Quizá alguna vez en tu vida pensaste: “está loquito(a)” al ver a alguien que habla solo y bueno… probablemente no sea tan conveniente hacerlo en público, pero el diálogo interno, de acuerdo con Jaquelin Machado*, especialista en desarrollo de consciencia, es una forma de comunicación contigo mismo(a) que, bien aprovechada, podría ser beneficiosa.
Refiere que el hablar con nosotros mismos, a pesar de que definitivamente es una conducta muy común en los seres humanos, está tan instalada que muchas veces ni cuenta nos damos cuando la llevamos a cabo, pero si nos observamos un poco, podemos percatarnos de que muchas veces durante el día lo hacemos.
Agrega que continuamente lo hacemos con base en cuestionamientos, juicios o incluso consejos ante situaciones y opiniones; en ocasiones lo llevamos de forma inconsciente, aunque en muchas otras sí establecemos ese diálogo interior de una forma más consciente y ordenada.
Esta práctica, explica Machado, es mucho más común en los niños, quienes la realizan de manera natural y lo interesante sería guiarlos para que sea creativa, de autoconocimiento y autogestión para ayudarles en su integración como seres humanos completos.
En cuanto a los adultos, asegura que sería bueno redirigir el diálogo interior hacia una acción más positiva, pues a estas alturas nuestra voz interior generalmente es tiránica y accionamos como una “mente verdugo”, que todo el tiempo está en un juicio y por lo general se asume la culpa de muchas situaciones de las que quizá no seamos responsables.
POR QUÉ HACERLO EN VOZ ALTA
Para realizarlo no se trata simplemente de quedarnos con las palabras en nuestra mente, porque cuando expresamos en voz alta las situaciones que pensamos todo el tiempo, en primer lugar, nos damos cuenta de con qué frecuencia nuestros diálogos están cargados de negatividad y tiranía hacia nosotros, hacia los demás o hacia la vida, asevera.
“Cuando expreso en voz alta lo que pienso, me hago más consciente y me puedo dar cuenta de esta frase, por ejemplo: ‘no es lo que entra por tu boca lo que te pudre y te intoxica, sino lo que de ella sale’; cuando expreso en voz alta lo que me bombardea mentalmente, tengo la oportunidad de ser consciente y de escucharme a mí mismo(a)”, afirma Jaquelin.
SUS BENEFICIOS
La especialista comenta que nos puede ayudar, primero, a ser conscientes de lo que revolotea en nuestra cabeza todo el tiempo, a modificar aquellas expresiones alteradas, negativas y tiránicas que tenemos hacia nosotros y hacia la vida, a cambiar el foco de atención hacia nuestro interior, al escucharnos y contactar con quién realmente somos para autoaceptarnos.
LOS DIFERENTES TIPOS QUE EXISTEN
La profesional en psicología describe tres clases de diálogo interno que podemos encontrar, el primero es el que desafortunadamente más abunda, el de la mente verdugo o mente parásita, que nos bombardea continuamente con juicios, crítica, comparación, competencia y complejos de inferioridad o superioridad, que siempre referenciamos hacia los demás. Otro tipo de diálogo interior es el de la víctima, que continuamente se queja ante sí mismo(a) del “pobrecito yo” y de lo sacrificado que se ve ante la vida y ante otras personas.
El tercero, más consciente y equilibrado, es el tipo guía interior, que se vuelve creativo y constructivo por la alianza que se logra formar consigo mismo, en una autoaceptación después del perdón a sí mismo por tratarse en forma caótica, luego la compasión y amor incondicional, por el que aceptas tanto tus cualidades como tus defectos, para transformarte entonces en el mejor aliado.
¿CÓMO NOS AYUDA EN ESTA PANDEMIA?
Machado dice que el diálogo tipo guía interior puede ser muy benéfico, pues nos sirve para contenernos, primero que nada, al reconocer el miedo a enfermar, tanto nosotros como nuestros seres queridos y el temor a morir o a perder; este tipo de diálogo interior es comprensivo y compasivo, viene cargado de una gran dosis de amor propio.
Nos permite expresar, sin temor al juicio o al autojuicio, lo que realmente sentimos; podemos incluso reconocer ante nosotros mismos que tenemos momentos de mucha ira, por la impotencia de no poder controlar la situación y darnos cuenta de que, al hablar, liberamos ante nosotros una gran carga emocional que bloquea el libre flujo de nuestra energía y drena la salud.
Este tipo de conversación, tipo guía, maestro o la voz de nuestro niño(a) interior, que es escuchado y no reprimido ni rechazado, nos permite una mayor lucidez, serenidad, paz y equilibrio ante una situación que nosotros no provocamos, pero de la cual sí podemos elegir de qué forma lo vivimos internamente; ello ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico, puesto que no estamos en lucha con nosotros mismos y así nos convertimos en nuestros propios aliados(as), declara.
CONSEJOS PARA APLICAR EL DIÁLOGO POSITIVO EN TU VIDA DIARIA
Este diálogo interno, que manifestamos a través de los pensamientos, tiene una carga energética. Debemos observarnos para darnos cuenta de que muchas veces ese diálogo tiene carga más negativa que positiva, asegura Jaquelin y nos comparte varios consejos prácticos para lograr convertirlo en una forma de autoayuda.
1. Cuando te des cuenta, cambia lo negativo por pensamientos como: “sí merezco”, “sí es posible para mí lo mejor de esta vida”, “soy perfecta(o) tal y como soy”.
2. El diálogo interior crea tu realidad externa. Si muchas veces tienes miedo y ansiedad generados por esos pensamientos propios, que tienen carga negativa, cámbialos por imágenes cargadas de alegría, gratitud y por situaciones creativas.
3. Dedica diariamente de 5 a 10 minutos cada vez que puedas, para entrar en silencio y observar todos los pensamientos que persiguen esa voz interna, que provocan ciertas emociones, y si sientes frustración o impotencia, decreta: “Puedo hacer cualquier cosa creativa y constructiva en mi vida y los resultados no se harán esperar”.
4. Tú ya tienes una idea de quién eres y lo que te está sucediendo, por lo tanto, sabes qué energías mentales y emocionales se mueven dentro de ti, a qué y a quién le das el poder. Así que puedes decretar: “el poder está dentro de mí y yo creo la realidad que quiero vivir”.
5. Cuando eres consciente de tu diálogo interior aprendes a no asustarte de lo negativo; observa y acepta que son condicionamientos y, así como los has aprendido, los puedes desaprender. Puedes entonces liberar patrones tóxicos implantados por tus creencias y transformar ese diálogo interior en tu maestro y guía interior, como un aliado y no como un enemigo.
6. Comunícate en tu diálogo interior como si fuera tu mejor amiga(o). Todos los días, al levantarte, maneja tu diálogo interior con una conversación positiva para ti y no con la angustia, preocupación, estrés o tensión al despertar.
7. Puedes iniciar al amanecer con algo como: “buenos días, qué agradable es amanecer contigo”, “mi verdad es lo que yo estoy dispuesto(a) a creer”. Por otro, antes de dormir, que tu diálogo interior tenga conversación de gratitud, de dicha, alegría y comprensión. Pero es importante que seas constante.
8. En tu diálogo interior incluye la conciencia de darte cuenta de que tú generas, por tu libre albedrío, cada acción en tu vida cotidiana; así es que, si quieres una vida llena de aventura, alegría, abundancia, amor y belleza, tendrás que cambiar la forma en que dialogas internamente contigo misma(o), concluye.
*Contacto:
- WhatsApp: +52 1 222 6171475
- e-mail: c-ha-p@hotmail.com