Hola compañeros lectores, ¿cómo están? Espero que muy bien. Con este artículo termino de contarles nuestro viaje por una de las capitales más emblemáticas del mundo, Buenos Aires, ya les conté de sus museos, riquezas naturales, comidas, caballos y varias cosas más, y ahora cerramos con broche de oro nuestro viaje: futbol…
Una vez regresando de Iguazú, nos dirigimos a nuestro hotel para descansar de ver tantas cascadas y de agradecer de haber tenido la oportunidad de conocer dicho lugar.
Al día siguiente nos despertamos y después de desayunar unos ricos huevos revueltos con panceta (tocino) que estaba deliciosa, muy diferente al sabor que aquí tenemos, nos dirigimos hacia el barrio de La Boca. Se le llama Boca porque es una desembocadura en el Río de la Plata, entre 1830 y 1850 empezaron a asentarse familias de origen italiano principalmente genoveses ya que era el principal puerto marino de esa época y ellos fueron los que le dieron la fisonomía al barrio, se les llamaba xeneises a la gente de ahí y es una malformación del dialecto que usaban (zeneizi, genovés) y así fue que los hinchas del Boca Juniors se les identificó.
LAS CALLES DEL BARRIO
Una vez que nos dejó el taxi, empezamos a caminar por las calles, el barrio es muy grande pero lo típico de ahí son unas cuantas cuadras, las casas son de lámina y de muchos colores, hay varios restaurantes, bares y gente caminando por las calles. Ahí se encuentran por todos los rincones cantantes, pintores, bailarines de tango y músicos, también hay todo tipo de tiendas para comprar recuerditos.
Lo que predomina son las tiendas de futbol y obviamente todo tiene que ver con la selección de Argentina y el Boca Juniors. En los balcones de algunas casas existen figuras de personajes emblemáticos de la Argentina, como Maradona, Carlos Gardel, el Papa Francisco y Evita Perón, todos los turistas se veían muy contentos y disfrutando del barrio.
Mientas caminábamos por las calles se nos acercó un personaje igualito al “10”, al gran Diego Armando Maradona, que al escuchar nuestro acento nos gritó: “Míralo eh, míralo eh”, según él imitando a ñoño, ja, ja, ja, ja; nos platicó que le encanta El Chavo del 8 y que no se pierde a la fecha ningún programa de esa serie, obvio nos tomamos la foto con él.
¡EL ESTADIO!
Así seguimos caminando por la calles y de pronto al dar vuelta en una esquina nos encontramos con el imponente estadio de La Bombonera… ¡vaya sensación! Nos entró una emoción increíble ya que Urru y yo somos futboleros y estábamos en uno de los principales estadios del mundo; inmediatamente compramos boletos para hacer un recorrido por las instalaciones, vestidores, zona de prensa, gradas, túneles y sobre todo la hermosa cancha. Ahí nos tomamos fotos con algunos de los trofeos que ganó el Boca en la última edición de la copa libertadores. ¡¡La verdad estábamos felices!!
Estuvimos ahí mucho tiempo, mientras hacíamos filas para entrar a algunos sitios de ahí no se oía otra platica que no fuera de futbol, un momento muy padre fue cuando entramos a las gradas que obviamente estaban vacías y me empecé a imaginar cómo sería vivir un partido ahí, me imaginaba los canticos, los gritos, las broncas y todo lo que siempre había escuchado de ese estadio.
BUSCANDO ENTRADAS
Por casualidad ese día jugaba el Boca vs Racing, un clásico de la ciudad; son dos equipos que se odian y decían que la pasión es indescriptible, obviamente tratamos de conseguir boletos por todos lados, en taquilla, en reventa o como fuera y al precio que fuera, desafortunadamente no habían a la venta; estaba frustrado por no poder comprar entradas, después de preguntar en tiendas de playeras, tienditas, restaurantes, bares, no encontramos nada; las respuestas siempre fueron las mismas: “eh loco, sos un pelotudo, las entradas están vendidas desde hace meses, imposible lo que querés” (con todo y los deditos juntos y moviendo las manos ja, ja, ja).
Urru estaba enojado también y dijimos vamos por una cerveza y a olvidar la muina, ya era la tarde y ya me quería ir al centro a caminar por última vez, era la última noche. Me llamó la atención que mientras tomábamos la cerveza Urru recibió una llamada en su cel y mencionó en donde estábamos, pensé que era el taxista que ya venía por nosotros.
UNA GRAN SORPRESA
Unos minutos después se nos acercó un gordito bastante feo y con voz aguardientosa preguntó por el Sr. Urrutia, mi compa lo saludó y lo invitó a sentarse con nosotros, sin más ni más nos dijo: “aquí están las entradas para el partido de hoy”, ¡¡no lo podía creer!! Una sorpresa más de Urru, el cab… ya los había comprado meses antes desde México, ¡que tipazo! Obviamente nos empezamos a reír y a ponernos contentos, empezamos a cantar en la calle, “¡¡dale campeeeeeoooón, daaaaleeee campeeeeoooón!! Rápido fuimos a una tienda a comprarnos una playera del Boca.
