/ domingo 22 de abril de 2018

El verdadero tesoro de la Casa del que mató al animal | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

El tiempo que permanece congelado en miles de imágenes

Hola queridos lectores gracias nuevamente por abrirme las puertas de sus hogares a mis artículos domingueros, siempre escritos con el deseo de darles un breve momento de nostalgia y alegría sobre la vida cotidiana de nuestra ciudad.

En esta ocasión les voy a narrar una historia a través del tiempo, el tiempo que permanece congelado en miles de imágenes, en cientos de tomos de periódicos empastados en la hemeroteca de El Sol de Puebla, la que yo creo es la máquina del tiempo más fiel y confiable que tenemos en nuestra ciudad, desde el momento en que penetras en ella, respiras historia, nostalgia, y sobre todo cariño por esta ciudad, la cual al acercarse cada día su cumpleaños número 500, te preguntarás ¿acaso aparezco en alguna de esas miles de imágenes atrapadas por fotógrafos que en su diario andar congelaron el tiempo para la historia?, muchos de ellos ya no están, pero su trabajo perdura, para nosotros y para nuestra descendencia.

Recuerdo cada mañana tomado de la mano de mi padre, que acudíamos a la esquina de la casa a comprar el periódico, en unos exhibidores con un diseño muy sencillo y característico, elaborados en madera y alambre, se abrían como tijera y en los costados mostraban no solo los periódicos del día, sino la gran cantidad de revistas que había para toda la familia, para niños, jóvenes, amas de casa y también claro está, para papá, era todo un mosaico de revistas imposible de enlistar hoy en día.

¿Qué te trae de recuerdo por ejemplo la década de los 70s?, los grandes autos de época con sus potentes motores V8, los restaurantes de moda entre las familias, La princesa, El Vasco, para los jóvenes de corazón, las grandes tiendas de discos, llenas de anaqueles con esos hermosos discos LP, de 33 revoluciones, los cines estrenando en cartelera películas como Terremoto, Infierno en la torre, o el pináculo de las películas de terror, El Exorcista, todas ellas anunciadas en la sección de deportes de El Sol de Puebla, mostrando la cartelera de cines.

También recordamos con nostalgia y con muchas ansias la clásica sección dominical de historietas, con sus personajes de época, El Príncipe Valiente, Roldan el Temerario, Mandrake, Los Picapiedra, Beto el Recluta, entre otras, también disfrutamos del hermanito menor de El Sol de Puebla, el vespertino La Voz de Puebla, también con su sección de tiras cómicas, Snoopy, El Mago Medioeval, El Fantasma, entre otras, y sobre todo, este vespertino siempre se caracterizó, por mostrarnos los acontecimientos que se suscitaron por la mañana en las calles del Centro Histórico, sobre todo algo que siempre era motivo de primera plana, un choque automovilístico, algo muy, pero muy raro en las calles de Puebla.

Y desde luego, nunca falta el mencionar la exclusiva sección de sociales, fiel retrato de lo más exclusivo de nuestra sociedad, las bodas de alta sociedad, el clásico vals de la quinceañera soñadora, la despedida de soltera de las amigas del colegio, la primera comunión de los hijos del licenciado de más renombre en la ciudad, y desde luego, los horarios de misas dominicales, los restaurantes de moda, sin faltar la lista de las farmacias de guardia.

¿Y que más recuerdos te trae El Sol de Puebla?, los anuncios de las cafeterías de moda para los jóvenes, el restaurante Oasis, su rival en el bulevar, el auto restaurante Darling, al final del bulevar y la 25 oriente, el debut del circo Acuarama, con sus delfines Flipper y Sissy, las notas deportivas siempre apoyando a los pericos en el estadio Zaragoza, la cartelera de las luchas en la cancha de San Pedro, ufff todo lo que nos trae a la mente cuando te adentras en esa gran alberca de historia, que representa El Sol de Puebla, la casa editora a la que agradezco que por casi tres años me publica mis notas, notas que escribo siempre pensando en que yo ya pertenezco a esa gran máquina del tiempo que representa su enorme Hemeroteca, un honor escribir en sus páginas.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis paginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, watsaps 2212 532690, y twiter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo, hasta la próxima.

