Bien, antes de adentrarme al tema del poder de la seducción, tomaré la definición del diccionario de la RAE. Seducir es la atracción física que ejerce voluntariamente una persona con respecto a otra con el propósito de tener con ella una relación sexual. Es también, cautivar el ánimo.
La seducción tiene un alto grado de emocionalidad. Las emociones son el centro focal desde el cual hombres y mujeres desencadenan múltiples comportamientos.
Si eres consciente de tu momento de vida presente, es decir, de tu edad cronológica y biológica, tu sexo, tus emociones, pensamientos, sentimientos así como tu espíritu y tu alma, entonces sabes cuál es tu fuente de seducción ante ti, ante los demás y ante la vida.
¿Cómo te atraes o te persuades a ti mismo(a)?, ¿está claro para ti, o nunca te lo has planteado?
Ahora bien, la seducción es natural cuando alguna parte de tu cuerpo eclipsa a las demás y despierta deseos hacia ti. Si este punto de tu cuerpo te provoca conflicto, tú entras en lucha ya sea permanente, temporal o intermitente y ello, a su vez, provoca que tu poder de seducción se vuelva contra ti y tú te sientes utilizado(a), maltratado(a) y abusado(a) sexualmente.
Por ejemplo, si eres mujer con senos grandes o pequeños y sabes que son tu punto de seducción, por el conflicto que esto te produce se vuelven un problema para ti y los ocultas o los sobreexpones, según sea la actitud que asumas. Afectada por esto podrías ejercer un tipo de seducción desfavorable actuando, de tal forma, que provocarías justo aquello que querías evitar como la crítica y el deseo malsano de los demás, entonces, la inhibición de tu punto corporal de seducción natural es inevitable.
Si eres hombre, y tu punto corporal seductor es tu pene y este te provoca conflicto ya sea por su tamaño, contextura, grosor y si está circuncidado o no, entonces tu seducción natural se volvería contra ti porque estarías justificando el porqué, extraviando así tu poder de seducción.
Cuando estás en armonía con tu naturaleza individual lo que sucede es que tus puntos corporales naturales de seducción se potencializan.
Por otro lado, la seducción adquirida se da cuando nosotros mismos explotamos, a través de nuestra imagen, la parte más bella, sensual o llamativa de nuestro cuerpo para atraer a los demás.
Este tipo de seducción puede incrementarse tanto en hombres como en mujeres mediante la diferenciación de sus comportamientos sociales auxiliados por mecanismos físicos, emocionales, mentales, sexuales, morales y verbales, por mencionar los más destacados.
Un ejemplo de esto puede ser la modulación del tono de voz, si se habla emitiendo la fuerza desde la parte genital es sumamente seductora, incluso con frases tan sencillas como “Hola guapo”, “Te ves encantador(a)” o “Eres más bella de lo que pensé”, “La loción que traes va de acuerdo con tu personalidad” o “El traje que llevas puesto te sienta muy bien”.
Este tipo de frases con toques seductores se potencializan en combinación con el espacio, la iluminación, algunos alimentos y bebidas, etc… pues crean ambientes que enmarcan una seducción perfecta.
Si ya tienes identificadas tus cualidades de seducción, es importante que reflexiones si tienes una intención de seducción para que evites sorpresas inesperadas que no siempre son agradables. Para ello es necesario que identifiques los diferentes tipos de seducción como son, aparte del físico, el intelectual, mental, sexual, subliminal y espiritual.
Cuando sea oportuno utilizar cualquiera de estos tipos de seducción ten el cuidado de imprimirles la intención para que vaya de acuerdo con la ocasión. Por eso es importante enfocar en qué vamos a poner la atención para seducir, en qué ambiente y para qué fin.
Lo primero, sedúcete a ti mismo(a) y si te atreves a ir más allá de tus límites, capitalizando la seducción en tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, te transformarás en un(a) seductor(a) perfecto(a) que puede llegar a seducir a la vida misma.
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