/ sábado 8 de julio de 2017

El sabor del Nuevo Mundo | El Rincón de Zalacaín

Madrid, España.- El comentarista gastronómico de la radio dabacuenta esa mañana sobre los últimos descubrimientos en torno alchocolate amargo, ese donde el azúcar o las grasas vegetales yañadidos no existen. Las tabletas de más de 78 por ciento decacao habían sido usadas para un experimento en la Universidad deL’Aquila en Italia y la conclusión vino a demostrar un nuevoaporte benéfico de su consumo sobre todo entre las personasmayores a quien les reduce notablemente la presión arterial.

La noticia le había interesado al aventurero Zalacaín,enamorado siempre del consumo de chocolates amargos; algún amigoya mayor le había confesado su pasión por el llamado “sabor delNuevo Mundo” desde muy pequeño cuando su madre le escondía las“chocolatinas” para no distraer su alimentación, el pequeñodescubrió rápidamente su escondite y desarrolló una habilidadpara desenvolverlas y meter una bolita de papel en lugar delchocolate, hacía la envoltura nuevamente y así, su madre cuandorevisaba el contenido de la lata de chocolatinas veía siempre lamisma cantidad.

El comentarista leía la noticia: “Claudio Ferri, del Centrode Hipertensión Arterial y Prevención Cardiovascular de laUniversidad de L'Aquila (Italia), investigó a un grupo depacientes hipertensos, que consumieron durante 15 días 100 gramosde chocolate negro, equivalentes a una chocolatina, durante esteestudio ninguno de los pacientes estaba tomando antihipertensivos,ni fumaba, ni padecía diabetes u otra enfermedad.

“En este estudio la Universidad encontró que los pacienteslograban disminuir la presión sistólica en 12 mmHg y la presióndiastólica en 8.5 en promedio. Igualmente se lograba disminuir elcolesterol LDL que es el causante de las enfermedadescardiovasculares y se lograba mejorar la resistencia a la insulina;es decir la insulina natural funcionó mejor logrando un controlmás adecuado de manera natural en los pacientes diabéticos, oretrasando la aparición de diabetes, obesidad o hipertensión enlos pacientes sanos”.

El doctor Ferri citaba como ejemplo para reforzar susinvestigaciones las observaciones hechas por el médico NormanHollenberg entre miembros de la tribu de los Indios Kuna enPanamá, quienes pese a tener una dieta rica en sal no sufrían depresión arterial mientras vivían en su hábitat natural, perocuando se mudaban a las ciudades, siguiendo la misma dieta,entonces padecían de presión alta, todo se debía a la ausenciade consumo de los “flavonoides” del cacao causantes de antioxidación.

[caption id="attachment_692810" align="aligncenter" width="640"]Foto: Jesús Manuel Hernández[/caption]

La noticia daba cuenta también de las investigaciones deValentina Socci y Michele Ferrara de la misma universidad quienesdemostraron cómo el consumo de chocolate oscuro generaba mejorasen el rendimiento de la memoria y las habilidades físicas en eltrabajo; en el caso de las mujeres el cacao dado después de unanoche de privación total del sueño contrarrestó el deteriorocognitivo, quienes no lo consumieron presentaron menos precisiónen el desempeño de sus tareas.

En el caso de personas de edad avanzada el consumo de chocolatederivó en aumento del desempeño cognitivo, mayor velocidad en elprocesamiento intelectual y la memoria, incluso la fluidezverbal.

Sin duda maravillosas noticias, pensaba el aventurero mientrascaminaba rumo al parque del Retiro para dar su acostumbrado paseomatutino.

Quién fuera a creerlo cuando hace siglos el chocolate fueincluso perseguido como parte de las leyendas negras en su contra,emanadas ciertamente del desconocimiento y el mal gusto, como el deun médico inglés citado por Alain Ducasse en uno de sus libros alhablar del chocolate, decía el inglés del consumo de cacao afinales del siglo XVII: “es un aperitivo peligroso, un alimentogrosero, que sólo es bueno para los estómagos de losindios”.

Ducasse, uno de los más célebres chefs del mundo corrigió 300años después al inglés con una frase “la felicidad puedesaborearse en un pequeño bocado de chocolate”.

[caption id="attachment_692813" align="aligncenter" width="391"]Foto: Jesús Manuel Hernández[/caption]

Originario de la región Maya en los territorios donde hoy hacenfrontera México y Guatemala, el cacao crecía espontáneamente4000 a.C., los mayas lograron cultivarlo, mascaban los granos decacao o los usaban como moneda.

Después los aztecas siguieron su cultivo y lo consumían en unabebida espumosa, lo daban a los sacerdotes, los jerarcas y soldadoscomo alimento para generar fuerza. Hernán Cortés fue recibido porMoctezuma a su llegada a la Gran Tenochtitlan con un recipiente de“xocolatl”, de donde los conquistadores tomaron el nombre.

El chocolate fue asociado al aumento de la concupiscencia y portanto prohibido en los conventos donde se castigaba a quien loconsumiera con tres días a pan y agua.

Pero el Papa Pío V, lo apreciaba mucho y permitía su consumodisuelto en agua sin violar el ayuno antes de la eucaristía.