Hola queridos lectores gracias nuevamente por abrirme las puertas de sus hogares a mis artículos domingueros, siempre escritos con el deseo de darles un breve momento de nostalgia y alegría sobre la vida cotidiana de nuestra ciudad.

En esta ocasión les voy a narrar una historia a través del tiempo, el tiempo que permanece congelado en miles de imágenes, en cientos de tomos de periódicos empastados en la hemeroteca de El Sol de Puebla, la que yo creo es la máquina del tiempo más fiel y confiable que tenemos en nuestra ciudad, desde el momento en que penetras en ella, respiras historia, nostalgia, y sobre todo cariño por esta ciudad, la cual al acercarse cada día su cumpleaños número 500, te preguntarás ¿acaso aparezco en alguna de esas miles de imágenes atrapadas por fotógrafos que en su diario andar congelaron el tiempo para la historia?, muchos de ellos ya no están, pero su trabajo perdura, para nosotros y para nuestra descendencia.

Recuerdo cada mañana tomado de la mano de mi padre, que acudíamos a la esquina de la casa a comprar el periódico, en unos exhibidores con un diseño muy sencillo y característico, elaborados en madera y alambre, se abrían como tijera y en los costados mostraban no solo los periódicos del día, sino la gran cantidad de revistas que había para toda la familia, para niños, jóvenes, amas de casa y también claro está, para papá, era todo un mosaico de revistas imposible de enlistar hoy en día.

¿Qué te trae de recuerdo por ejemplo la década de los 70s?, los grandes autos de época con sus potentes motores V8, los restaurantes de moda entre las familias, La princesa, El Vasco, para los jóvenes de corazón, las grandes tiendas de discos, llenas de anaqueles con esos hermosos discos LP, de 33 revoluciones, los cines estrenando en cartelera películas como Terremoto, Infierno en la torre, o el pináculo de las películas de terror, El Exorcista, todas ellas anunciadas en la sección de deportes de El Sol de Puebla, mostrando la cartelera de cines.

También recordamos con nostalgia y con muchas ansias la clásica sección dominical de historietas, con sus personajes de época, El Príncipe Valiente, Roldan el Temerario, Mandrake, Los Picapiedra, Beto el Recluta, entre otras, también disfrutamos del hermanito menor de El Sol de Puebla, el vespertino La Voz de Puebla, también con su sección de tiras cómicas, Snoopy, El Mago Medioeval, El Fantasma, entre otras, y sobre todo, este vespertino siempre se caracterizó, por mostrarnos los acontecimientos que se suscitaron por la mañana en las calles del Centro Histórico, sobre todo algo que siempre era motivo de primera plana, un choque automovilístico, algo muy, pero muy raro en las calles de Puebla.

Y desde luego, nunca falta el mencionar la exclusiva sección de sociales, fiel retrato de lo más exclusivo de nuestra sociedad, las bodas de alta sociedad, el clásico vals de la quinceañera soñadora, la despedida de soltera de las amigas del colegio, la primera comunión de los hijos del licenciado de más renombre en la ciudad, y desde luego, los horarios de misas dominicales, los restaurantes de moda, sin faltar la lista de las farmacias de guardia.

¿Y que más recuerdos te trae El Sol de Puebla?, los anuncios de las cafeterías de moda para los jóvenes, el restaurante Oasis, su rival en el bulevar, el auto restaurante Darling, al final del bulevar y la 25 oriente, el debut del circo Acuarama, con sus delfines Flipper y Sissy, las notas deportivas siempre apoyando a los pericos en el estadio Zaragoza, la cartelera de las luchas en la cancha de San Pedro, ufff todo lo que nos trae a la mente cuando te adentras en esa gran alberca de historia, que representa El Sol de Puebla, la casa editora a la que agradezco que por casi tres años me publica mis notas, notas que escribo siempre pensando en que yo ya pertenezco a esa gran máquina del tiempo que representa su enorme Hemeroteca, un honor escribir en sus páginas.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis paginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, watsaps 2212 532690, y twiter @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo, hasta la próxima.

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