ejemplo, al verse alguien reflejado en un hijo o un alumno y buscar que sea como nosotros, que consiga lo que nosotros no pudimos, provocaría consecuencias negativas, porque las expectativas del otro se manipulan al pasar por un filtro personal.

Cuando lo anterior pasa, muchos padres o profesores podrían conseguir que sus hijos o alumnos se conviertan en todo lo contrario de lo que ellos esperaban, porque con el lenguaje que ocupan, cargado de reproches, los mensajes se centran constantemente en ello, de acuerdo con lo aceptado por Gema Sánchez, quien también es Doctoranda en la Universidad de Salamanca.

También podría suceder cuando, por mencionar algunos ejemplos, se cree que algunas drogas son buenas para crear estados alterados de conciencia, o rebasar las expectativas de los deportistas, que en realidad no tengan ciertas habilidades y, en general, si se sobrepasan los límites de cualquier condición humana, pero aquí ya se caería en otro tipo de síndromes y trastornos de personalidad, señala Jaquelin.

SÁCALE PROVECHO AL EFECTO PIGMALIÓN

Respecto a los resultados positivos del efecto Pigmalión, el cual se refiere a que al esperar resultados positivos de alguien puede llevarlo a logarlos, la Universidad de Duquesne, Pennsylania publicó lo obtenido durante un estudio realizado en 1968, que consistió en informar a un grupo de profesores que a sus alumnos se les había realizado una prueba para evaluar sus capacidades intelectuales.

Posteriormente se indicó a los maestros quienes eran los estudiantes que supuestamente habían obtenido los resultados más altos y se les aseguró que ellos serían los que obtendrían un mejor rendimiento, y al terminar el curso así fue: quienes habían sido considerados como los mejores, tuvieron un mayor beneficio. La cuestión es que la prueba de evaluación en realidad nunca se aplicó a los alumnos.

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EL PODER DE LAS EXPECTATIVAS

¿Por qué los estudiantes considerados como los mejores llegaron a serlo? La respuesta está en que los educadores se crearon altas expectativas en relación a ellos y actuaron en consecuencia para que estas se cumplieran. Pusieron a favor de ellos el clima, la actitud y la predisposición a enseñarles, era diferente y especial.

Esto confirma que lo señalado por Robert Rosenthal en su teoría acerca del efecto Pigmalión es acertado. Además, estudios posteriores con estudiantes de diversas edades han reafirmado estos resultados.

Al aplicar los estudios de Roberth Rosenthal y Leonor Jacobson en los que se aprovecha la influencia sobre el sistema de creencias de profesores y alumnos, midiendo la variable inteligencia, se han logrado resultados asombrosos en los alumnos elegidos , afirma Jaquelin Machado, especialista de salud mental.

Si lo analizamos y aplicamos adecuadamente, el efecto Pigmalión es un fenómeno positivo al que podemos sacarle mucho partido si es que les demostramos a los jóvenes que esperamos mucho de ellos, pero la advertencia es que estas expectativas deben ser reales

¿De qué manera? Mostrando a los jóvenes lo mucho que se espera de ellos. Pero esto es algo más complejo de lo que parece, ya que estas expectativas tienen que ser reales y estar fundamentadas y arraigadas en la mente del adulto que supervisa la educación de esos jóvenes.

Es necesario aprovechar las cualidades y habilidades de alto rendimiento de los chicos o de las personas con quien se labora, que deben recibir su respectiva influencia positiva y creativa, tanto de los demás como sobre sí mismos, concluye Jaquelin Machado.