Zalacaín continuó su paseo, delante de él caminaba una mujerrondando los 40 años, con una silueta cercana a la perfección, elcabello rizado, negro, se movía al ritmo de sus caderas, sus piesdaban pasos rápidos, sin duda llevaba prisa, y el aventurero nopudo menos que decir “estás como agua para chocolate”.

elrincondezalacain@gmail.com Video en:https://youtu.be/G1HfYxzoOqY

[caption id="attachment_692811" align="aligncenter" width="640"]Foto: Jesús Manuel Hernández[/caption]

Madrid, España.- El comentarista gastronómico de la radio dabacuenta esa mañana sobre los últimos descubrimientos en torno alchocolate amargo, ese donde el azúcar o las grasas vegetales yañadidos no existen. Las tabletas de más de 78 por ciento decacao habían sido usadas para un experimento en la Universidad deL’Aquila en Italia y la conclusión vino a demostrar un nuevoaporte benéfico de su consumo sobre todo entre las personasmayores a quien les reduce notablemente la presión arterial.

La noticia le había interesado al aventurero Zalacaín,enamorado siempre del consumo de chocolates amargos; algún amigoya mayor le había confesado su pasión por el llamado “sabor delNuevo Mundo” desde muy pequeño cuando su madre le escondía las“chocolatinas” para no distraer su alimentación, el pequeñodescubrió rápidamente su escondite y desarrolló una habilidadpara desenvolverlas y meter una bolita de papel en lugar delchocolate, hacía la envoltura nuevamente y así, su madre cuandorevisaba el contenido de la lata de chocolatinas veía siempre lamisma cantidad.

El comentarista leía la noticia: “Claudio Ferri, del Centrode Hipertensión Arterial y Prevención Cardiovascular de laUniversidad de L'Aquila (Italia), investigó a un grupo depacientes hipertensos, que consumieron durante 15 días 100 gramosde chocolate negro, equivalentes a una chocolatina, durante esteestudio ninguno de los pacientes estaba tomando antihipertensivos,ni fumaba, ni padecía diabetes u otra enfermedad.

“En este estudio la Universidad encontró que los pacienteslograban disminuir la presión sistólica en 12 mmHg y la presióndiastólica en 8.5 en promedio. Igualmente se lograba disminuir elcolesterol LDL que es el causante de las enfermedadescardiovasculares y se lograba mejorar la resistencia a la insulina;es decir la insulina natural funcionó mejor logrando un controlmás adecuado de manera natural en los pacientes diabéticos, oretrasando la aparición de diabetes, obesidad o hipertensión enlos pacientes sanos”.

El doctor Ferri citaba como ejemplo para reforzar susinvestigaciones las observaciones hechas por el médico NormanHollenberg entre miembros de la tribu de los Indios Kuna enPanamá, quienes pese a tener una dieta rica en sal no sufrían depresión arterial mientras vivían en su hábitat natural, perocuando se mudaban a las ciudades, siguiendo la misma dieta,entonces padecían de presión alta, todo se debía a la ausenciade consumo de los “flavonoides” del cacao causantes de antioxidación.

[caption id="attachment_692810" align="aligncenter" width="640"]Foto: Jesús Manuel Hernández[/caption]

La noticia daba cuenta también de las investigaciones deValentina Socci y Michele Ferrara de la misma universidad quienesdemostraron cómo el consumo de chocolate oscuro generaba mejorasen el rendimiento de la memoria y las habilidades físicas en eltrabajo; en el caso de las mujeres el cacao dado después de unanoche de privación total del sueño contrarrestó el deteriorocognitivo, quienes no lo consumieron presentaron menos precisiónen el desempeño de sus tareas.

En el caso de personas de edad avanzada el consumo de chocolatederivó en aumento del desempeño cognitivo, mayor velocidad en elprocesamiento intelectual y la memoria, incluso la fluidezverbal.

Sin duda maravillosas noticias, pensaba el aventurero mientrascaminaba rumo al parque del Retiro para dar su acostumbrado paseomatutino.

Quién fuera a creerlo cuando hace siglos el chocolate fueincluso perseguido como parte de las leyendas negras en su contra,emanadas ciertamente del desconocimiento y el mal gusto, como el deun médico inglés citado por Alain Ducasse en uno de sus libros alhablar del chocolate, decía el inglés del consumo de cacao afinales del siglo XVII: “es un aperitivo peligroso, un alimentogrosero, que sólo es bueno para los estómagos de losindios”.

Ducasse, uno de los más célebres chefs del mundo corrigió 300años después al inglés con una frase “la felicidad puedesaborearse en un pequeño bocado de chocolate”.

[caption id="attachment_692813" align="aligncenter" width="391"]Foto: Jesús Manuel Hernández[/caption]

Originario de la región Maya en los territorios donde hoy hacenfrontera México y Guatemala, el cacao crecía espontáneamente4000 a.C., los mayas lograron cultivarlo, mascaban los granos decacao o los usaban como moneda.

Después los aztecas siguieron su cultivo y lo consumían en unabebida espumosa, lo daban a los sacerdotes, los jerarcas y soldadoscomo alimento para generar fuerza. Hernán Cortés fue recibido porMoctezuma a su llegada a la Gran Tenochtitlan con un recipiente de“xocolatl”, de donde los conquistadores tomaron el nombre.

El chocolate fue asociado al aumento de la concupiscencia y portanto prohibido en los conventos donde se castigaba a quien loconsumiera con tres días a pan y agua.

Pero el Papa Pío V, lo apreciaba mucho y permitía su consumodisuelto en agua sin violar el ayuno antes de la eucaristía.

Zalacaín continuó su paseo, delante de él caminaba una mujerrondando los 40 años, con una silueta cercana a la perfección, elcabello rizado, negro, se movía al ritmo de sus caderas, sus piesdaban pasos rápidos, sin duda llevaba prisa, y el aventurero nopudo menos que decir “estás como agua para chocolate”.

elrincondezalacain@gmail.com Video en:https://youtu.be/G1HfYxzoOqY

[caption id="attachment_692811" align="aligncenter" width="640"]Foto: Jesús Manuel Hernández[/caption]

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