En varias ocasiones en esta sección hemos hablado de las grasas dañinas y ya hablamos de las grasas buenas que, como nos explicaba Celia Francisca Arenas, maestra de nutrición clínica, debemos consumir diariamente porque nos aportan importantes beneficios. Pero hay otras acerca de las cuales a la maestra Arenas sí le gusta hablar mal, porque son las “malas del cuento”: las grasas transgénicas mejor conocidas como trans.
“De todas las demás depende de la cantidad y la combinación, pero las grasas transgénicas, esas son de verdad malas y son las que están causando daño en toda nuestra población joven, adolescente y adulta, que son grasas vegetales, pero sus enlaces químicos han sido modificados para dar sabor y consistencia a los alimentos”, explica.
¿EN DÓNDE SE ENCUENTRAN?
“Las grasas transgénicas están presentes en los productos industrializados: en todas las galletas y panecillos que llevan adentro este relleno cremosito, esa crema tipo pastelera que es como blanquita, esos son saturados, todo lo que es pastelería las va a contener; también en los alimentos listos para comer, por ejemplo, los wafles o hot cakes que compramos empaquetados y que ya nada más se tienen que calentar”, comenta.
Asimismo, todo lo que ofrece la gran cadena de hamburguesas de la “M” --que seguro ya saben de cuál hablamos sin necesidad de mencionar la marca-- está preparado con estas, porque no lo fríen con aceite sino con un tipo de manteca que reciben en bloques, como esa manteca vegetal blanca que venden en los autoservicios, que es saturada a diferencia de los aceites de cártamo o soya, afirma.
Agrega que todos esos negocios de comidas rápidas, sobre todo las franquicias, usan este tipo de manteca para preparar, por ejemplo, la base de la pasta de la pizza, algunos helados, empanadas y la bollería industrializada. Enfatiza que con este tipo de lípidos es necesario tener muchísima reserva y si no se consumen, muchísimo mejor.
“Ya las autoridades empiezan a limitar a nivel normativo el uso de este tipo de grasas y a los fabricantes se les ha dado un tiempo de gracia para retirarlas, pero todavía las encontramos en forma importante en todos los alimentos procesados”, finaliza.