De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud para 2030 la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida como EPOC, se habrá convertido en la cuarta causa de muerte en todo el mundo. Un dato preocupante si consideramos que este padecimiento crónico es incurable y tiene un alto impacto en la vida diaria de quienes la padecen.
“A diferencia de los países desarrollados en los que el tabaquismo es la principal causa de EPOC, en los países en vías de desarrollo como México, otras causas son la exposición a gases combustible que se utilizan para cocinar y para calefacción en el interior de las viviendas con estufas de petróleo o, en casos extremos, fogones de leña”, expone Eduardo Enrique López Villalobos, médico responsable del área de urgencias médico-quirúrgicas UPAEP.
El médico señala que, según las estadísticas mundiales, solamente del 20 al 30% de las personas que fuman van a desarrollar EPOC, ya sea como bronquitis crónica o como enfisema pulmonar, que son las dos afecciones frecuentes que contribuyen a desarrollar la enfermedad.
Lo peor es que, convertir en fumadores pasivos a las personas del entorno, es poner en claro riesgo su salud, “la persona que está inhalando el dióxido de carbono que exhala la persona que está fumando, puede ser más susceptible a padecer EPOC, incluso degenerar en cáncer de pulmones o bronquio pulmonar”, enfatiza.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, fundamentalmente afecta al aparato respiratorio, se caracteriza por limitar el paso del aire hacia los pulmones como consecuencia de la inflamación de estos, debido a la exposición a largo plazo de gases tóxicos o el humo del cigarro. Las personas con EPOC tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón, entre otras.
UNA ENFERMEDAD CRÓNICO-DEGENERATIVA
Los síntomas de esta “enfermedad silenciosa” suelen aparecer cuando ya se ha producido un daño significativo y, por lo general, empeoran con el tiempo, sobre todo si el paciente sigue expuesto al humo del tabaco o a los gases combustibles; se presentan bajo la sensación de falta de aire, tos con producción de moco, silbidos en el pecho y limitación para las actividades diarias.
Con la “bronquitis crónica”, los bronquios se inflaman y se estrechan, los pulmones producen más mucosidad, lo que pude bloquear aún más lo bronquios. El paciente puede presentar tos crónica por tratar de limpiar las vías respiratorias.
“Alguien con bronquitis crónica es una persona gordita con cianosis, es decir, se pone morado de los labios y de las puntas de los dedos porque no tiene un buen intercambio de gases y no capta el oxígeno como debe ser”, asegura.
Por otra parte, el enfisema es una enfermedad de los pulmones que destruye las paredes frágiles y las fibras elásticas de los alvéolos. Las vías respiratorias pequeñas colapsan cuando exhalas, lo que impide del flujo del aire hacia afuera de los pulmones.
“Un enfisematoso tiene atrapamiento de aire, tarda más tiempo en la exhalar el aire que en inhalar el oxígeno porque intenta eliminar todo lo que está atrapado dentro del mismo pulmón. Son pacientes rosaditos por el dióxido de carbono, delgados y soplan todo el tiempo”, detalla.
López Villalobos señala que debido a lo anterior al bronquítico crónico se le conoce como “obeso cianótico” y al enfisematoso le llaman “delgado soplador”.
Para finalizar el médico asegura que, estas enfermedades crónico-degenerativas incapacitan totalmente a la persona y la vuelven dependiente de apoyo de oxígeno. Son incurables, pero para optimizar su capacidad respiratoria, el paciente lo único que tiene que hacer es dejar de fumar o dejar de exponerse a los gases combustibles, así detendrá en seco la progresión del padecimiento y mejorará su calidad de vida.