Originario del puerto de Acapulco, Eduardo Wichtendahl Palazuelos aprendió desde pequeño el arte de la cocina con la legendaria Susana Palazuelos, su madre.
El amor por la gastronomía y su formación académica lo han llevado a consumar sueños y lograr muchos éxitos, en 2014 fue galardonado como el Mejor Chef Mexicano, Eduardo es hoy en día reconocido y elegido por la Secretaría de Relaciones Exteriores para participar como Embajador de la Cocina Mexicana.
Cuenta con varios centros de consumo, sus restaurantes más conocidos son Zibu Acapulco y San Miguel de Allende, Mar del Zur en Monterrey y Mario Canario en Acapulco, en ellos imprime todo su saber y pasión por la cocina. Además, es creador del concepto de comida mex-tahi, una fusión de gastronomía mexicana y tailandesa.
Durante la pandemia se vio en la necesidad de cerrar sus restaurantes y en su lugar migró sus servicios a las redes sociales, actualizó su página web y creó alianzas con empresas para realizar clases de cocina en línea.
“El mundo se convirtió más digital y en ese sentido uno no se puede quedar fuera”, comenta Eduardo.
Palazuelos nos platica que durante la pandemia, como a muchos nos sucedió, hubo momentos de ansiedad e incertidumbre y sentía que el mundo se derrumbaba, porque todo estaba cerrado, había que mantener a mucha gente y no hay trabajo, entonces decidió que era un gran momento para digitalizarse.
Para poder seguir realizando un trabajo de excelente calidad, Eduardo tomó la decisión de elevar su conocimiento en la materia y tomó cursos en línea sobre temas que tenían que ver con tecnología, manejo de redes y todo lo relacionado con las nuevas plataformas web.
“Comencé a reestructurar mis dominios web y las marcas en cuestión de imagen, me di cuenta de que necesitaban cambios y englobé todo en un sitio. Me preparé en la parte empresarial, la comunicación digital y, sobre todo, en la manera en la que compartimos información, tanto con clientes como con empleados; pues aprendí a utilizar los documentos compartidos, por ejemplo, que nunca había usado”, dice el chef.
Después de esto no hubo marcha atrás y las clases en vivo comenzaron, a través de sus redes sociales, de plataformas de empresas aliadas, en mancuerna con otros chefs y para medios de comunicación, por mencionar algunos. Para poder impartirlas con la calidad que se merecen, montó su propia cocina en casa, un lugar exclusivo para dicha actividad; se trata de un espacio adaptado estratégicamente para que las cámaras no se perdieran ningún detalle del proceso cuando está cocinando, igualito a un set de televisión, “es una reinvención de lo que hago adaptada al cambio”, comentó Eduardo.
No por nada recibió el mes pasado de la revista Food and Travel uno de los reconocimientos de resiliencia que otorgó a los streamings de chef que nos reconfortaron en casa.
“Me he sentido muy contento, salir un poco de la zona de confort, nos hace aprender cosas nuevas, además es padre poder tener un espacio en donde puedas también cocinar a tus anchas y qué mejor que tenerlo en casa y desde ahí poder llegar con las experiencias a las casas de gente de todo el mundo”, concluye Eduardo.
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