“Estamos donde está la gente, de su lado”, afirmó Javier López Díaz en una entrevista que concedió a este medio en mayo de 2001, además, se jactó de conducir el noticiero líder en el cuadrante radiofónico de Puebla, que en ese momento tenía solo 14 años de existir.
“Reportes policiacos, explosiones, inundaciones, derrumbes, conflictos laborales, protestas, problemas electorales, todo lo tenemos al momento, con la participación de la gente”, aseguró el creador de la Red Ciudadana que convirtió en reporteros de Buenos Días a miles de personas, y con su ayuda, fue el primero en informar a los poblanos del acontecer cotidiano por más de 30 años.
El comunicador señaló que, después de 14 años de trabajo al frente de los micrófonos de Buenos Días, había logrado lo más caro y difícil en cualquier medio de comunicación: credibilidad.
“Supongo que el auditorio cree que no soy un corrupto y por eso me siguen dispensando su atención, por lo menos no se ha sabido que lo sea”, afirmó el conductor, quien además aseguró vivir solo de su sueldo.
Detalló que el hecho de que, Rafael Cañedo Benítez, fuera el dueño de Grupo Acir, no influía a la hora de tratar la información, dijo, “estamos abiertos a los demás partidos políticos y él (Rafael Cañedo) raramente algún comentario sobre el programa”.
¿Qué significaba para López Diaz su noticiero?
López Díaz indicó estar abierto, “públicamente hemos hechos la invitación a los partidos políticos para que asistan. La gente que oye que viene el programa es porque así lo ha pedido”, comentó.
A nadie se le han cerrado las puertas de Grupo Acir, aseguró, dijo que había apertura y que a pesar de que Rafael Cañedo Benítez fuera senador del PRI y que fue Presidente Municipal, en campaña había visitado más el estudio su opositor del PAN (Jorge Ocejo).
Enfatizó que la gente ya no creía que los medios de comunicación mantuvieran una percepción del Estado, “siento que ahora la gente ya sabe hasta dónde dices tú verdad, ya sabe que de repente fulano está diciendo eso porque está parado en esta posición, tiene razón de aquí para allá, ya distingue nuestro grado de credibilidad”.
También refirió que la vida de los titulares de las emisoras era pública, y todo mundo conocía sus vidas privadas, lo que tienen o lo que no tienen.
Acerca de que si era rentable vivir de las concesiones del gobierno, el comunicador supuso que si así lo deseaba la persona sería posible vivir de eso, de ciertos beneficios, pero lo que él buscaba era “la renta del auditorio”.
Afirmó que al auditorio no se le puede engañar, a lo mejor una sola vez, pero no todos los días durante 14 años que llevaba al aire el programa Buenos Días, sobre todo si se está en primer lugar de rating. Eso no se logra engañando.
Vivo de mi sueldo: Javier López Díaz
López Díaz comentó que por la posición en la que él se encontraba le llegaba desde información privilegiada hasta presentes, pero todo legítimo.
“En mi caso vivo de mi sueldo. Rafael Cañedo paga muy bien y me va muy bien, por eso ni te mueves de acá. Si disfrutas de las cosas que te caen de atenciones, de relaciones sobre todo, la oportunidad de hacer amigos, es lo único que te queda”, agregó.
Lo que la gente esperaba de él es que no fuera un corrupto, y el auditorio no quería ser defraudado, “tenemos la ventaja que nuestro trabajo está al aire, puedo decir media hora de cosas, pero mañana le prendes y ahí está la verdad; pocos trabajo son tan crueles y tan nobles”
“Opinamos con cierta facilidad de algunos temas, tampoco puedes ganar credibilidad pegándole al gobernador o al alcalde, agarrándote a alguien de puerquito para que la gente diga que es la verdad, pero tampoco sería la verdad. No minimizamos las cosas pero tampoco nos vamos por el escándalo: destapar un tremendo acto de corrupción que hemos investigado tres meses. Nuestro tema es el diarismo, que estés enterado de lo que está pasando”, agregó.
LA INFLUENCIA DE CAÑEDO EN EL NOTICIARIO
Con respecto a la apertura de su programa a todos los partidos políticos, detalló que acudían más otros funcionarios públicos o candidatos que el propio Cañedo Benítez, a quien aseguró, no le gustaba hablar mucho con el de su noticiero, porque cuidaba mucho ese tema. “Los demás compañeros de la competencia lo tienen más que yo”, sentenció.
López Díaz refirió que además de conocer la empresa en la que trabajaba, conoció el sentir de Cañedo hacia su posición política y desde ese mismo concepto intentaba hacer su programa de radio.
“No hablamos del PRI todos los días, ahora sí porque están los candidatos, estamos abiertos a los demás, nunca me han dictado una línea, él raramente me hace algún comentario del programa. Y está en su carrera política, separa las cosas del senado y aquí es otro tema”, detalló.
Noticiero "Buenos Días" con la puerta abierta para todos
La clase política siempre buscó un espacio en el programa del conductor y ese año se celebraban elecciones. Durante le entrevista el conductor dijo que se escucharía con tiempos medidos a los candidatos, sin preferencia de ninguna índole.
“La gente ya sabe lo que oye, sabe quién es quién, quién es un conductor y cuál es nuestra afinidad política. Siento que hemos terminado con la época de las simulaciones y los medios de comunicación ya estamos en un plano más abierto, de no negar nuestros legítimos intereses políticos o económicos como todo el mundo”, dijo.
El comunicador aseveró que los noticieros pasaron de ser cronistas a protagonistas en las campañas políticas y ya no se entendían esta fuera de los medios de comunicación. Y comentó que legalmente, estos están obligados a la apertura, la equidad y el equilibrio.
Con respecto a su noticiero dijo que él mantendría su misma tónica no solo en los temas políticos, también sociales.
“Estamos donde está la gente, de su lado. Abrimos un programa para que la gente se exprese. Creamos una forma de participación que es la Red Ciudadana, con casi 14 mil afiliados que reportan lo más importante. Escuchamos y tratamos de ofrecer una respuesta”, señaló.
López Díaz aseguró que lo que le dio el ´punch´ a su programa fue que el pasó a segundo plano para dejar influir a la gente. “Hemos logrado lo más caro y lo más difícil en cualquier medio que es la credibilidad. La gente sí cree que si nos llama le hacemos caso y hay una respuesta, principalmente de tipo social”, dijo.
Finalmente, el locutor mencionó que el regreso de Enrique Montero a la Frecuencia Modulada con su noticiero Tribuna, era bienvenido, pero sentenció: “la amistad está en la mesa y la pelea en el micrófono”.