En las dos semanas anteriores te presentamos una lista de los primeros siete “programas mentales” que se instalan desde la infancia y comprometen la capacidad de ser felices. Hoy concluimos este tema con las cuatro últimas trampas, para que identifiques las tuyas y empieces a trabajarlas.
8. LA AUTOEXIGENCIA EXTREMA
“Soy el mejor o no soy nadie”. Opinas que nada de lo que haces está lo bastante bien y luchas por mostrar siempre lo mejor de ti. Eres muy autocrítico y competitivo, y tus relaciones personales sufren porque te autoexiges demasiado, no encuentras tiempo para relajarte ni saboreas la sensación de éxito, porque enseguida te lanzas a la siguiente meta.
ORÍGENES DE LA TRAMPA
El amor que recibías de tus padres estaba condicionado a conseguir objetivos elevados; uno de tus padres o ambos fueron modelos de elevadas normas, o solían avergonzarte o criticarte cuando no cumplías con sus altas expectativas.
PARA SUPERAR EL PATRÓN
- Comprende los orígenes de tu trampa vital.
- Enumera las áreas en las que tus normas pueden ser poco realistas
- Haz una lista de las ventajas y desventajas de esforzarte tanto
- Determina cuáles son las normas más razonables para guiarte pidiendo opinión a personas en quienes confíes.
9. LA SUBYUGACIÓN
“Me entrego totalmente”. Te preocupas en extremo por complacer y encontrar aprobación, das mucho más de lo que recibes, permites a otros que te controlen y decidan por ti, tienes muchas dificultades para exigir que respeten tus derechos, haces grandes esfuerzos para evitar confrontaciones y te agobia que, si no cedes ante los deseos de los demás, se vengarán, te rechazarán, se enojarán o te dejarán de querer. Sientes profundamente el dolor de los demás y terminas cuidando de ellos. Consideras que eres una buena persona porque piensas más en los demás que en ti mismo y te sientes culpable cuando te pones en primer lugar.
ORÍGENES DE LA TRAMPA
Posiblemente tus padres intentaban controlar casi todos los aspectos de tu vida o te regañaban cuando no hacías las cosas a su manera. También puede que, como consecuencia de la incapacidad de tus padres, acabaras cuidando del resto de tu familia o que tuvieras el papel de escucha para los problemas de tus mayores.
PARA SUPERAR EL PATRÓN
- Siente el niño subyugado que hay en tu interior
- Empieza, desde lo más sencillo, a expresar tus preferencias, opiniones y necesidades
- Recuerda, tienes derecho a decir no
- Elabora una lista de lo que ofreces y recibes de los demás para buscar el equilibrio entre dar y recibir
- Aprende a sentirte más cómodo cuando alguien se contraríe contigo. Nadie puede agradar a todo el mundo, ni deberíamos pretenderlo
- Reflexiona sobre tus relaciones pasadas y sobre tu patrón de elección de parejas controladoras o necesitadas. Evita que vuelva a suceder
10. EL FRACASO
“Valgo mucho menos que los demás”. Crees que eres un fracasado, como estudiante y ahora en el trabajo, porque consideras que la mayoría de personas de tu edad tienen más éxito que tú, esto te hace sentir incómodo a su lado. Opinas que no tienes ninguna habilidad especial y refuerzas tus creencias eligiendo profesiones por debajo de tu potencial y evitando desarrollar habilidades beneficiosas para tu profesión, eliges parejas con éxito y vives a través de la observación de sus logros, mientras que tú no te sientes realizado.
ORÍGENES DE LA TRAMPA
Tal vez no eras tan bueno como los otros niños en la escuela y te sentías inferior, o tus padres fueron muy críticos con tu rendimiento, te llamaban estúpido, vago, inepto, burro, e incluso pudieron haberte maltratado. O tuvieron mucho éxito y creíste que siempre estarías a su sombra, por lo que dejaste de intentar ser tú mismo.
PARA SUPERAR EL PATRÓN
- Conecta con el niño interior que aún se siente un fracasado y ayúdale entender que fuiste tratado de manera injusta
- Reflexiona y sé consciente de tu talento, habilidades, capacidades
- Intenta descubrir el patrón de tus fracasos y evita repetirlo
- Implica a las personas que quieres en el proyecto de devolverte la dignidad de ser tú mismo
11. LA GRANDIOSIDAD
“Soy un ser especial y tengo que ir a mi aire”. Crees que, al ser singular, no deberías de estar obligado a cumplir las obligaciones y normas que afecten a los demás. Tienes dificultades para aceptar un “no” como respuesta y te enfadas cuando no puedes conseguir lo que quieres. Pones tus necesidades en primer lugar e insistes en que las personas hagan las cosas a tu modo. Te decantas por las gratificaciones inmediatas y te cuesta lograr objetivos a largo plazo.
ORÍGENES DE LA TRAMPA
- El grandioso mimado: tus padres, a quienes controlabas, no te inculcaban suficiente disciplina, te mimaban y eran indulgentes contigo
- El grandioso dependiente: tus padres asumían tus tareas y tomaban tus decisiones, se esperaba tan poco de ti, que empezaste a exigir ese trato
- El grandioso impulsivo: en la infancia, no te enseñaron a tolerar la frustración, a controlar tus impulsos ni a asumir responsabilidades
PARA SUPERAR EL PATRÓN
- Haz una lista de ventajas y desventajas de no aceptar límites.
- Enfréntate a las excusas que utilizas para evitar la aceptación de los límites. “Soy especial y me lo merezco, si es aburrido, ¿por qué hacerlo?, no estoy haciendo daño a nadie, etc”.
- Proponte adquirir hábitos de empatía hacia los demás, de igualdad, de cuestionamientos, de creencias (¿mis necesidades inmediatas son tan importantes como para perder a mis amigos?) y de tolerancia a la frustración como un sentimiento que sirve para alcanzar objetivos (quien algo quiere, algo le cuesta), trabajar la paciencia.
Bueno, ahora que ya revisaste las trampas mentales, seguramente te pudiste identificar con alguna o varias, entonces tu trabajo ahora es sanarla para que puedan empezar a haber cambios positivos en tu vida que te ayuden a sentirte más tranquilo, asertivo y pleno, ya no repetir esos patrones que nos llevan a tener los mismos resultados y a descubrir quién eres tú.
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