No recuerdo el nombre del gordito pero era muy chistoso, nos dio muchas indicaciones porque el ambiente adentro del estadio durante el partido puede ser peligroso, tantas recomendaciones me pusieron un poco nervioso.
Ya empezaba a anochecer y los turistas se retiraban, a lo lejos empezamos a escuchar tambores y cantos, si, era la “12” la barra brava del Boca Juniors, la verdad los que la componen tienen tipo de delincuentes, dan miedo; la pasión con la que cantan y brincan hacen que se enchine la piel, el gordito que nos vendió los boletos nos advirtió que tuviéramos cuidado con ellos y que escondiéramos las cámaras porque están locos. Nos dijo que al término del partido nos esperaba en una calle para llevarnos a nuestro hotel.
Se acercó la hora del partido y nos formamos en la entrada que nos correspondía, afortunadamente nuestros boletos estaban en una excelente zona y lejos de la “12”, es un espectáculo impresionante escucharlos y verlos, no paran un minuto en todo el partido. Toda la afición va vestida con playeras o sudaderas del Boca.
Al salir el Racing, los abucheos y mentadas de todo el estadio son impresionantes, la presión que hacen al equipo rival se siente, cuando sale el Boca la ovación es ensordecedora. Como son fanáticos la venta de alcohol no está permitida, eso hace que se tranquilicen y no haya desmanes.
¡EL PARTIDO!
El primer gol fue del Racing y el estadio enmudeció completamente durante algunos minutos, al poco tiempo el apoyo a su equipo fue total, los gritos, cantos y brincos hacen que tiemble el estadio, recordé un cartel que vi en una tienda unas horas antes: “La bombonera no tiembla, late”.
¡Y vaya que sí!, al caer el gol del Boca la gente se pone loca, ¡ha sido el grito de gol más fuerte que he oído en mi vida! Para mala fortuna del Boca, el Racing anotó el segundo gol y por más que intentaron no pudieron empatar, el juego es muy duro, entran fuerte a la pelota y sin “arrugarse”, la intensidad con la que juegan es completamente diferente a la que hay aquí, se dan con todo y el juego fluye.
Los aficionados son igual que en todo el mundo, ordenan cambios, regañan a los jugadores, piden cambios de juego, señalan faltas y todo eso. Recordé una escena de la película argentina “El Secreto de sus ojos”, cuando no encuentran al asesino porque cambia de identidades y están desesperados el detective en jefe, que es el excelente actor Francella, dice a su equipo de policías: “podrá cambiar de partido político, de religión, pero no de equipo de futbol” y así van al estadio y lo encuentran…por cierto véanla, ¡es un peliculón!
Terminó el partido y nos dirigimos a donde el gordito nos había dicho que nos esperaría, ahí estaba con sus amigos comentando el partido obviamente enojados, nos llevó al hotel para echarnos un baño e irnos a cenar.
LO MEJOR DEL TANGO
Fuimos al barrio de San Telmo a uno de los mejores lugares de tango, La Ventanita; el lugar está increíble, es como una taberna muy grande con varias mesas para cenar, la comida es muy rica y los vinos también, principalmente son argentinos y de la mejor calidad, son varios artistas en escena, orquesta, bailadores de tango, folclore, música del altiplano y boleadoras.
La verdad el tango no me gustaba mucho pero al estar ahí por varios días verdaderamente me encantó, la música es muy nostálgica y los viejitos que la tocaban encantadores; recordé una entrevista que vi hace varios años a Jacobo Zabludovsky y le preguntaron por su tesoro más preciado, sin dudarlo dijo: “mi colección de tangos”, en ese momento no comprendí, ahora si lo entiendo, es hermoso.
Ahí estuvimos escuchando tangos y bebiendo vino hasta ya entrada la madrugada, finalmente el show terminó y salimos del lugar para caminar por las calles de San Telmo que están empedradas y con tenue iluminación amarilla; hacía un poco de frío, que hizo esa caminata más nostálgica de lo normal, el viaje había concluido… habíamos aprendido y disfrutado mucho.
La verdad este viaje me cambió la perspectiva que tenía de algunos argentinos que conocí, son gente civilizada, educada, limpia, culta, deportista, ordenada y quieren mucho a su país.
Gracias compadre por la compañía, estuvo bueno el viaje…restaurantes, restaurantes, restaurantes….ja, ja, ja, ja, ja.
Hasta luego compañeros lectores.
¡¡Saludos!!
paco_noriega2001@yahoo.com