¿Será posible que exista alguien que no disfrute al observar un caballo? La cadencia de sus movimientos y el revoloteo de sus crines podrían embelesar a más de uno, pero estos animales, además de hermosos y nobles, ayudan al tratamiento de problemas, principalmente psicomotrices, en personas que pueden o no presentar discapacidad. Además, favorecen procesos cognitivos de desarrollo, afectivos y varias situaciones del orden psicológico, todo esto mediante la equinoterapia.
Ya tiene alrededor de 40 o 50 años que en México se utiliza esta técnica terapéutica, que funciona gracias a la transmisión del calor corporal del equino –que asciende a los 38°C–, de sus impulsos rítmicos y su patrón de locomoción, que son similares a la marcha humana, comenta Francisco Zepeda Astorga, coordinador del programa de equinoterapia del Centro Municipal de Equinoterapia y Rehabilitación Integral (CMERI).
A pesar de utilizarse hace tanto tiempo –y mucho más en Europa, donde Alemania se considera la cuna de la equinoterapia– apenas el pasado mes de febrero en el Congreso del Estado de Puebla se reconocieron a las intervenciones asistidas con animales, perros y caballos, como un proceso terapéutico que favorece a personas con o sin discapacidad; esto es un gran logro porque hoy en nuestro estado estas se reconocen desde un punto de vista científico, con un sustento legal en beneficio de las personas tratadas, afirma Zepeda.
¿EN QUÉ ASPECTOS AYUDA?
Durante la equinoterapia el paciente puede adquirir diferentes habilidades y estabilidad, tanto psicológica, como neuromuscular y muscular, pues gracias a la temperatura del caballo, durante las sesiones se calientan los músculos de la cadera y miembros pélvicos; por otro lado su paso y trote ayudan a que por medio de él los pacientes logren tener una función y recuperación en caso de alguna lesión específica, explica José Héctor Medina Benítez, especialista en terapia física con dos diplomados en equinoterapia.
Agrega que, con respecto al factor psicológico, ayuda con la seguridad y autoestima del paciente; también favorece a la rehabilitación y en cuestiones neurológicas, a la adaptación, por ejemplo, de niños con autismo, con síndrome de Down o parálisis cerebral.
PROBLEMAS PSICOLÓGICOS QUE SE PUEDEN TRATAR
Héctor Medina asegura que ha tenido pacientes con intentos de suicidio, en quienes puede ayudar a liberar emociones; en casos de bulimia y anorexia, el caballo aporta seguridad y autoconfianza; con diferentes tipos de agresión lo mismo. Asimismo, beneficia a niños con autismo, por ejemplo, que tienen mucho miedo y rehúyen del contacto y de diferentes emociones, y a pacientes con Síndrome de Down o parálisis cerebral, tipo leve a moderado, les brinda confianza y seguridad. Esta terapia es recomendada para trastornos conductuales, afectivos, discapacidad motriz, discapacidad sensorial visual, sensorial auditiva, síndromes específicos, trastornos del espectro autista, trastornos de aprendizaje, por déficit de atención con y sin hiperactividad, cuadros depresivos, de ansiedad, expone Francisco Zepeda y enfatiza que, al menos en el CMERI, los pacientes deben pasar primero por una valoración médica para que se autorice su tratamiento.
¿EN QUÉ CONSISTE?
Algunos pacientes son candidatos para montar al equino y otros no. Héctor menciona que hay tres diferentes técnicas, una es la monta gemela: suben con el paciente y realizan diferentes ejercicios arriba del caballo. Otra, según la decisión del paciente, puede ser abajo el terapeuta y el paciente arriba y realizan giros, ejercicios con brazos, piernas, abdomen, espalda, de acuerdo con la lesión. La tercera es abajo del caballo, junto a él, en la que se trabajan también diferentes ejercicios, acariciándolo, por ejemplo, principalmente para cuestiones psicológicas.
Francisco, por su parte, asegura que en la parte psicoafectiva y emocional también es muy beneficioso el hecho de que al paciente se le permita acercarse a las diferentes áreas del espacio del caballo: donde come, defeca, duerme y demás, para que se dé cuenta de que está frente a un ser vivo, que también tiene frío, se enferma, hay que vacunarlo, arreglarle los dientes, tiene parásitos y un sinnúmero de situaciones que muchas veces se dejan de lado porque solamente nos acercamos al caballo sano, limpio, agradable y dispuesto a la terapia. Esto permite el acercamiento, contacto e interacción.
Es importante que los equinoterapeutas sean profesionistas de la salud de diferentes ramas: para cuestiones físicas, deben ser terapeutas y para emocionales, psicólogos.
DÓNDE SE BRINDA ESTE SERVICIO
En la ciudad de Puebla y algunos otros municipios como Atlixco, San Andrés y San Pedro Cholula existen instituciones, tanto públicas como privadas, que ofrecen terapias con equinos, sin embargo, en estos últimos el costo puede llegar a ser bastante elevado, por lo que muchos pacientes prefieren esperar a ser atendidos en el Centro Municipal de Equinoterapia y Rehabilitación Integral, esto de acuerdo con lo mencionado por Héctor Medina, quien durante la administración de Eduardo Rivera fuera jefe de atención de rehabilitación en el DIF.
Cabe mencionar que el CMERI el próximo mes de noviembre cumplirá ocho años de funcionamiento, pero desde 2003 se inició el programa de terapias ecuestres por parte del DIF municipal y se trabajó de manera ininterrumpida hasta 2013, que fue cuando como tal ya se logró contar con el centro especial para brindar esta atención, comenta Francisco Zepeda Astorga, actual coordinador del programa de equinoterapia.
CADA CUÁNTO SE TOMAN LAS SESIONES
“Es importante que las familias sepan que hay usuarios que, por sus características, podrían requerir de la intervención de una, dos o tres veces por semana; mucho dependerá de la valoración del médico en rehabilitación y de las indicaciones del terapeuta mismo de equinoterapia. Lo mínimo sería una vez por semana y hablaríamos de un periodo máximo de dos o tres por semana, tomando en cuenta que la duración es de 35 0 40 minutos por sesión”, indica Zepeda, quien se encuentra en proceso de titulación del doctorado en investigación educativa.
HORARIOS, COSTOS Y REQUISITOS
El CMERI atiende de lunes a viernes de 8:00 a 16:00 horas, y en cuanto a los costos, es muy importante que los interesados en el servicio pasen a medicina de rehabilitación. La cuota de recuperación de la consulta es de $120 y de ahí los pacientes se derivan a trabajo social, donde se elabora un estudio socioeconómico para determinar el rango a cubrir; la cuota más alta es de $120 y la mínima de $30, incluso puede haber exención del pago, asegura.
Para la primera consulta los interesados deben ir a la Avenida 11 sur s/n, en Agua Santa (a un costado del centro comercial Centro Sur). Pueden hacer una llamada telefónica al Departamento de Diagnóstico y Rehabilitación del CMERI: 2222415609 extensión 105, en horario de lunes a viernes de 08:00 a 15:30 horas, para agendar cita y evitar trasladarse en un principio; ya hasta que tengan el horario y fecha asignados se presentan y se les hace la valoración, recomienda.