La forma de vestir, las actividades que realizas, que podrían considerarse para alguien con menos años, el hacerte cirugías plásticas para tratar de lucir más joven o el relacionarte con personas a las que les doblas la edad son algunas de las características que pueden relacionarse con ser chavorruco; muchas de estas son positivas, pero hay algunas que podrían rayar en la obsesión y aquí trataremos de explicar hasta dónde es recomendable el negarte a envejecer.
Para empezar, en la Academia Mexicana de la Lengua se menciona que: “el término chavorruco se emplea para referise a ‘una persona de edad avanzada que, a la manera de los jóvenes, actúa y se viste según la moda’. Se forma a partir de las palabras chavo: ‘persona joven’ y ruco, que se usa despectivamente para referirse a una ‘persona de edad avanzada’, tal y como lo consigna el Diccionario de americanismos, de la Asociación de Academias de la Lengua Española”.
SUS CARACTERÍSTICAS
Ahora, de acuerdo con Ana María Utrilla Lack, especialista en neuropsicología, entre sus características podemos encontrar intereses o gustos que no nos imaginaríamos que corresponden a su edad, por ejemplo, hacen deportes extremos, actividades que podrían ser consideradas muy atrevidas, no se visten como se esperaría que lo hicieran y pueden tender a hacerse bastantes cirugías, como para evitar esos cambios propios de la edad.
Por otro lado, agrega, tienen estilos de vida bastante saludables, en cuanto a alimentación y ejercicio, como otra manera de retardar el envejecimiento; además tienden a tener relaciones, tanto sentimentales como de amistad, con personas mucho más jóvenes, que les permitan estar en ese ambiente más juvenil, diferente al que les correspondería.
Para describirlos recientemente (a partir de 2016) se ha acuñado el término midorexia, el cual no está contemplado dentro de los trastornos psicológicos por ninguna organización de salud, pero se utiliza comúnmente para referirse a personas que tienen un cierto miedo a aceptar la edad que tienen.
¿POR QUÉ TEMEN ENVEJECER?
La especialista afirma que esto podría deberse al estigma que se les pone a los adultos, ya que hoy en día cuando se habla de alguien ya maduro muchas veces se piensa en una persona con limitaciones, que ya no puede hacer muchas cosas, que de cierta manera su vida está trucada y entonces no quieren llegar a esa imagen. Como contraparte surge este chavorruco, con miedo a crecer, a envejecer y los lleva a tener ciertas conductas que ya no van tradicionalmente acorde a su edad.
¿ES MALO QUERER MANTENERSE JOVEN?
Al hablar de ropa, por ejemplo, lo cierto es que la forma de vestirte debería estar relacionada más bien con la actividad profesional que desempeñas, por ejemplo, si trabajas en una oficina, quizá tu vestimenta deba ser más formal independientemente de tu edad y si tu trabajo lo permite, si te dedicas por ejemplo a la moda o algo que requiera relacionarte con otras personas, nada debería impedirte usar la ropa que verdaderamente te gusta, siempre y cuando tú te sientas verdaderamente a gusto con ella.
Las prendas de vestir de adultos no vienen por edades, sino por tallas y Ana Laura comenta que algo importante es quitar esos estigmas o etiquetas, porque no necesariamente el ser una persona jovial va a ser algo negativo. En cuanto al estilo de vida saludable, eso es muy positivo a cualquier edad y es algo que todos deberíamos siempre adoptar, aunque a lo mejor si eres chavorruco lo hagas por retrasar los cambios propios de la edad.
Añade que algo interesante que pasa en esta edad es que suponemos que ya hay una estabilidad económica, a lo mejor cuando estaban más jóvenes querían hacer muchas cosas, salir, viajar, comprarse ropa de marca en tiendas de ciertos lujos y por el trabajo que tenían o sus actividades a lo mejor no podían cubrir esas necesidades y gustos; al llegar a esta edad, pues ya hay mucho más estabilidad, probablemente tengan un trabajo mejor remunerado y entonces empiezan a compensar lo que no pudieron hacer anteriormente.
¿ES CUESTIÓN DE EDAD?
Aunque pudiera ser a cualquier edad, se asocia más con un periodo de entre 40 y 50 años, en la que ya hay una confrontación más fuerte y en la que están presentes además las expectativas sociales, pues este es un término que surge más desde la sociedad, desde cómo se les percibe. Justamente en esa etapa ya hay más cambios, más expectativas, sí tienen hijos, quizá ya son probablemente adolescentes, afirma.
Entonces surge otra situación: a lo mejor si la hija tiene 15 años y la mamá se quiere vestir igual ella e ir a los mismos lugares, ahí puede empezar a generarse un conflicto. También cuando empiezan a ver que sus niños ya no son tan niños, eso implica que los padres ya son grandes y empieza a surgir más fuerte ese miedo a soltar la juventud, por eso se asocia más con esa etapa de la vida entre los 40 y 50 años, agrega.
¿CUÁNDO YA ES OBSESIÓN?
La buena noticia es que el ser un chavorruco, realizar actividades divertidas, tratar de mantenerte siempre joven es algo que puede ser positivo cuando te impulsa a conseguir y aprender siempre cosas nuevas y, de acuerdo con Ana Laura Utrilla, especialista en neuropsicología y catedrática universitaria, esta condición no está considerada como un trastorno de la personalidad, al no entrar en la guía de trastornos clínicos.
Sí tiene que ver con la personalidad por la manera en que se comportan, por lo que manifiestan, lo que se observa en su conducta, pero sí puede estar relacionado a lo mejor con otras características de su personalidad, con querer ser el centro de atención, por ejemplo, pero esto puede ser algo que ya tenían desde jóvenes.
¿PUEDE DARSE EN DIFERENTES GRADOS O NIVELES?
Puede ser que tengas gustos similares a los de personas mucho más jóvenes, por ejemplo, en cuanto a la música que escuchas o si te agradan los videojuegos, pero si ya pones en riesgo tu salud, tu seguridad o tu vida, entonces ahí sí ya hablaríamos de un nivel más extremo y ya no sería algo tan saludable o adecuado, expresa la entrevistada.
Recomienda aceptar cómo es tu cuerpo, aceptarte a ti y cree que la mejor manera de trabajar este tema es por la cuestión de autoestima y de reformular lo que implica, porque cada etapa de la vida tiene sus cosas positivas; de repente anhelamos ser niños, como niños queremos ser adolescentes.
Lamentablemente pareciera que nunca estamos felices en la etapa en la que nos encontramos, siempre queremos estar en una más adelante o regresar a una etapa anterior, pero entonces creo que una parte muy importante es la aceptación de uno mismo, del momento en el que nos encontramos y explotar al máximo lo que estemos viviendo.
CUÁL DEBE SER EL LÍMITE
Cuando hablamos de alguna situación psicológica o psiquiátrica es cuando ya es clínicamente significativo, si ya afecta en tu esfera personal, social, en el trabajo, entonces hablamos de algo poco saludable; por ejemplo, si tu actitud afecta tu relación con los hijos o pareja o si tu vida gira en torno a cirugías, trabajas para poder pagar la siguiente y siempre te encuentras un nuevo defecto, ahí ya sometes a tu cuerpo a demasiado estrés, a demasiados cambios y ya no sería algo saludable.
Lo sustancial es que, aun cuando realices actividades extremas, divertidas o te comportes de manera jovial, cumplas siempre con tus responsabilidades en todos los ámbitos: laboral, familiar, social, aunque estas no sean tan agradables. Además, la especialista recalca que la aceptación y la autoestima son los mejores regalos que nos podemos dar.
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