Si tú logras interiorizarte, permitiéndote espacios de tiempo de introspección, después de permitir que la agitación emocional se calme, entonces puedes comprender que temes al vértigo de no saber qué es lo que va a pasar en el futuro. Ese vértigo es el que tiene bloqueada a una gran cantidad de personas por el miedo que paraliza. El miedo a las enfermedades, el miedo a no tener dinero, el miedo a perder y el miedo a las crisis.
Profundiza en tu interior, respirando suave y profundamente por algunos minutos y, cuando llegas a un estado de calma y te das cuenta de que no está pasando nada, en ese instante puedes, aunque sea unos segundos, comprender que estamos viviendo como humanidad una transformación de cambio de conciencia. Estamos viviendo lo que nunca antes visto ni oído y ello implica que viene un cambio de percepción de nuestra forma de vivir.
Uno de tus principales desafíos es el permitir que todo lo viejo que hay en ti, como esos esquemas de pensamiento, de emoción y de comportamiento tóxicos y codependientes, se disuelvan y te cambien hacia una persona transformada y consciente de su necesidad de cambiar su estado de percepción, para que tu vida en el afuera se transforme igual.
Esas dependencias y apegos hacia personas, lugares, situaciones y experiencias que se vuelven tóxicas y enfermizas son las que hay que cambiar, para que florezcas desde dentro en libertad, felicidad y plenitud. Esto te permitirá saber que todo aquello que quieres cambiar afuera primero lo tienes que cambiar dentro de ti.
Para ello es importante que aprendas a cambiar tu forma de pensar y observar cuáles son las trampas en las que caes, que te conducen de nuevo al miedo y a sus infinitas caras como la preocupación, ansiedad y agresión entre otras.
Cuando te das cuenta en qué punto te encuentras y estás cansado o cansada de mantenerte en un esquema de sufrimiento, si quieres vivir de una forma diferente y no sólo sobrevivir con lo que hay, entonces tienes una profunda posibilidad de cambio y caminarás por la senda en la cual ya no te dejas arrastrar por todo lo que sucede en el afuera, pues primero aprendes a discernir, luego percibes y sientes si aquello que se presenta fuera amerita tu atención.
No se trata de egoísmo, tampoco de indiferencia, se trata de un cambio de paradigma y de profundizar en ti si realmente quieres vivir y dejar de sobrevivir, se trata de estar alerta a las trampas en las que caes como son los miedos, el sufrimiento, estados de víctima, tus miserias y creencias delimitación, y decidir si quieres transformar todo ello en un estado interno de paz, dicha y éxtasis, que te empujen a la creatividad y a la expansión de tu conciencia. Sólo recuerda que esto no se hace solo, nadie lo va a hacer por ti y el poder está dentro de ti.
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